Campañas generosas tras la captura del voto de los rionegrinos en nichos claves
Viedma (ADN).- Los asesores de campaña marcan el camino y por ese derrotero transitan los candidatos en la búsqueda del voto que haga posible el triunfo del 14 de junio. Hay ciudadades y nichos donde aún quedan voluntades a captar, San Carlos de Bariloche y los empleados públicos son dos plazas a conquistar.
La ciudad andina fue beneficiada los últimos días con miles de millones de pesos antre los anuncios del gobernador Alberto Weretilneck y el senador Miguel Pichetto. Uno con fondos del estado rionegrino y el otro con el apoyo del gobierno nacional, que invierte en la provincia con el propósito de llevarse un triunfo el mismo dìa que seguramente será derrotado en Santa Fe y por consiguiente es importante lograr un empate en las portadas de los diarios del lunes 15 de junio.
¿Qué pasa si gana Weretilneck, se adjudica el triunfo Sergio Massa?, todo puede ser. El gobernador se desvinculó totalmente del ex intendente de Tigre, que cada día que pasa sigue cayendo en la consideración del votante, pero no sería extraño que el candidato del Frente Renovador quiera sacar provecho de la oportunidad.
Río Negro vive un estado de ánimo electoral demasiado bondadoso ya que al folklore habitual de las campañas donde se reparten cajas de comidas, frazadas, colchones, zapatillas y otros elementos, generalmente en las barriadas más necesitadas, ahora se suman grandes obras con inversiones millonarias en pesos y dólares. Aguas Rionegrinas renueva todos los caños y cloacas que no tocó en años; Vialidad repara rutas y asfalta todo lo que puede, el IPPV de pronto esta activo, comenzó con las obras de viviendas y además regulariza deudas con permisividad ante los morosos.
Hay anuncios de fechas de licitaciones para casi todos los días, al menos hasta junio. se anuncian obras que ya estuvieron en cartelera y «se saluda a todo lo que se mueve y se pinta todo lo que está fijo». Si finalmente se concretarán es otro tema que quedará en el control y supervisión de la ciudadanía.
Bariloche ha sido sensiblemente beneficiada ya que se trata del mayor padrón electoral de la provincia y con encuestas que beneficiarían al senador Pichetto, pero que a decir de algunas encuestas Weretilneck logró remontar en esa ciudad de la mano de Gustavo Genusso, futuro candidato a intendente oficialista y Carlos Váleri, flamante ministro de Obras Públicas. Nada está dicho aún y el peronismo trabaja para no perder el circuito andino, que junto con el Alto Valle Centro y la ayuda del Valle Inferior y el Atlántico puden depositar a Pichetto en la Casa de Gobierno.
Los empleados públicos quedaron en el centro de la atención del gobierno, que llegó en diciembbre del 2011 castigando con dureza a los agentes del Estado. Esta imagen se quiere remontar y ya no queda más para dar.
Weretilneck anunció el pase a planta de más de 5000 contratados, recategorización de los agentes 1844 de Educación, categorías y reubicaciones en otros ministerios y ahora sumó un aumento en las asignaciones familiares de los empleados públicos, una medida que fue cuestionada ya que no se equipararon a los incrementos del orden nacional.
Una kermese de benefricios que dejó a los dirigentes de los gremios estatales a la zaga de los reclamos de los empleados públicos, pero como no todo lo que reluce es oro y como dice el refranero popular «cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía», no tardaron en conocerse las voces que critican estas medidas por electoralistas o demagógicas e incluso por ser escasas.
Tal es así que el propio gobernador dijo que las medidas «no buscan el voto» y la legisladora Arabela Carrera habló de «dignidad de los trabajadores» como para ponerle un cartel luminoso reivindicatorio de reivindicación popular. Siempre hay riesgo de pasarse de sal y estropear el banquete.
Así seguirá hasta el segundo fin de semana de junio. Promesas, actos públicos, donaciones, subsidios y con los asesores de campaña relevando puntos claves y analizando la próxima jugada de impacto electoral. Queda la pregunta: ¿Reconocimiento o subestimación del electorado?