Repercusiones de las elecciones municipales
Viedma (ADN).-Llegó el momento de la reflexión serena. Los triunfos tienen muchos padres y las derrotas son huérfanas. Culminó ayer el proceso electoral en 23 municipios de Río Negro y quedan otros 16 más para las elecciones generales a gobernador del 14 de junio.
Luego de las “declaraciones para la tribuna” y los actitudes de mayor o menor humor, se hace necesario en la clase política provincial autocríticas y análisis sinceros sobre los resultados electorales del domingo.
En Viedma nadie le puede restar mérito a Foulkes con su victoria personal, y pretender una forzada paternidad partidaria, porque Ernesto Sanz podría llegar a Viedma a celebrar el triunfo del radicalismo en la capital provincial, cuando el propio partido y a contramano de lo que piensa e hizo José Luis Foulkes, decidió no formalizar alianzas con el ARI.
De esta manera nace en Viedma un liderazgo natural del actual intendente para el futuro de la UCR en Río Negro, ya que en ninguna de las ciudades más gravitantes el radicalismo pudo hacer una elección de importancia.
Entonces el acierto fue de Foulkes y no de la UCR, cuando el jefe comunal fue a buscar el apoyo del Frente Progresista en la persona de la senadora Odarda. Fue tal acierto que pudo retener el gobierno municipal por esos votos, el 16%, caso contrario hoy tampoco el radicalismo hubiera podido contener a Viedma.Ganó Foulkes y perdió el Concejo Deliberante.
El gobierno está eufórico porque a los triunfos de Cinco Saltos y Contralmirante Cordero y posiblemente en Villa Regina, suma como propio los resultados de Viedma y Cipolletti, e incluso el del PUL, con Iribarren en Sierra Grande y piensa que muchos candidatos e intendentes radicales que participaron ayer de los comicios volcarán sus votos a Weretilneck.
El albertismo en realidad festeja las derrotas del FpV en Viedma, Cipolletti y Sierra Grande e “instalar una sensación” aunque sería necio pensar que no habrá dispersión de estos votos para el 14 de junio.
Por ejemplo parte de los votos de Foulkes tendrá -dentro de un mes- desgranamientos con los votantes al ARI-Frente Progresista, el propio radicalismo y el PRO, entonces del porcentaje de sufragios ganadores ayer en Viedma ¿cuántos irán para Weretilneck, a Odarda, Massaccesi y De Rege?
De todos modos al oficialismo nadie le puede negar el título principal sobre los resultados negativos del Frente para la Victoria, principal adversario para las provinciales. “Hoy ganó una estrategia electoral que fue inteligente”, dijo el vicegobernador Pedro Pesatti, en referencia a no presentar candidatos en Viedma y Cipolletti.
El propósito hoy del gobierno es que se instale en la provincia una sensación de derrota del FpV y de triunfo para Juntos Somos Río Negro.
El FpV lamenta la pérdida, sobre todo el Viedma, pero igual valora que el resultado de ayer le dejó un porcentaje nada despreciable, el 44% para Miguel Pichetto en su disputa por la gobernación.
La suma de los votos en los 23 municipios será el piso con que el peronismo enfrentará el 14 de junio las elecciones a gobernador, los considera genuinos, no hay nada prestado y la transferencia puede ser absoluta. Dicen en el peronismo: “los que nos votaron son fieles y no se irán a otro candidato”.
En este análisis no se pueden soslayar los votos obtenidos por Martín Soria en General Roca, con más del 70 por ciento, un número posible de entusiasmar al peronismo para junio, si se repiten estos guarismos.
Para las generales hay que tener en cuenta que falta otro porcentaje importantes de votos, sobre todo teniendo en cuenta al padrón de San Carlos de Bariloche, el mayor provincial, que a decir de los resultados de ayer será “la madre de todas las batallas”. Hay que sumar San Antonio Oeste y un conjunto de otras localidades con menor peso electoral.
Por el lado del ARI-Frente Progresista hay optimismo. Se apuran para sellar el acuerdo con Tortoriello para evitar que el gobernador capitalice el triunfo del empresario cipoleño, a quien saludó de manera entusiasta con promesa de “trabajar juntos”.
El FP quiere romper la polarización electoral del 14 de mayo y entonces consideran importante sumar votos en las ciudades de mayor caudal electoral. Saben que pueden terciar y no quedar tan lejos en el porcentaje de los sufragios provinciales y también esperan conquistar voluntades de radicales que ayer votaron a los candidatos de sus pueblos pero que no apoyarán a la UCR en las generales.
El PRO hoy no tuvo una medición que pueda evaluarse. Sus eventuales apoyos están escondidos en los votos a otros candidatos, obvio que menos en el FpV, y por lo tanto en este mes de campaña queda sólo pegar a los candidatos con la figura y la estrella ascendente de Mauricio Macri. El resultado de Zgaib no merece comentario frente al triunfo de Soria, que dejó al resto de los partidos fuera de toda pretensión.
Tiempo de reflexión, análisis y de zarandear los números y con los resultados finales planificar rápidamente las próximas elecciones a gobernador que prometen ser agitadas.(ADN)