Fidel, Obama y Francisco 42 años después
(La Vanguardia) «Estados Unidos dialogará con Cuba cuando tenga un presidente negro y haya un Papa latinoamericano», dijo el entonces líder cubano en un encuentro con periodistas en La Habana.
Año 1973. La guerra fría es más fría que nunca, Richard Nixon jura su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos y la guerra de Vietnam llega a su fin. Al regreso de una visita por el país del sudeste asiático, Fidel Castro, el comandante, participaba en una de sus habituales reuniones con la prensa internacional.
En un ambiente distendido, el periodista Brian Davis, de una agencia inglesa, le preguntó: «¿Cuándo cree usted que se podrán restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?»
El líder de la revolución cubana lo miró fijamente y respondió bien alto, para que le escucharan todos los que estaban en la sala. «Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano».
Algunos periodistas se rieron, otros, incrédulos, hicieron una mueca irónica y ninguno de los que estaba en la habitación -más preocupados por Vietnam que por cualquier otra cosa- creyó la predicción de un Castro metido en el papel de Nostradamus. Esa es la anécdota que el periodista y escritor argentino Pedro Jorge Solans rescató en un reciente viaje a la isla caribeña mientras realizaba un reportaje sobre las reabiertas relaciones entre EE.UU. y Cuba que publicó en El Diario de Carlos Paz.
Ese episodio histórico lo explica Eduardo de la Torre, que actualmente ejerce de taxista pero que en 1973 era estudiante universitario. Por aquel entonces era imposible pensar que Barack Obama, un hombre negro, podía llegar a ser presidente del país más poderoso del mundo. Tampoco parecía muy viable que un argentino fuera elegido Papa cuando a lo largo de los siglos la mayoría de Pontífices habían nacido de Italia y, más concretamente, de Roma.
«Fíjate tú chico, nadie le creía al comandante; pero cómo no creerle al comandante que resucitó más veces que Jesucristo», le dijó De la Torre a Solans. «Con todo respeto por Jesucristo. Porque oye chico, ¿cuántas veces mataron a Fidel? Cuente en la prensa internacional cuántas veces lo mataron y te darás cuenta tú de cuántas veces resucitó», añadió en una surrealista conversación.