Signos. ADN
Todavía resuenan los aplausos en el seno del Poder Judicial. Propios y extraños quedaron sorprendidos cuando la protesta de los Autoconvocados traspasó las puertas del Palacio de Justicia. Ese grupo de vecinos había perforado una barrera hasta acá infranqueable para hacerle notar a quienes administran justicia, que no se estaba de acuerdo con su forma de actuar.
Todo un signo.
Mientras ese grupo de ciudadanos imponía una forma de participación, en la pirámide de la Legislatura se empezó a hablar de democratización judicial.
El caso de corrupción de menores fue la gota que rebalsó el vaso. El Poder Judicial sufría permanentes críticas desde distintos sectores que se veían afectados por un estamento del Estado indispensable para el funcionamiento de una sociedad.
Un juez involucrado en esa causa hizo resquebrajar el campo de fuerza que envolvía los despachos revestidos en madera, de lámparas tenues y bibliotecas de Códigos coleccionables.
Sin la presión social reinante no se hubiesen dado el desafuero y la posterior detención de Juan Bernardi, ni la ratificación de la Cámara sobre su procesamiento. La excarcelación del camarista provocó la protesta pacífica en el interior de tribunales que dejó perpleja a la familia judicial.
Algo cambió.
Los proyectos de democratización de la justicia comienzan a reactivarse. El vicegobernador alentó la incorporación de las audiencias públicas para la selección y elección de funcionarios, fiscales y jueces, para dar transparencia a la etapa (subjetiva) de entrevista personal por la que deben transitar los aspirantes a ingresar o ascender en la carrera judicial.
Otros actores, legisladores y el sindicato, buscan incorporar al Consejo de la Magistratura ciudadanos de a pie, alejados de la corporación político-judicial.
Otro signo de estos tiempos lo dio la clase política rionegrina. Finalmente, comenzó la etapa de renovación y cambio.
Alberto Weretilneck suma al gabinete tropa propia. Se incorporará Claudio Di Tella al IPROSS. La vieja guardia del Frente Grande va ganando lugares: Facundo López comandará el bloque oficialista, Carlos Valeri tendrá un desempeño definitivamente político, se mantendrán en el gobierno Luis Di Giácomo y Fabián Gatti, y no descarta el arribo del actual diputado nacional Herman Avoscam.
El gobernador mantiene su andar por la provincia. Parace que mantiene el ritmo gubernamental que impuso en campaña. Una señal para sus ministros. «No hay mejor forma de controlar si el Estado llega a la gente que recorriendo el territorio» asegura el mandatario.
Río Negro renogociará nuevos contratos petroleros. De a poco, se va introduciendo la idea de una provincia petrolera. El objetivo de diversificar la producción incluye un desarrollo de la ganadería en el Valle Inferior. Así, el esquema de concentración del Alto Valle frutícola-exportador va perdiendo fuerza.
La provincia forja lazos con Nación. Weretilneck esperará las PASO pero todo indica que podría haber un guiño a Daniel Scioli. Por ahora el vaso comunicante es YPF. Su presidente, Miguel Galuccio, diseñó un esquema de exploración y extracción ambicioso que incluye plataformas marinas. La cuenca del Colorado llega hasta allí. Eso pone a Río Negro como una provincia petrolera sólida.
«No tenemos un plan aislacionista» le dijo la semana pasada Pedro Pesatti a esta agencia. «Vamos a colaborar con el país potenciando los recursos propios».
Ese es el puntal económico del proyecto del partido provincial que tendrá un sello electoral (Juntos Somos Río Negro), pero que pretende trascender las barreras de los esquemas tradicionales: un movimiento.
La oposición también emite signos. Miguel Pichetto dejó la presidencia del partido justicialista. Asoma la renovación, con algún registro de tensión interna. El desafío de la nueva generación pasa por fortalecer el Frente para la Victoria, otorgar un triunfo a la Casa Rosada en octubre, y retener el municipio de Bariloche.
Lejos de agotarse, el poder del presidente del bloque de senadores del kirchnerismo se potenciará si Scioli es presidente. Pichetto será una figura importante en el proceso que viene en el PJ. Aunque dejando paso a dirigentes más jóvenes, será una voz autorizada en provincia y nación.
Martín Soria, María Eugenia Martini, Javier Iud, Martín Doñate, Alejandra Mas y Juan Manuel Pichetto, entre otros, emergen de la estructura partidaria. Comparten, junto a otros dirigentes del partido y el kirchnerismo no peronista, la responsabilidad esquematizar una oposición en Río Negro y contener una posible diáspora hacia el albertismo.