Se tensa el PJ de Patagones luego de las PASO
Patagones (ADN).- Terminaron las PASO y afloró la interna entre Ricardo Curetti y Haroldo Lebed. El triunfo de Aníbal Fernández en la primaria del Frente para la Victoria y la ajustada ventaja electoral del intendente, fueron las excusas para volver a tensar el PJ. Cruces, acusaciones y un camino difícil a octubre.
Los dirigentes no esconden sus diferencias y asumen que no tienen diálogo, aunque admiten pertenecer al mismo espacio. Sus pujas por el poder fueron dirimidas en las urnas. Curetti se hizo fuerte y jubiló a Lebed de la política local. El actual intendente cursa su cuarto mandato y cumplirá en diciembre 16 años de reinado. Pero la coyuntura política cambió. Y ahora ese poderío está en jaque.
La historia reciente sirve para entender el momento actual. El deseo permanente del jefe comunal de salir de la política maragata, lo llevó a aceptar un cargo en La Plata. En su lugar asumió Jabier Garcés, pero tuvo que irse a los dos años de gobierno. Los curetistas duros lo cercaron, y Curetti debió volver a la intendencia. Pero no relegó sus sueños y apostó a la proyección nacional de su líder, Florencio Randazzo. Sobre el ascenso político del Ministerio del Interior cimentó su idea de ser senador provincial. El randazismo no le dio ese espacio. Sobrevinieron las ofertas del sciolismo que desechó. Pero Randazzo hizo una jugada personal y dejó a sus seguidores huérfanos. Ante el desamparo, apostó por Julián Dominguez en la interna del FpV. Volvió a perder. Para colmo, el operador de su oponente (Aníbal Fernández) es Haroldo Lebed.
A favor de Curetti hay que computar que volvió a ser candidato (busca su quinto mandato) a pedido de la Casa Rosada. La estrategia fue el efecto arrastre. Todos los intendentes con capacidad de reelección debían disputar en sus territorios. Cristina Fernández de Kirchner fue limpiando el escenario de múltiples candidaturas a presidente y gobernador bonaerense. Lejos quedaron aquellos tiempos. El jefe comunal ya estaba lanzado, y sin el paraguas de Randazzo. Tarde para cambiar.
El domingo pasado fue a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias con la expectativa de ganar cómodamente. Los sondeos previos y el reporte de sus partidarios -máxime en el interior- le aseguraban un triunfo amplio. Pero el final del día le tenía dos noticias inesperadas: solo cuatro puntos lo separaron de su principal oponente José Zara, y su candidato a gobernador perdió la interna.
Haroldo Lebed aprovechó la debilidad y salió a capitalizar el triunfo de Aníbal Fernández. Alentó la unificación de la oposición para vencer a Curetti. Y aseguró que en caso de haber otra reelección para el intendente actual, Patagones quedaría relegada de las políticas provinciales.
El curetismo reaccionó. Criticó duramente a Lebed y se puso en marcha para lograr contactos con el Jefe de Gabinete de la Nación, y alinearse para octubre. Sin embargo, pasó un aviso: si los relegan, para las próximas elecciones, no acompañarán la postulación de Fernández.
Uno de los contactos que exploraría Curetti es Martín Sabbatella. El candidato a vice de Aníbal está ajeno a la interna del PJ. El líder de Nuevo Encuentro aparece como un interlocutor válido.
Pero Lebed no está dispuesto a resignar su disputa. Y podría alentar el armado del sabatelismo en Patagones. Además, piensa en dos construcciones políticas. Una de máxima, y el Plan B. La primera es a partir de una derrota de Curetti. El nuevo gobierno local tendrá asegurado su ingreso a La Plata y contará con gente propia en el Gabinete. La segunda es una oposición unificada en el Concejo Deliberante, y candidatos propios en las elecciones de 2017, como trampolín al 2019.
Todo indica que comienza una carrera hacia octubre con obstáculos. Asoma una nueva disputa en el PJ.