Las peras y manzanas argentinas se caen de las góndolas brasileñas
(Por Ezequiel De Freijo*) A pesar de la crisis que está transcurriendo en Brasil, las importaciones de peras y manzanas de ese país aumentaron un 15% en volumen, en las últimos dos campañas (Ago-Jul).
En el mismo período, los envíos de Argentina al vecino país cayeron un 22%. De esa situación, sacaron ventaja los países de la Unión Europea y Chile que durante ese período aumentaron sus envíos de manzanas y peras a Brasil en un 144% y 114% respectivamente.
Hace dos campañas, los productos argentinos representaban tres cuartas partes de las importaciones brasileñas de frutas de pepita, mientras que en la actual campaña solo alcanzan a la mitad.
La única explicación a esta caída es la pérdida de competitividad que tiene la producción agropecuaria argentina y que se ve agravada en cada una de las economías regionales.
Se hace cada vez más difícil competir a nivel mundial con una inflación anual que supera el 30%, con una presión impositiva que es cada vez más asfixiante, con costos altísimos de flete y con un déficit de infraestructura a nivel energético y vial.
Las economías regionales están recibiendo a pleno las consecuencias de las políticas macroeconómicas que han generado una fuerte disociación entre los costos de producción y los ingresos de los productores.
En el caso analizado se observa que para los brasileños estaría siendo más económico traer la fruta del Viejo Continente o de Chile con una mayor distancia a puerto, que desde Argentina, su histórico proveedor.
Este lugar que perdió la Argentina, dio a la UE la posibilidad de duplicar su participación en las importaciones brasileñas de frutas de pepita: del 15% al 35% y a Chile, que pasó del 8% al 15%.
Esta situación se agrava aún más a partir de la fuerte devaluación que está experimentando el Real y que acumula en un año más de un 80% de pérdida de valor.
Esto es un reflejo más de la clara pérdida de competitividad que están teniendo los sectores transables argentinos, y que en este caso también termina afectando el nivel de actividad económica del Alto Valle del Rio Negro y del Neuquén.
*Analista del Instituto de Estudios Económicos, de la Sociedad Rural Argentina