“Un hecho fundante del Río Negro moderno” definió Weretilneck al Cipoletazo
Viedma.- El 12 de septiembre se cumplen 46 años del “Cipoletazo”, un movimiento popular que exigió la restitución del intendente de Cipolletti Julio Dante Salto, la continuidad de un estilo de gestión y enfrentó a las disposiciones de la dictadura militar de Juan Carlos Onganía.
Al recordar el hecho, el gobernador Alberto Weretilneck destacó que el hecho “terminó con una concepción geopolítica excluyente en la provincia” y vino a demostrar que “teníamos que pensar en un Río Negro más integrado”.
“Hasta 1969 la política rionegrina se limitaba a una puja entre dos ciudades, entre dos modelos de provincia y los respectivos grupos económicos que los sostenían. El “Cipoletazo” fue una reacción a esa forma limitada de pensar la provincia; un levantamiento que decía “ojo que el Alto Valle Oeste existe”. Y por extensión el resto de la provincia. Esa fue la génesis de una idea: Río Negro tenía que pensarse como integración, no como exclusión”, sostuvo.
Weretilneck –que condujo el municipio de Cipolletti durante dos períodos-, destacó que “hoy estamos diseñando un Río Negro partiendo desde lo que nos identifica antes de lo que nos diferencia; una provincia que contempla la zona andina; la zona atlántica, los valles, la línea sur, y que busca articularse y aprovechar las respectivas ventajas comparativas. Eso antes no ocurría. La provincia se pensaba a partir de las rivalidades. El “Cipoletazo” pone esa situación en blanco sobre negro; parte de un hecho puntual como la fidelidad de una comunidad hacia su intendente y su rechazo a un acto de prepotencia, pero se transforma en algo más grande. Hay algunos que lo ubican en el contexto nacional de lucha contra la dictadura de Onganía. Otros lo limitan a una anécdota local. Y estamos los que creemos que a partir de allí algunos sectores empezaron a advertir que Río Negro tenía que buscar otro proyecto”.
El gobernador planteó que “el Cipoletazo se inscribe en un proceso de redefinir la provincia contemplando las zonas más alejadas. Un pensamiento de construir a Río Negro pensándola desde los márgenes y así abarcar su totalidad. Nosotros estamos convencidos que si sumamos las propuestas de Bariloche y Bolsón; de Cipolletti y Catriel; de Roca y Regina; de Choele Choel y el Valle Medio; de Viedma y San Antonio; de Maquinchao y Jacobacci, vamos a tener una propuesta más compleja y más abarcativa, pero también más representativa de lo que somos como Río Negro. El Cipoletazo demostró eso: la inviabilidad de un Río Negro que se olvide de semejante complejidad”.