Vientos de cambios. ADN
José Luis Foulkes atiende primordialmente su proceso post operatorio pero, no descuida detalles del armado de la próxima etapa de la gestión municipal que iniciará a partir del 10 de diciembre, que no sólo tendrá particularidades distintas a la actual sino que además, con difícil equilibrio en el Deliberante, duda del marco de contención del radicalismo.
La presidencia del Concejo Municipal estará en manos del justicialismo y el bloque oficialista tendrá una especie de sub bloque independiente con dos concejales del Ari-Socialismo, colectora que sumó los puntos necesarios para permitir al intendente reeditar su mandato.
Será una gestión con nuevos integrantes en el gabinete, ya que José Luis Foulkes siempre respetó la línea de funcionarios que acompañó al ex intendente Jorge Ferreira hasta su fallecimiento, el cinco de enero del 2013, y ahora podría convocar a colaboradores de su propia hechura.
El gabinete municipal se integra con 19 funcionarios, de los cuales se estima que la mitad dejará sus funciones. Muchos se jubilan, otros volverán a sus antiguos puestos de planta o directamente renunciarán, a la vez que se tendrá que ocupar a quienes quedan fuera del presupuesto, como el caso de Laura Ramos, que termina su mandato como concejal y respetar los cargos prometidos a sus socios de la colectora, en el acuerdo electoral de principio de año.
Habrá cambios y no será un tema menor ya que la fortaleza que mostró otrora el intendente Foulkes, hoy está menguada, no tanto por pérdida de poder sino por la falta de un encuadramiento real y lealtad de su propio partido.
Hoy la estructura radical municipal, al igual que sucede en todos los ámbitos de la UCR rionegrina, debate la manera de sumarse al proyecto de Alberto Weretilneck, posición que tiene como máxima expresión al legislador por Viedma, Darío Berardi. Por el contrario otros sostienen -entre ellos Foulkes- la necesidad de mantener vivo al radicalismo viedmense, uno de los ganadores en el mapa electoral rionegrino y desde la capital provincial.
Foulkes además es presidente de la Convención provincial de la UCR y hasta el año pasado y previo al tsunami albertista, se lo mencionaba en el radicalismo con posibilidades de ser candidato a gobernador y que como el líder asentado en la capital rionegrina podría encabezar la larga marcha radical hacia la recuperación del gobierno.
Esto ya no es así, si bien mantiene este prestigio interno, observa como a diario sus correligionarios se acercan al calor del poder oficialista.
El intendente de Viedma mantiene intacto su diálogo con el gobernador y otros funcionarios de la Casa de Gobierno y no quiere perder esta convivencia, pero lejos está de aceptar una confluencia orgánica que el propio Weretilneck desestima, cuando señala que no quiere sumar partidos ni sellos, sino dirigentes.
José Luis Foulkes habla de encontrar una posición ante el gobierno y no una oposición. En la intimidad del círculo radical municipal se reconoce que hay limitaciones para encontrar nuevas figuras e incluso tienen conocimiento que Juan Manuel Pichetto no resignó su voluntad de conducir el municipio de Viedma y lo mismo sucede con Matías Rulli.
¿Cómo se sale de este desaguisado? La respuesta estará en el tiempo. Por ahora la principal atención de José Luis Foulkes está en su etapa de convalecencia, pero con una mirada atenta en el armado de su próximo gobierno y en sus cordiales relaciones con el gobernador.