¿Habrá cambios en el Tribunal de Cuentas?
Viedma (ADN).- El principal operador político del gobernador, para estas circunstancias, habría visitado esta mañana a Erika Acosta y Juan Huentelaf, en las oficinas del Tribunal de Cuentas de calle Moreno de esta capital.
Se buscaría arribar a un acuerdo sobre un posible alejamiento de ambos vocales y evitar situaciones controvertidas o medidas extremas como un pedido de juicio político. El mandato de estos funcionarios dura seis años o sea que vence en el 2018.
Al parecer el alejamiento de Juan Huentelaf estaría acordado, un hombre del riñón del sorismo y que responde verticalmente a Martín Soria, situación que no es del agrado del gobierno e incluso previo a las elecciones generales de junio se ventilaron denuncias en la rendición de los fondos reservados de la Legislatura, que comprometieron tanto al gobernador Alberto Weretilneck, como al vicegobernador Pedro Pesatti y a otros presidentes del parlamento y titulares de bloques.
Se recuerda también la denuncia por agresión que la legisladora Tania Lastra radicó en la Justicia contra Huentelaf, en un hecho suscitado en el ingreso al parlamento rionegrino.
La situación de Erika Acosta podría tener más margen de negociación y se le reconoce el control del organismo. La contadora de General Roca fue puesta en el cargo por el extinto gobernador Carlos Soria y también perteneció a su círculo íntimo, situación que pareciera no existir ahora con Martín Soria.
Acosta está más dispuesta a defender su cargo y ceder a las condiciones de una nueva conducción y estilo para el organismo en sintonía con las políticas oficiales y no se descartaría que pudiera continuar al menos dos años más.
El gobierno tiene como principal aliada en el Tribunal de Cuentas a María Dolores Cardell, una cipoleña, sugerida por Weretilneck, pero que en estos años de funciones no pudo incidir en las decisiones del organismo de control monopolizado por Acosta y Huentelaf