Investigadores de Río Negro trabajarán con reconocida empresa cervecera mundial
Cipolletti (ADN).- Especialistas del CONICET y de la Universidad Nacional del Comahue (Río Negro y Neuquén) desarrollarán nuevas levaduras cerveceras para la empresa Heineken.
Según fuentes de ambos organismos, es “un nuevo caso de transferencia de tecnología generada por investigadores del CONICET y la Universidad Nacional del Comahue, que marca un hito en la historia de la institución”.
Se trata de la licencia de una cepa de levadura recientemente descrita en la Patagonia Argentina, que incluye un convenio con la empresa Heineken Supply Chain, que permitirá “avanzar en nuevos desarrollos tecnológicos conjuntos y fortalecer las capacidades de un grupo de investigación”.
El proyecto fue presentado durante un acto que presidieron el titular del Consejo universitario, Roberto Salvarezza, y el gerente de Productos y Procesos de Investigación de la empresa extranjera, Jan-Maarten Geertman.
“Constituye un modelo de cooperación para hacer ciencia; es una excelente muestra de que no estamos limitados a lo público y que no cerramos nuestras puertas al mundo, sino que nos integramos y somos capaces de buscar socios internacionales”, dijo Salvarezza.
Uno de los investigadores que participó del descubrimiento de esta nueva levadura es Diego Libkind Frati, investigador independiente del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET- UNComa) de la ciudad de San Carlos de Bariloche.
La levadura fue hallada en el fruto del hongo comúnmente conocido como “Llao-Llao o “Pan de Indio” que se encuentra en los bosques nativos patagónicos como los que resguarda el Parque Nacional Nahuel Huapi.
Se explicó que esta especie de levadura representa uno de los parentales que dio origen a la levadura Lager con la cual se produce ese tipo de cerveza y es de suma importancia para la industria cervecera ya que se la utiliza para producir cerca del 95 por ciento a nivel mundial.
El convenio también permite que todas las cervecerías artesanales asentadas en Argentina con producción anual inferior a 40 mil hectolitros puedan usar las cepas licenciadas para el desarrollo de productos, hecho que fue resaltado por el director de Vinculación Tecnológica del CONICET, Juan Soria.
“No sólo estamos trabajando articuladamente con una empresa líder en el mercado que hoy ocupa la segunda posición en términos de producción global, sino que también este acuerdo nos permite trabajar con los productores artesanales que en la ciudad de Bariloche y alrededores son aproximadamente 50”.
Soria también destacó que a partir del proyecto que se ejecutará en los próximos tres años, se fortalecerán las capacidades del laboratorio que dirige Libkind, entre ellos el banco de levaduras, y se desarrollarán nuevas tecnologías de importancia para este sector productivo.
Por su parte, Libkind realizó una presentación detallada del trabajo que realiza junto a su equipo de trabajo en el Laboratorio de Microbiología Aplicada y Biotecnología en el IBIOMA y explicó paso por paso cómo llegaron a transferir el desarrollo tecnológico.
“Esto es el resultado de un largo proceso que comenzó en el 2011 cuando publicamos un trabajo en una revista científica muy prestigiosa de Estados Unidos y de allí se desencadenó todo un ciclo inesperado que denominamos “efecto cerveza”, explicó Libkind.
“Al comienzo no teníamos la más mínima idea del impacto que esto iba a tener. Pronto, las empresas nos comenzaron a llamar para hacer cerveza con la nueva levadura y los medios, al enterarse, también nos buscaban. Así tuvimos que comenzar a establecer las condiciones para que un microorganismo se pudiera transferir”, agregó.
Ese proceso implicó que el equipo de investigación tomara contacto con los productores artesanales para detectar las demandas tecnológicas del sector. “Nos dimos cuenta que estábamos en el lugar correcto, dado que Bariloche es un polo de cerveza artesanal, en el momento correcto, y con la levadura correcta”, aseguró el investigador.
La levadura nativa descubierta es salvaje, no está domesticada como las que se utilizan normalmente para hacer cerveza por ello, comentó el investigador, la interacción del grupo local con una empresa con la experiencia de Heineken permitirá conocer mejor sus propiedades facilitando en el corto plazo la adopción e implementación de la misma por parte de micro-cervecerías artesanales argentinas.