Muchos radicales NO votamos a Macri
(Por Federico Díaz) Como en las PASO o en la primera vuelta, fuimos muchos los radicales que silenciosamente elegimos otra opción a la definida por la cúpula del partido con el PRO. Sin embargo, en esta instancia, es importante ser explícitos en los argumentos de esta postura, para evitar que la posición que tomamos miles se tergiverse. Creo que, como militantes respetuosos de la historia y los valores de nuestro centenario partido, no podemos ser imparciales en el primer balotaje de nuestra historia.
El próximo 22 se votan dos modelos de país. Uno que propone la continuidad y el otro el CAMBIO pro-regreso a las políticas de los años ´90. Cada uno, personalmente, tendrá la íntima tarea de reflexionar hasta ese domingo y pensar con qué gobierno vivió mejor o tuvo mayores posibilidades de desarrollarse humanamente; desde los anhelos individuales a las proyecciones colectivas.
En mi caso particular ya elegí. Voto a Scioli.
Por supuesto que tengo mis reparos. Hay políticas que no fueron tocadas en la última década, temas que no se constituyeron como bandera. Y eso también fue una decisión política: la explotación minera y su impacto, la lucha contra el narcotráfico, la ausencia de reparación del Estado con los pueblos originarios, la pobreza. Pero creo que las políticas de Estado implementadas por el gobierno nacional durante estos últimos 12 años tienen una correlación directa con las ideas que Alem, Yrigoyen, Illia y Alfonsín pensaron para nuestro país.
El próximo 22 se juega mucho más que la pertenencia a un partido.
Lo que está en juego es qué destino tendrá el país, a qué sectores seremos funcionales, quiénes se beneficiarán con las políticas inmediatas y las de mediano y largo plazo. Tampoco podemos ser cómplices de un resultado adverso llamando a votar en blanco o nulo, como pretenden algunos sectores de izquierda.
Tengo 30, y todavía recuerdo la economía de los 90 durante mi infancia y también el fracaso de la Alianza en 2001 con el caos, la miseria, la muerte y la falta de esperanza. Y también recuerdo la revalorización de la política y la reactivación de la economía que se produjo con un Estado presente a partir del año 2003.
El próximo 22 tenemos que elegir con conciencia.
Pensemos en qué modelo es mejor para el país y para todos los rionegrinos.
En mi posición actual, habiendo sido testigo y parte de la historia reciente, no estoy dispuesto a callar ante el acuerdo que hizo la cúpula radical con la derecha. Alguien me dijo “cuando no sepas dónde ir, seguí tus principios”. Y eso haré, por supuesto, de la mano de las palabras del gran Raúl Alfonsín: “Si la sociedad se hubiese derechizado, lo que la UCR debe hacer, en todo caso, es prepararse para perder elecciones, pero nunca para hacerse conservadora».