Relanzamiento y desafíos. ADN

Asunción-W
Alberto Weretilneck no pospuso su visión política. Prefirió dejar asentadas las bases de su mandato y explicar sí, en marzo, la idea de gestión. Utilizó el ámbito legislativo luego de su jura para solidificar la idea del proyecto político provincial, ratificado ampliamente en las urnas. Dos frases resonaron fuerte: «Quiero destacar el voto inteligente de los rionegrinos en defensa de sus intereses»; «Ni arrodillados, ni aislados».

En su discurso, el gobernador consolidó aquella frase luego de las elecciones en la Residencia cuando a su equipo le dijo: «ahora, hay que levantar la vara». Weretilneck promocionó el Plan Castello, un proyecto de planificación para diseñar la provincia de los próximos 30 años. Invitó a la oposición a ser parte. Entendió que el contundente triunfo electoral impone amplitud y diálogo, sin soberbia.

El anuncio del Plan tiene varias aristas: Intenta sacar al gobierno del día a día. Una fuerte crítica a la gestión de Weretilneck era la falta de planificación, rumbo y proyecto de provincia; Empodera a sus ministros, que deberán dedicar su tiempo a gobernar. «No nos satisface la normalidad, buscamos la excelencia» dijo luego de hacer un repaso por una «gestión sin sobresaltos». Fortalece el vínculo político con el vicegobernador, una relación que sufrió promocionados intentos ajenos por agrietarla. Pedro Pesatti fue el promotor de crear en Río Negro un centro de planificación, que ahora será el eje central de su gestión. Hace un guiño a Viedma y su condición de capitalidad. Edgardo Castello fue el único gobernador proveniente de esta ciudad; Y entierra 28 años de gobiernos radicales, otorgando al ex mandatario la virtud de haber sido el excluyente boina blanca con visión integral de la provincia.

Pero la idea impone desafíos. ¿Están todos los ministros a la altura de las circunstancias?. El Gabinete prácticamente no ha sufrido modificaciones, y no fueron tantos los cambios en las segundas y terceras líneas. ¿Por qué casi el mismo equipo podrá revertir la dinámica de la gestión?. Incluso, surge la incógnita sobre con qué esquema económico-financiero se pondrá en marcha esta nueva etapa, que ya tiene desafíos -por caso- lanzados por los gremios sobre aumentos salariales, mejores condiciones laborales, escalafón único y carrera administrativa.

La variable económica es clave. El gobierno confía en la marcha hacia la producción hidrocarburífera. Pero también espera tener una buena relación con el gobierno nacional, aunque Weretilneck marcó límites. Ayer concurrió a Olivos, con el resto de los mandatarios a una reunión con el Presidente. El comunicado oficial se encargó de poner distancia política y lo enmarcó un encuentro meramente institucional. «No dependemos de nadie» había dicho el jueves en la Legislatura.

De todos modos, Weretilneck sabe que la coyuntura política regional le es favorable. Tendrá un bloque de legisladores poderoso y con posibilidades de consolidar mayorías especiales a través de alianzas particulares. Aunque deberá monitorear de cerca sus movimientos. Alejandro Palmieri no tiene una tarea fácil. La experiencia indica que los superbloques funcionan cohesionadamente al principio, pero sin liderzgos sólidos y proyectos unificantes pueden fracturase rápidamente.

El mandatario confía en que Juntos Somos Río Negro es una medida de unidad. «El triunfo electoral sirvió para unirnos detrás de un mismo objetivo», aseguró. Sabe además que su figura es aglutinante. Y descansa en Pedro Pesatti en la jefatura de la Legislatura. Ambos mantienen una relación humana sólida, y consolidan la política día a día. Weretilneck ha depositado en el viedmense confianza producto de una construcción, pero convencido además que han aprendido de la historia de la UCR. Ese internismo entre gobernadores y vice, hizo implosionar al partido.

Por ahora el gobernador evitará armar un sello electoral. La fórmula de las alianzas de pequeños partidos para ir a elecciones funcionó bien. Y no fue expulsiva ni sectorizante. Da lugar al «movimiento». Sin embargo, habrá que darle organicidad, porque de lo contrario corre el riesgo de agotarse en sí mismo, si todo se reduce a su figura.

Un legislador lo expuso con total honestidad brutal: «cada vez que te subís a un avión o a un auto, rezo para que nada te pase». El hombre de valle medio aprovechó a profundizar sus diferencias con el vicegbernador, pero en el fondo es un mensaje al conductor del proyecto.

Weretilneck convocó a la oposición a trabajar en la planificación de la provincia. También aseguró respeto a las minorías y pidió no hacer pesar la hegemonía en la construcción de las leyes. Pidió que el andamiaje normativo sea producto del consenso, provengan de donde provengan los proyectos. Y vaticinó un trabajo conjunto con los intendentes, sin importar la procedencia política.

Esa idea reconforta a la trinchera del PJ y la UCR. Los jefes comunales requieren de una buena relación con la provincia, sin descuidar los objetivos políticos.

Los partidos tradicionales han perdido capacidad de interpelar a sus afiliados y las mayorías populares. En Río Negro la UCR se debatía entre subsumirse en JSRN o armar un esquema propio para ser alternativa de poder en 2019. El triunfo de Mauricio Macri resolvió esa inquietud. Ahora sobran dirigentes en Buenos Aires reflotando viejas relaciones. Se esperanzan en cogobernar el país con el PRO. Por ahora con poca suerte. Esa estampida hacia Cambiemos benefició al oficialismo rionegrino, incómodo con algunas relaciones que tensaban la cuerda entre el peronismo albertista y dirigentes que promocionaban la llegada de correligionarios desgastados en anteriores gestiones a la Casa de Gobierno.

El PJ tiene otros dilemas. ¿Seguirá existiendo el Frente para la Victoria?. ¿Quién conducirá el partido?. ¿Habrá expulsiones?. ¿Quién lleva adelante el proyecto de recuperación?. En principio hay recambio de autoridades en marzo. Los intendentes debaten cómo rearmar la Liga o mantener relaciones institucionales de manera individual con el gobierno. Sin referencias (gobierno) nacional y provincial, el bloque aparece como un faro. La bancada ganó en calidad individual, pero habrá que aunar criterios entre tantas personalidades fuertes. Más aún, cuando está encaminada la disputa por la diputación nacional de 2017.

Los intendentes quedaron habilitados a jugar su juego. Eso hizo Weretilneck en su discurso. Raúl Hermosilla, jefe comunal de Comallo, anunció su pase a Juntos y adelantó que no será el único, al menos en la UCR. Desde el gobierno no descartan que lo mismo ocurra con algunos «compañeros».