Fuerte mensaje de la Iglesia en defensa de los movimientos sociales en plena polémica por la detención de Milagro Sala
En el marco de la detención de Milagro Sala, monseñor Lozano, presidente de la Pastoral Social dijo que “perjudicaron más al país personajes con títulos académicos que los dirigentes humildes”.
En plena polémica por la detención de la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, el presidente de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Lozano, emitió un fuerte mensaje en defensa de los movimientos sociales, exaltó su rol desde la crisis de 2001 y llamó a no caer en lo que el Papa Francisco llama «sutil xenofobia», “bajo el noble ropaje de lucha contra la corrupción o el clientelismo”. “Han perjudicado más al país personajes ineptos e inmorales con importantes títulos académicos que los dirigentes humildes”, dijo.
En un texto publicado en el diario La Nación, el obispo de Gualeguaychú, que trabaja desde hace varios años cerca de las organizaciones sociales, exaltó el rol que cumplieron los movimientos en salida de la crisis de 2001. En aquel momento, escribió Lozano, los más pobres “quedaron a la deriva ante la ausencia del Estado, la perplejidad de la dirigencia y el «sálvese quien pueda» de quienes se borraron esperando tiempos mejores” y “estas organizaciones fueron salvavidas que juntaron los despojos y ayudaron a que el desastre no resultara mayor”.
“En las últimas semanas se criticó peyorativamente en algunos medios y en las redes sociales a diversas organizaciones y a sus líderes, con el serio riesgo de generar un clima hostil e intolerante. Mediante insultos, basados en noticias sin chequear, se usan como ‘chivos expiatorios’ a algunos líderes sociales, sin mencionar a quienes se enriquecieron a costa del Estado incrementando escandalosamente sus patrimonios personales o empresariales. Debemos cuidarnos de no caer en lo que Francisco llama ‘sutil xenofobia’, bajo el noble ropaje de lucha contra la corrupción o el clientelismo”, escribió el presidente de la Pastoral Social.
En su texto, Lozano recordó especialmente las palabras del Papa Francisco, en el cierre del Segundo Encuentro de Movimientos Populares, en Bolivia, cuando alentó a los líderes sociales a organizarse. «Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» (trabajo, techo y tierra) y también en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, nacionales, regionales y mundiales. ¡No se achiquen!», arengó el Sumo Pontífice.
El mensaje del obispo de Gualeguaychú se publica cuando se cumplen dos semanas de la detención de Milagro Sala en Jujuy y un día después de que Presidencia de la Nación confirmara que Mauricio Macri será finalmente recibido por el Papa Francisco en el Vaticano, el 27 de febrero.
Lozano es un estrecho colaborador de Francisco. Siendo arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio definió a Lozano como un hombre que “sabe mirar la realidad”. “En su vida de estudiante, de obrero, de sacerdote y de obispo nunca la eludió ni la disfrazó. Así nos la transmite en estas reflexiones que adoptan diversos géneros literarios. Podemos decir de este hombre, hoy obispo, que es hombre de la realidad, que sabe de la contundencia de lo real y la defiende de cualquier tipo de fantasías engañosas. En el barrio diríamos que ‘llama a las cosas por su nombre’”, dijo alguna vez sobre el obispo de Gualeguaychú.
Quienes conocen de cerca a Lozano entienden que su texto no responde solamente al pensamiento individual del obispo sino que constituye un contundente mensaje de la Conferencia Episcopal Argentina y también del Papa Francisco, que sigue se cerca todos los acontecimientos de la vida política argentina.
“Las organizaciones populares, como todos los grupos humanos, tienen genialidades y contradicciones, como también las poseen los partidos políticos, sindicatos, clubes deportivos y comunidades de fe. Que tengan que mejorar no implica que hagan todo mal y menos aún que deban desaparecer. Pareciera que una ética de baja intensidad se aplica a algunas instituciones «comprendiendo» la fragilidad humana, la corrupción y la inoperancia; y se tiene cero tolerancia para evaluar a otras. Han perjudicado más al país personajes ineptos e inmorales con importantes títulos académicos que los dirigentes humildes”, dice el texto firmado por el presidente de la Pastoral Social.