El macrismo comienza su construcción en Río Negro pensando en 2017
(ADN).- Lejos del radicalismo orgánico y del ARI, el macrismo en Río Negro comienza su construcción. Desde el eje Cipolletti-Buenos Aires suma adhesiones de a poco, pero a paso firme. Una muestra del espacio que pretenden sus máximos exponentes son las designaciones que se están conociendo en los organismos nacionales. El objetivo puesto en 2017.
En lo formal, Cambiemos no se constituirá. La herramienta electoral es el PRO y la denominación el macrismo. Aquella idea original de fusionar los componentes de la alianza nacional quedó descartada. Los tironeos entre la UCR y el PRO y la interna en el ARI frustraron el intento que Sergio Wisky y José Luis Foulkes -casi en soledad- iniciaron en las PASO.
En ese entonces el radicalismo debatía su incorporación formal a Juntos Somos Río Negro. Pero el triunfo de Macri modificó el escenario y viró los intereses de la dirigencia. El paraguas lo daba el entonces presidente Ernesto Sanz. Y la garantía de incorporar cientos de boinas blancas en el todo poderoso Estado Nacional.
Pero el macrismo puso freno a esos deseos. Sanz renunció a ser Ministro y a la jefatura del partido. Después de eso cada uno buscó los contactos «por las suyas» en la Casa Rosada. Y llegaron los tironeos. La orden desde Buenos Aires fue «ningún dirigente desgastado», «basta de la vieja política». Eso dejaba afuera a casi toda la dirigencia radical que gobernó 28 años la provincia. Solo unos pocos correligionarios tienen entrada directa a los despachos nacionales, aunque sin garantías de gestión.
El desgaste perforó la interna de la UCR que se endurece cada vez más y se aleja del PRO. El macrismo trabaja sobre la grieta y hace acuerdos individuales. Está proponiendo incorporar a los organismos nacionales a jóvenes profesionales y de filiación radical.
La idea es sumar gente que no ha tenido sitios preponderantes mientras la UCR fue gobierno, pero suma también peronistas, dirigentes agropecuarios y empresarios. Así, pretende darle forma a un espacio moderno que convoque a diferentes sectores que se suman a la política desde una actividad específica.
Por ahora, la base territorial es Cipolletti. El intendente Aníbal Tortoriello es un interlocutor válido en Buenos Aires. La representación institucional está en la banca que ostenta Sergio Wisky. La tercera pata son los funcionarios de los organismos nacionales.
Necesita sumar más. Hay charlas con intendentes y concejales. Ayer, Leandro Massaccesi estuvo en la Casa Rosada. El presidente de la bancada viedmense de la UCR se perfila como un dirigente PRO. «Por ahora somos pocos» dice la flamante directora de radio Nacional Viedma, corrida de la conducción partidaria. Claudia Beltramino ya no comparte espacio con el futuro presidente del radicalismo rionegrino, Darío Berardi, quien ante cada oportunidad critica a «quienes van a Buenos Aires a pedir trabajo».
Berardi impulsa una idea de partido alejado del PRO. «Lo bocharon de la Secretaría de Trabajo y Vialidad» coinciden voces radiclaes y macristas. Así justifican su alejamiento de Cambiemos. Pero los nombres propuestos aún están pendientes de confirmación. Incluso Beltramino aún no tiene designación en Radio Nacional pese a haberse reunido y fotografiado con la nueva titular en Buenos Aires, Ana Gerschenson.
En la sumatoria el macrismo no descarta nada. Y busca engrosar la lista de dirigentes al espacio en Río Negro, que le permita cimentar una candidatura con chances en 2017. El partido quiere seguir sumando representantes en el Congreso. El oficialismo sabe que las elecciones de medio término son un termómetro político para la pelea de fondo del 2019.