Los radicales piden espacio en la mesa de decisiones del Gobierno
(Por Marcelo Helfgot, para Clarín).- Por el feriado de Carnaval, la cita habitual de los martes en la Rosada pasó al miércoles. Y cuando la delegación radical ingresaba la semana pasada a la Jefatura de Gabinete, se chocó literalmente con los miembros del equipo económico que salían en tromba. “Ah, justo veníamos a plantear el problema de los precios”, les advirtieron los visitantes. “Acabamos de matarnos por ese tema en la reunión”, les informaron los funcionarios.
El presidente de la UCR, José Corral, junto a los jefes de bloque de Diputados, Mario Negri, y del Senado, Angel Rozas, entraron a ver a Marcos Peña para ejercitar el único contacto periódico entre las dos principales fuerzas de Cambiemos, de la que también participan el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó.
Los hombres del Presidente les detallaron algunos de los planes oficiales para atacar la inflación, varios de los cuales ya tenían estado público. Rozas relató su proyecto para reintegrar el IVA de alimentos y útiles escolares para amortiguar el impacto inflacionario en sectores vulnerables. Le tomaron la carpeta y quedaron en responderle.
Radicales de todos los sectores coinciden en que el partido debe reclamar el espacio en la mesa de decisiones del Gobierno que el renunciamiento de Ernesto Sanz les impidió ocupar hasta ahora (ver “Sanz se dejó la barba…”). También están convencidos de que el que gobierna es el PRO y no Cambiemos. “A lo sumo, somos una coalición parlamentaria”, admiten los menos impacientes. Otra coincidencia: la supervivencia de la UCR depende del éxito de Mauricio Macri.
Las diferencias internas afloran a la hora de plantear la estrategia de “acompañamiento” al Presidente. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, y el vice bonaerense, Daniel Salvador, esgrimen lo que es una posición predominante entre los que tienen responsabilidad de gestión. “El partido está atado a los logros económicos del Gobierno”, repiten. Creen que el rol de los legisladores es el de ser “soldados” del Gobierno. “Hay que cambiar el chip de opositores”, advierten cerca de ellos. Uno que estuvo en el Ejecutivo y ahora es senador, Julio Cobos, se anota en ese casillero: “Los espacios hay que ganárselos con propuestas”, advierte.
En otro rincón se agrupan la mayoría de los legisladores y algunos intendentes (el cordobés Ramón Mestre y varios bonaerenses), para quienes el radicalismo tiene que recuperar “identidad y visibilidad”, sin sacar los pies del plato oficialista. Negri es uno de los voceros de ese sector. Cree que el PRO está al borde del destrato al focalizar su carpeta de concesiones en los peronistas que ya se fueron o se están por ir del Frente para la Victoria. “En los primeros meses de la Alianza, Ruckauf vivía en la Rosada. Y cuando a De la Rúa le empezó a ir mal le organizó los saqueos”, alertó.
De todo eso hablarán diputados y senadores radicales con Corral en el encuentro citado para el miércoles de la semana próxima en la estancia San Ceferino de Luján. Recibirán a Peña, Frigerio y Ricardo Buryaile, uno de los tres ministros radicales. Los estrechos espacios en el Gabinete también serán motivo de quejas. “Con tres ministros, podemos considerarnos tan discriminados como las mujeres”, ironiza un veterano del partido. Para colmo, Buryaile fue a Agricultura por presión de Alfonso Prat-Gay y Oscar Aguad a Comunicaciones por su amistad con Macri. Sólo Defensa, en manos de Julio Martínez, se considera 100% radical.
Por el momento, el PRO los cuenta como tropa propia. Pero nadie habla de reservarle un lugar a la UCR en la mesa chica.