El Gobierno frenó la construcción del ArSat III y desmantela el plan satelital
El Gobierno de Cambiemos decidió frenar la construcción del Arsat 3 y alegó falta de fondos para justificar la decisión que pone en jaque el plan de desarrollo de industrial satelital argentina.
El presidente de la compañía estatal de telecomunicaciones Arsat, Rodrigo de Loredo, fue el encargado de hacer oficial la posición de la administración de Mauricio Macri.
“Arsat necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene cosas buenas pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos la incorporación de socios colaborativos”, explicó el yerno del ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad.
“Llegamos y nos encontramos con que habían lanzado el Arsat II sin haber comercializado absolutamente nada. Ahora estamos presentando los permisos para vender la pisada del satélite”, dijo al diario El Cronista.
Aunque Aguad y De Loredo lo nieguen, hay voces en el sector privado local que le ven poco futuro a la empresa. “Esto significa que no van a seguir, por lo menos si se mantienen en esta postura porque va a ser difícil el autofinanciamiento”, explicaron desde una multinacional del sector con fluidos contactos con la empresa estatal.
Matías Bianchi, presidente de Arsat que puso en órbita el Arsat 1 y Arsat 2 durante la gestión de Cristina Kirchner, se manifestó “sorprendido” y desmintió las razones esgrimidas por la administración Macri para frenar el Arsat 3.
“Arsat 2 ya tenía contratos firmados por cerca del 30 por ciento de la capacidad. Para un satélite que ocupa una posición orbital por primera vez, no es una mala cifra para comenzar. Además en el plan ya se había realizado los contactos con numerosos posibles clientes para llegar al 80 por ciento de la capacidad ocupada“, explicó en diálogo con Radio del Plata.
En este sentido, se preguntó: “Qué pasa con ese 30 por ciento y cómo lo están manejando es de un oscurantismo en la gestión que no se entiende. Por ahí tiene que ver que esos contratos implicaban sacarle el negocio a operadores satelitales. Es parecido al caso de la fibra óptica para no competir con los privados”.
“Es posible que la visión de una empresa que no puede competir (con privados) no tenga un fin. Es una profecía autocumplida: si no van a competir con los privados, Arsat no se va a poder autofinanciar“.
Sobre el plan de negocios, reiteró que Arsat 2 tenía ofertas y con los fondos de Arsat 1 y de Arsat 2 se iba a poder pagar la construcción de Arsat 3.
“Nosotros dejamos un plan de negocios y un balance certificado en el mes de octubre por el auditor externo con ganancias operativas. Arsat estaba en camino de una independencia económica importante”, aseguró tras rechazar la denuncia de “desmanejo” de fondos.
Argentina es el único país en el hemisferio sur que tiene industria satelital, en un mercado mundial concentrado que protagonizan apenas una decena de países en donde se desarrollan proyectos de capital intensivo.
El lanzamiento de los dos Arsat, y el diseño y elaboración del Arsat 3 han constituido hitos históricos en el desarrollo de la industria espacial y es el correlato de un camino marcado por el presidente Néstor Kirchner cuando, al borde de perder nuestro país la Orbita 81, decidió que el desarrollo y la investigación espacial sean una política de Estado.
Además de dos satélites operativos que durarán 15 años en el espacio, la empresa estructura la televisión digital y una Red Federal de Fibra Óptica que alcanza los 35.000 kilómetros -12.000 de los cuales están ’iluminados’ (transmiten)- y que corona en un Centro de Datos en Benavídez que opera como cerebro de la red.
La ley de Desarrollo de la Industria Satelital presentado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner luego del lanzamiento exitoso del ARSAT-2 el pasado 30 de septiembre, declaró de interés nacional el “desarrollo de la industria satelital como política de estado y de prioridad nacional” y aprueba el “Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035”.
El plan prevé “desarrollar y lanzar una serie continua de ocho nuevos satélites geoestacionarios de telecomunicaciones en los próximos 20 años”, fabricados y operados con presupuestos que incluyen recursos generados por la explotación de servicios.