«Esas armas que orgullosamente portan nunca más pueden ser direccionadas hacia el pueblo argentino»
Un día como hoy, pero de 2004, el ex presidente Néstor Kirchner ordenó el retiro de los cuadros de los presidentes de facto Jorge Videla y Reynaldo Bignone en del Colegio Militar de la Nación. El hecho se convirtió en uno de los hitos políticos de la era kirchnerista y un gesto institucional de reparación histórica. Pero también de inauguración de una nueva relación de las fuerzas armadas con la sociedad.
El discurso:
«Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor jefe del Estado Mayor General del Ejército; señor director del Colegio Militar de la Nación; autoridades nacionales, provinciales y municipales; personal militar superior y subalterno del Ejército Argentino; señores cadetes; señoras y señores:
Realmente nunca hubiera querido tener que estar ante esta instancia, porque recordar el 24 de marzo de 1976 es uno de los instantes más dolorosos y más crueles que le ha tocado vivir a la historia argentina en su conjunto.
Pero los argentinos todos, civiles, militares, la responsabilidad que tengamos, tenemos que generar un acto de conciencia e identidad que nos permita definitivamente entrar a marcar en el ángulo justo de la historia, aquel hecho terrible y lamentable.
Señores integrantes del Colegio Militar de la Nación y de las Fuerzas Armadas, señores generales y oficiales superiores: nunca más, nunca más tiene que volver a subvertirse el orden institucional en la Argentina. Es el pueblo argentino por el voto y la decisión del mismo, quien decide el destino de la Argentina; definitivamente terminar con las mentes iluminadas y los salvadores mesiánicos que sólo traen dolor y sangre a los argentinos.
También, definitivamente -y esto hay que tenerlo bien en claro- porque soy hombre que predica el amor y no el odio y el rencor, que el terrorismo de Estado es una de las formas más injustificables y sangrientas que le puede tocar vivir a una sociedad.
No hay nada por grave que sea que esté pasando en un determinado momento de la sociedad argentina o de cualquier sociedad, que habilite el terrorismo de Estado, y menos que en eso sean utilizadas nuestras Fuerzas Armadas que deben ser el brazo armado del pueblo argentino, deben estar absolutamente solidarias, conviviendo con todos los argentinos en pluralidad y consenso.
Vengo hoy, junto a los señores generales y al teniente general, jefe del Ejército Argentino, a rescatar el espíritu sanmartiniano de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestro Ejército, para que juntos podamos reconstruir en paz, convivencia y creatividad, un país con justicia, inclusión social, democracia, pluralidad y convivencia plena. Este es el objetivo que tiene nuestra presencia hoy aquí, este 24 de marzo.
El retiro de los cuadros que procedió a hacer el señor jefe del Ejército, marca definitivamente un claro posicionamiento que tiene el país todo, nuestras Fuerzas Armadas, nuestro Ejército y quien les habla como Presidente y como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, de terminar con esa etapa lamentable de nuestro país y que definitivamente, en todos los lugares de la Patria y de nuestras instituciones militares, esté consolidado el sistema de vida democrático, desterrado el terrorismo de Estado y apuntando a la construcción del nuevo país.
Estoy convencido total y absolutamente, porque lo he sentido en mis gestiones de gobernador, que nuestro Ejército va a trabajar y colaborar permanentemente en la construcción de la Argentina.
Este proceso de salir de la situación del infierno, donde siempre digo que estamos en el segundo escalón, no tengo dudas, pero también esta actitud de reencuentro con su historia Sanmartiniana, de acompañar los deseos plenos de todo un pueblo decidido a vivir en pluralidad y en democracia, marca un punto de inflexión y un nuevo tiempo histórico.
Señores: que el 24 de marzo se convierta en la conciencia viva de lo que nunca más se debe hacer en la Patria y que ese 24 de marzo, definitivamente deje en ustedes que son el brazo armado de la Patria, la conciencia que esas armas que orgullosamente portan nunca más pueden ser direccionadas hacia el pueblo argentino».