Expansión e integración ferroviaria en la Patagonia: proyectos sin decisión política de ejecución
(Por Héctor Jorge Colás*) La conexión ferroviaria de los puertos ubicados en los océanos Atlántico y Pacífico con las zonas productivas de la Comarca Viedma-Patagones, Guardia Mitre y los Valles de Conesa, Choele Choel, Alto Valle y Neuquén es una vieja aspiración Patagónica.
Esta antigua pretensión conjuntamente con la continuidad de las paralizadas obras de riego provincial que podrían cubrir un mínimo de 1.000.000 de hectáreas, son la llave de la transformación y el crecimiento de Río Negro. Lamentablemente estos emprendimientos no figuran como prioritarios en la agenda de los gobiernos nacionales y provinciales.
Resulta reiterativo que esporádicamente se refloten viejos proyectos de desarrollo nacional. Son leyes aprobadas que se encuentran olvidadas en el laberinto burocrático del Parlamento Nacional. Justo también es reconocer que las administraciones Patagónicas no gestionan, ni exigen, ni reclaman en conjunto anualmente estas iniciativas que de concretarse traerían crecimiento, trabajo y progreso para sus respectivas jurisdicciones.
En el mes de septiembre del 2015, el secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, anunció la firma de un memorándum de entendimiento con una empresa estatal China para la construcción de un servicio ferroviario Transpatagónico que uniría a las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz utilizando también la interconexión con la red ferroviaria existente.
El estudio contempla la conexión entre las ciudades de San Antonio Oeste y Choele Choel con la construcción de 183 kilómetros de rieles. Este enlace permitiría que toda la producción del Alto Valle de Río Negro y Neuquén pueda ser trasladada al Puerto de San Antonio para su exportación a través del ferrocarril, abaratando los costos y liberando las rutas que hoy utiliza el transporte automotor de carga para llegar a la estación marítima.
El proyecto considera también la prolongación del sistema ferroviario desde San Antonio Oeste en Río Negro hasta Puerto Madryn (Chubut) en un tramo de 350 kilómetros. Esta línea férrea continuará hasta las ciudades de Rawson y Trelew para llegar con rieles a través de 381 kilómetros a Comodoro Rivadavia en territorio de la provincia de Chubut.
El último tramo de la obra de expansión del servicio ferroviario argentino se completa con la construcción de 783 kilómetros de vías desde Comodoro Rivadavia hasta la capital de Santa Cruz, Río Gallegos.
Esta fue la información oficial sobre un posible acuerdo con la empresa ferroviaria estatal China.
Pero es preciso recordar que desde 1908 a través de la Ley 5535 se viene legislando sobre la extensión de la red ferroviaria en la Patagonia. La construcción de los ferrocarriles Trasandino del Sur y Transpatagonico son dos emprendimientos que cuentan con abundantes estudios de factibilidad técnica y viabilidad económica.
El 31 de agosto de 1994 se sancionó la Ley 24364 para el estudio y construcción del Ferrocarril Transpatagónico que incluso incorporaba un Puente Marítimo entre Punta Loyola (Río Gallegos) y Caleta La Misión (Tierra del Fuego)
En agosto de 2014 el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación declaran de “interés nacional la construcción y expansión de los dos emprendimientos ferroviarios”, contemplando la vinculación de las redes para operar indistintamente con puertos ubicados en el océano Atlántico y Pacífico.
En los fundamentos se señalaba que “en la actualidad restan construir 180 kilómetros de vías férreas entre Zapala y el límite fronterizo con Chile para completar el proyecto del Ferrocarril Trasandino del Sur.
Años atrás los diputados nacionales por Río Negro Carlos Larreguy y Ovidio Zuñiga en un proyecto de declaración solicitaron el cambio de la traza ferroviaria. Pedían la interconexión de la red que pasa por Choele Choel con Carmen de Patagones para brindar también el servicio a los Valles de Conesa y Guardia Mitre.
En los principales países del mundo los trenes de pasajeros se desplazan a una velocidad de 300 kilómetros por hora. Hace pocos meses España habilitó una nueva red ferroviaria para transportar mercancías con una extensión de 10.000 kilómetros para comunicar a Madrid con la ciudad de Yiwu en China.
Argentina, un país extenso, contaba en 1955 con 47 mil kilómetros de vías férreas, con conexiones a Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil. En 1958 el Presidente Arturo Frondizi inicia el desguace ferroviario contratando al general norteamericano Thomas Larquin. El plan de reestructuración presentado contemplaba el levantamiento de 7.000 kilómetros de vías, el cierre de talleres y el despido de 70.000 empleados ferroviarios.
Pero fue el Presidente Carlos Menem quién le puso el certificado de defunción al sistema ferroviario Argentino con cierre de líneas y privatizaciones del servicio.
Aquel anuncio del Secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos rescata parcialmente un histórico sueño de los pobladores del sur argentino. Pero es misión de los gobiernos patagónicos exigir al Poder Ejecutivo Nacional la urgente recuperación y extensión del sistema ferroviario regional planificado.
Son obras que no admiten más postergaciones. Debe establecerse una política de Estado consensuada para alcanzar la integración nacional. La construcción del Ferrocarril Trasandino y el Transpatagónico conjuntamente con la expansión planificada de las zonas de riego constituyen el eje del futuro crecimiento y progreso de la provincia de Río Negro
*Periodista