Según el INDEC, el consumo en supermercados cayó un 6,5% entre diciembre y enero
El INDEC reveló los datos de la Encuesta de Supermercados en el marco de sus tareas de reconstrucción de las estadísticas públicas. Los resultados no son alentadores. Muestran una contracción del consumo en el sector más sensible para los bolsillos.
La Encuesta arroja datos a precios corrientes, es decir que no contempla el efecto de los precios. Así, para el agregado del total del país, la Encuesta describe que en noviembre el consumo en supermercados a precios corrientes subió un 25,4% interanual. Esto implica en verdad una contracción de entre el 2,5% y el 7,1% según se consideren los datos de inflación de la Ciudad de Buenos Aires (29,6% interanual) o la de la provincia de San Luis (35,1%). Un 4,8% en promedio.
Esta caída en el consumo se suma a la de diciembre. Un aumento de las ventas a precios corrientes con una inflación anual del 26,9% o 31,6%, según el índice que se tome, arroja una caída aproximada del consumo del 1,8%. Es decir que entre enero y diciembre el consumo en supermercados acumuló una caída promedio del 6,5%.
Desde luego, esta merma no afecta a todas las provincias por igual. Mientras que el consumo en el país se contrajo en enero en promedio un 4,8% interanual, en la provincia más perjudicada, Entre Ríos, el consumo cayó un 8% y en la Ciudad de Buenos Aires cayó un 6%. Por su parte, en Mendoza y en el Conurbano, los mejor posicionados en la Encuenta, el consumo repuntó un modesto 1,4% anual este enero.
El INDEC aun no tiene datos de febrero, pero existe información agregada de lo que pasó con el consumo en los últimos 4 meses gracias al relevamiento de precios y ventas del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM). Y las fluctuaciones de precios al consumidor y volúmenes entre el primero de noviembre el 29 de febrero muestran que la caída del consumo no frena.
El impacto en la canasta producto por producto
Los productos de la canasta básica se denominan «inelásticos» porque deben subir mucho los precios para que la gente los deje de consumir. Y los economistas ranquean su grado de elasticidad dependiendo de cuánto consumo sea resignado frente a la suba de precios. Por ejemplo, en estos cuatro meses la leche en sachet, producto inelástico si los hay, subió un 38,2%, mientras que las ventas se contrajeron solo un 2,1 «y los yogures que registraron un alza promedio del 35,4%, bajaron sus ventas entre un 4 y un 11 %, según marca y calidad», destaca el informe.
El caso de la carne muestra no solo la caída, sino el deterioro de la calidad del consumo. Las ventas cayeron entre el 9 y 11% en Capital Federal (según los cortes que se consideren) frente a una suba del 34%, y en el interior la merma fue del 17 al 21,4% en el interior del país aunque la suba fue algo menor, 32,4%. «Se observa un claro cambio en los hábitos de consumo, demostrando, por ejemplo, que los compradores reemplazaron el Peceto por Falda, la Milanesa de Peceto o Bola de lomo por Cuadrada. También se observó una mayor venta de Churrasco de Paleta, en detrimento de Bifes con Hueso, y que se duplicó el consumo de Carne Picada», señaló el informe de INDECOM.
Con un aumento similar de precios, la gente optó por resignar más el consumo de panificados y productos de limpieza, que en lácteos y carne. El pan, cuyo precio «trepó en un 36 %, disminuyó su consumo en un 13%.» «A su vez, los polvos de lavar la ropa aumentaron los precios en un 32,4 % y bajaron sus ventas en un 18,3 %, mientras que otros productos de higiene personal como jabones de tocador y desodorantes que incrementaron sus valores en un 29,7 %, cayeron en su consumo en un 16 %.»
Responsabilidades compartidas
El titular de INDECOM, Miguel Ángel Calvete explicó que “el informe también sacó a la luz la cadena de responsabilidades que causaron esas subas durante los últimos 120 días”. En ese sentido, destacó que “los incrementos fueron generados en un 32,5 % desde el ámbito industrial y en un 67,5 % por la especulación de los diferentes canales de comercialización”.
En este sentido, otro informe de CAME (Confederación Argentina de la median empresa) detalló que la cadena de distribución aumentó en promedio 5,33 veces el precio de los productos de origen agropecuario antes de que llegue a las góndolas. Y agregó que este número es 19% menor que el mes anterior.
Así, aunque los precios sigan subiendo, la especulación se redujo significativamente. Principalmente, por el fuerte aumento en los precios de origen de la mayoría de los productos. Pero de todos modos sigue alto. El IPOD va desde el 193,35% para los limones al 1308,67%, o lo que es lo mismo 14 veces, en el caso de las peras. De igual modo, «el IPOD ganadero tuvo una leve caída de 1,5% en febrero, alcanzando una brecha promedio de 4,02 veces», destacó el informe.
Finalmente, el titular de INDECOM reiteró que “la especulación de muchos sectores ante el cambio de gobierno y el posterior sinceramiento de la economía dispararon los índices y obligaron a los consumidores a disminuir sus compras o a modificar sus hábitos”.
Y del mismo modo que la caída del consumo no afecta igual a todas las provincias, la suba de precios no pega igual en el consumo de todos los consumidores. Al respecto, el informe de INDECOM destaca que el 64,1% de la población se reúne en el segmento C3D, el segmento que tiene ingresos familiares entre 20 y 30 mil pesos mensuales. En este segmento, la suba de precios del a canasta básica impactó en un 52,3% de su bolsillo.
Mientras, en el segmento BLP, el de los que menos ingresos tienen (menos de de 12 mil pesos mensuales), la suba de precios alcanzó al 73% de su capacidad de consumo. Por su parte, en aquellos hogares con más de 50 mil pesos mensuales de ingresos, el segmento ABC1, las suba de la canasta básica solo repercutió en un 19,3% de sus gastos.