A los señores legisladores del PJ
(Jorge Castañeda*) Uno ve azorado que los dirigentes y legisladores del PJ rionegrino (provinciales y nacionales) lo único que hacen (hay excepciones) es denunciar en forma sistemática al gobierno y a veces con exabruptos y palabras hirientes, repitiendo los errores que en el pasado contribuyeron a hacerles perder las elecciones. Pareciera que nada ha cambiado y que poco han aprendido.
Se levantan cada día pensando a quién o quiénes van a denunciar, desde el Gobernador para abajo y ventilan sus despechos en los medios, total…algo quedará.
Por supuesto que de autocrítica nada, ni siquiera un asomo. Se olvidan que defendieron a pie firme al gobierno anterior. Son frágiles de memoria. Y si alguien les señala los errores se enojan, lo descalifican, lo suspenden en la afiliación, lo tratan de traidor o simplemente los expulsan.
Para saber quiénes en el peronismo son los traidores convendría recordarles la siguiente frase de Perón, al cual, está a la vista, jamás han leído y menos aún seguido su ejemplo, porque según su peronómetro, ellos son los únicos dueños de la verdad.
“El hombre tiene sus pasiones buenas y malas; y hay que tomarlo tal cual es, llevándolo despacito y con buena letra, como dicen los criollos. Con ductilidad, con pa ciencia y con tolerancia. Entre nosotros, -dice Perón-, compañeros de una misión común, con una doctrina común, no nos podemos ocultar la verdad; la verdadera colaboración está en decirle al amigo: “Esto está mal”.
“Esa autocrítica es la que nosotros debemos propugnar. Nos reunimos y en círculo reservado decimos todo lo que pensamos. Entre nosotros no puede haber reservas mentales. La reserva mental es una forma de traición al compañero y al amigo. Esto se hace de dos maneras: cuando la gente lo hace con encono y termina a silletazos; si lo hace con sinceridad, lealtad y bondad, termina con abrazos. Eso es lo que buscamos: que estas reuniones terminen con abrazos de amigos que se han puesto de acuerdo y han quedado liberados de reservas mentales, porque la lucha política lleva fatalmente a eso”.
¡Qué poco cumplen en Río Negro con el pensamiento del General!! La ciudadanía cuántas veces espantada ha visto en congresos y reuniones del peronismo, como los “compañeros” han terminado poniéndose las sillas de cogotera, al decir criollo de Mario Franco.
Los señores legisladores en vez de presentar proyectos (tal es la función para la que fueron electos) son una mera aparcería del Frente para la Victoria, haciendo política de parroquia partidaria y dedicándose solamente a denunciar, denunciar y denunciar, sin ton ni son, a diestra y a siniestra.
Y algunos dirigentes utilizando un vocabulario soez insultan por los medios a los funcionarios provinciales, incluso con agresiones personales que nada tienen que ver con la gran política que deben ejercer.
Uno los escucha denunciar por el solo hecho de denunciar y se da cuenta que simplemente son agitadores de pasiones y que nada bueno aportan a la democracia, que es otra cosa.
La ciudadanía está harta de estas malas costumbres. Desaprovechan en esas tenidas estériles la verdadera función de los parlamentos: presentar proyectos, debatir sin agresiones, consensuar los temas, acordar; en síntesis, desde la oposición, ejercer ese rol en forma razonable y aprobar o no un proyecto. Pero se ve que en vez de presentar iniciativas, solamente desfilan en el bulevar de las denuncias. Lamentablemente, de esa forma, poco aportan para solucionar los temas que afectan al pueblo que ellos dicen representar.
Enfermos de personalismo y de apetencias personales para continuar en sus cargos hacen como el viejo Vizcacha escupiendo al asado que no pueden comer.
La hora difícil que está atravesando el país en general, exige dejar de lado las chicanas, las denuncias sin grandeza, el oportunismo rampante y los viejos enconos, para dedicarse a su verdadera función: legislar con responsabilidad para el bien común de todos los rionegrinos.
*Escritor- Valcheta