Cuando #Niunamenos es #Vivasnosqueremos
(Por Mariana Carbajal).- A un año de la histórica movilización contra la violencia machista y los femicidios, el próximo viernes volverá a las calles el grito para reclamar #Niunamenos. Como telón de fondo, las cifras que muestran la expresión más extrema de la violencia de género: 286 femicidios registrados en 2015 y 66 más en los primeros cien días de este año, con casos que se multiplican en los que la Justicia no da respuestas oportunas ante las denuncias y las denunciantes viven aterradas por las amenazas de sus ex parejas –y en la desesperación recurren para pedir ayuda en redes sociales y medios de comunicación–; y otros casos en los que las medidas de protección dictadas no alcanzan para frenar a los femicidas, que parecen cada vez más cebados, y con víctimas cada vez más jóvenes. Como Micaela Ortega, de apenas 12 años, desaparecida en Bahía Blanca desde el 23 de abril, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en la medianoche del sábado y por cuyo crimen fue detenido un hombre, de 26 años (ver aparte).
Este año se suma una consigna que apuesta a la vida y se resume en la frase #Vivasnosqueremos, se agrega el reclamo por la legalización del aborto, contra las violencias hacia las disidencias sexuales, y la denuncia del impacto del ajuste, especialmente sobre las mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad y expuestas a la violencia machista. Se trata de una convocatoria plural, en la que se unieron agrupaciones de un amplio arco político –con excepción del macrismo–, y organizaciones sindicales, estudiantiles, de mujeres, y de periodistas, que acordaron concentrarse frente al Congreso a partir de las 17 y marchar hacia la Plaza de Mayo. “Venimos a decir que con ajuste no hay Ni una menos y que la pobreza es violencia. Venimos a gritar Ni una menos por femicidio, por trata, por aborto, por persecución judicial, por despido, por homo, lesbo y trans odio”, dice el documento que se elaboró desde el colectivo #Niunamenos, integrado por periodistas, escritoras y comunicadoras, para marchar el próximo viernes.
En diálogo con Página/12, Raquel Vivanco, coordinadora nacional de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá), una de las organizaciones que se sumaron a la convocatoria, advirtió que el presupuesto para el 2016 con el que cuenta el Consejo Nacional de las Mujeres, responsable de implementar la ley 26485 de protección integral contra la violencia de género, sancionada en 2009, representa “tan sólo el 0,0055 por ciento del total del presupuesto nacional, lo que equivale a 4,50 pesos por mujer para prevenir la violencia machista”. El CNM viene con escaso presupuesto y desjerarquizado desde el gobierno anterior.
El documento del colectivo #Niunamenos destaca como un logro el nombramiento de Fabiana Túñez, “una feminista” al frente del CNM, pero advierte que ese gesto no es suficiente para dar respuesta a la problemática, en un contexto de ajuste. Túñez está trabajando en la elaboración del plan nacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia machista, previsto en la norma, y adeudado desde la gestión kirchnerista. “Es cierto que se puso al frente del CNM a una feminista pero a la vez, el ajuste, el tarifazo, los despidos masivos, el fin de la moratoria previsional para las amas de casa que dedican su vida al cuidado de los otros, el escandaloso achique del Estado, golpean sobre todo a las mujeres, recortan nuestra autonomía, nos dejan más inermes frente a la violencia. Cuando la pobreza aumenta, las primeras perjudicadas somos las mujeres. Cuando el conflicto social se mete dentro de las casas, las más perjudicadas somos las mujeres. El ajuste y la inflación golpean directamente sobre nuestra capacidad de decir Basta”, dice el texto.
Este 3 de junio hay un compromiso contra la violencia machista dispuesto a sostenerse en el tiempo. “Por un lado, algo nuevo es que esta vez la propuesta no partió de un grupo cerrado sino que se buscó heterogeneidad, transversalidad y hacer pie en lo que nos une. Para eso se armaron reuniones abiertas para organizar las actividades con colectivos sociales, políticos, de sindicatos, activistas sueltas”, destacó en diálogo con este diario Vanina Escales, del colectivo de periodistas, escritoras y comunicadoras, desde donde se lanzó la convocatoria, y del cual forman parte, entre otras, Marta Dillon, editora del suplemento Las 12 de este diario, María Pía López, ex directora del Museo del Libro y de la Lengua, Carolina Marcucci, Florencia Minici, Marina Mariasch, y quien suscribe esta nota. Como parte de las actividades enmarcadas en la marcha del 3J se realizó un tuitazo el 25 de mayo –que se repetirá el próximo miércoles–, en el que miles de mujeres y personas trans contaron en primera persona su propio encuentro con la violencia. La catarsis también tuvo eco en Facebook. “Este sacar del closet, esta micropolítica tan efectiva frente a los discursos que relativizan la violencia a la que estamos expuestas, hace que el 3 marchemos poniendo el cuerpo, más expuestas y más vulnerables. El mensaje es claro: ‘Vivas nos queremos’. Creo que ahí radica la potencia del próximo encuentro”, agregó Escales. Para la periodista María Florencia Alcaraz, también del colectivo #Niunamenos, esa frase es clave para entender que “no solo vamos por el fin del machismo sino que estamos construyendo otras formas de vivir nuestras vidas. Lo expresamos con los cuerpos en las calles. Es decirnos: estamos unidas”.
El documento también advierte sobre la falta de reglamentación de la ley de patrocinio gratuito para víctimas de violencia machista, sancionada a fines de 2015. La necesidad del patrocinio gratuito fue uno de los reclamos del petitorio de la primera marcha. “Desde el Ministerio de Justicia ya se alertó sobre la falta de presupuesto para ponerla en práctica en una escandalosa vuelta atrás de un derecho básico para poder acceder a la Justicia”, dice el texto.
El nuevo petitorio recuerda que hace un año la movilización reclamó la implementación de la Ley 25.485. Y a continuación señala: “Eso exige políticas públicas, trabajadores y trabajadoras capacitados/as, formación de quienes se encargan del tema en las oficinas judiciales y estatales, presupuesto adecuado, creación de refugios, patrocinio jurídico de las víctimas, medidas de prevención y cuidado efectivas”.
La multitudinaria movilización del 3 de junio de 2015 se gestó a partir de la indignación social causada por el femicidio de Chiara Páez, la adolescente de 14 años que estaba embarazada y fue encontrada enterrada en el fondo de la casa de su novio, en Rufino, provincia de Santa Fe. Su novio, de 16 años, fue imputado por la muerte. Ese hecho desató un reclamo contra los femicidios promovido desde Twitter y Facebook por un grupo de periodistas y escritoras, que lo condensó en la frase #Niunamenos y se fue extendiendo por todo el país. Finalmente se expresó en la marcha frente al Congreso y en un centenar de concentraciones a lo largo y ancho de la Argentina. Por estas horas, el femicidio de otra adolescente, Micaela Ortega, de 12 años, de Bahía Blanca, encontrada este fin de semana asesinada, ensancha la dolorosa lista de víctimas de la violencia machista. Este año, la convocatoria en la ciudad de Buenos Aires volvió a surgir del colectivo de periodistas y comunicadoras “Niunamenos”. Se hizo un llamado abierto a sumarse a la organización. El sábado 14 de mayo fue la primera reunión en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y se repitieron en los sábados siguientes. Participaron representantes de numerosas agrupaciones de un amplio arco político identificado con el campo popular, además de integrantes de la Red de Periodistas por una Comunicación No Sexista, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, de la CTA, organizaciones estudiantiles, la Red de Monitoreo para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, entre otros grupos y entidades. Del encuentro no participó ninguna referente del PRO. Se están organizando además, concentraciones para el mismo día en las principales ciudades del país, con la presencia de familiares de víctimas de femicidios, encabezando las marchas en cada lugar.