Los desafíos de la oposición. ADN
A medida que el oficialismo se abroquela en Juntos Somos Río Negro, la oposición se desgrana en internas. El escándalo de José López caló hondo en el Frente para la Victoria, el massismo tiene dos vertientes, el radicalismo se aleja de Cambiemos y el Frente Progresista duró solo un instante.
El deterioro de los partidos mayoritarios y tradicionales dió paso a nuevas conformaciones políticas. Eso provocó un nuevo escenario en Río Negro. Y el surgimiento de un partido provincial al calor del poder estatal, terminó de dinamitar la vieja disputa entre radicales y peronistas.
Pero la provincia no es una isla. Y a la problemática local se le suman los coletazos de la política nacional. El escándalo del ex secretario de Obras Públicas de la Nación revoleando bolsos por sobre los muros de un convento cargados con 9 millones de dólares, implosionó el Frente para la Victoria. El Movimiento Evita abandonó el bloque en el Congreso y el PJ arma su propia banca. Un adelanto fue la votación por el allanamiento a las propiedades del ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. El cuarteto de diputados rionegrinos del FpV tomaron actitudes diferentes. Hasta acá, funcionaban homogéneamente. El kirchnerismo quedó reducido.
En Río Negro también se habló de López. Al presdiente del PJ le molestó un informe del periódico La Comuna de General Roca que cuestionó la obra del Paseo del Bicentenario, firmada por «lopecito» y el «gringo» Soria. «Es de muy mala leche vincular al ex intendente Carlos Soria con un chorro como José López», bramó Martín Soria.
El dirigente no solo salió en defensa de la memoria de su padre, sino que marcó su postura sobre la realidad política nacional. Tanto, que en otra entrevista, dijo: «Yo nunca fui kirchnerista, siempre fui peronista».
A muchos integrantes del Frente para la Victoria esas declaraciones no les gustaron, pero nadie salió a «bancar» el proyecto ni a despegar (como muchos dirigentes nacionales) a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de los casos de corrupción que se investigan.
Hoy, en el seno del FpV, se trabaja para que la sangre no llegue al río. No son pocos los que sostienen que la calma aparente y la unidad corren riesgo, y ponen como fecha de vencimiento el 2017 cuando se discutan las candidaturas a diputados nacionales.
Un dato aportan los optimistas: la reforma política macrista. El proyecto que presentó el Presidente incluye la boleta electrónica y otras modificaciones, pero mantiene las PASO. El ministro de Gobierno, Luis Di Giácomo, aseguró hace un tiempo -cuando la Nación convocó a las provincias a una mesa de diálogo- que Río Negro seguiría los pasos que se acordaran.
En rigor, las Primarias están vigentes en la provincia y no deberían (de acuerdo a las palabras de Di Giácomo) eliminarse, aunque sí sufrir modificaciones. De ser así, serían varios los candidatos del FpV y ello contendría a los sectores hoy en pugna.
Las listas -al menos en los pasillos- incluyen a María Emilia Soria, Javier Iud y Marcelo Mango. Pero la verdadera disputa está en la carrera hacia 2019, que ya tiene dos candidatos en ese espacio: Martín Soria y Martín Doñate.
Otro sector que está en plena ebullición es Cambiemos. Ayer, sesionó la Convención de la UCR y todo indica que busca fortalecerse lejos del PRO. Los tironeos entre ambos partidos vienen desde la conformación misma de la Alianza a nivel nacional. El destrato (dicen los radicales) que sufren de parte del macrismo es inaudito para un partido de la historia de los boina blanca.
Pero la gota que colmó el vaso fue la reunión que tuvieron los intendentes del PJ en el Ministerio del Interior. El radicalismo presiente (no equivocadamente) que los dirigentes del PRO rionegrino buscan acercar a la Casa Rosada a sus eternos adversarios.
Uno de los ideológos es el coordinador del Ministerio, Juan Martín, que proviene del PJ y se siente más cómodo con los dirigentes de ese sector. Esa preferencia y la búsqueda de armar Cambiemos alejado de la «vieja política» le provocó fuertes críticas de dirigentes históricos de la UCR como Darío Berardi y Daniel Sartor. Pero también le costó las ironías de Martín Soria.
El intenente de Roca fue excluido de la convocatoria. «Aparece un chico, subsecretario del Ministerio del Interior, junto con (Sergio) Wisky, y decían que no fui convocado porque me volví kirchnerista», retrucó Soria.
Pero el presdiente del PJ tuvo otras polémicas esta semana. El dirigente sindical Walter Cortés lo acusó de haber motorizado su encarcelamiento. El ex titular del gremio del Comercio está investigado por un presunto fraude de 2.000.000 de dólares en la denominada causa Arbos. Hoy está detenido en la cárcel de Esquel junto al ex intendente de Bariloche, Omar Goye, y el jefe de los Gastronómios, Ovidio Zúñiga, quien había vuelto a la escena política provincial promocionando al massismo.
Los seguidores del ex intendente de Tigre armaron el Partido Renovador. Y disputan la representación con el Frente Renovador: Un massismo, dos vertientes.
Los primeros no descarton convivir con los segundos, pero objetan la figura del ex candidato a gobernador de la UCR, César Barbeito. Por ahora, el radical no hizo más que una aparición pública. «Vamos a terminar todos juntos» vaticinó un dirigente viedmense.
Si el espacio de Sergio Massa se afianza, no será pocos los peronistas que allí confluyan. Hoy, el senador Miguel Pichetto está «cerca» del diputado y planifican estrategias conjuntas en el Congreso.
El caso de «lopecito» aceleró los tiempos. Uno de los objetivos del Frente Renovador era llegar al 2017 y volver a colocar -después de un triunfo electoral- a Sergio Massa al tope de las preferencias políticas. Evalúan que el de Mauricio Macri es un gobierno de transición, y en 2019 habrá otro peronista en la Casa Rosada.
Por eso, el reingreso del Massa PJ era triunfante. Sin lideragos fuertes, el peronismo iría -planifican en Tigre- en búsqueda de un conductor. Ahora, el nuevo escenario cambió la estrategia y no se descarta una fusión antes de tiempo. ¿Cómo operará eso en Río Negro?. El tiempo lo dirá.
Otro sector que quedó a medio camino y víctima de los vaivenes fue el Frente Progresista. La inclusión de Elisa Carrió en la Alianza Cambiemos dividió al espacio en Río Negro. Por un lado quedó la senadora Magdalena Odarda y el Socialismo, y por el otro el intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello, los legisladores Jorge Ocampos y Daniela Agostino, y un desprendimiento del ARI.
Tortoriello se afilió al PRO. Los legisladores participan de los encuentros macristas, pero aún no dan el paso definitivo. Algunas fuentes indicaban que podrían convertirse en el primer bloque macrista en el Parlamento rionegrino. Quizás sea, más adelante.
Desde lo político, Juntos Somos Río Negro tiene el camino allanado. Pero tiene desafíos de gestión. El segundo semestre será de escasos recursos y los gremios ya se preparan para pedir nuevos aumentos salariales. Las economías regionales no repuntan y son amenazadas por los tarifazos. Debe pagar sueldos y aguinaldos sin mejoras en la recaudación.
Ese panorama obligó al Gobierno a presentar otra emisión de Letras del Tesoro, y habilitar una prórroga en la concesión al Banco Patagonia como agente financiero. La versión oficial indica que aún no están los nuevos pliegos y, frente al vencimiento del contrato, hay que retrasar la nueva licitación. Pero la Provincia contrajo préstamos con la entidad y estirar los plazos es la garantía para su devolución.
Esta semana los productores frutícolas volvieron a plantear que la crisis es terminal para pequeños y medianos. Aún esperan los 50 millones prometidos en campaña. Bariloche sufre la falta de nieve y los altos precios, lo que significa una mala temporada.
La buena noticias es que están prosperando los amparos contra los tarifazos. La Justicia Federal impidió que se apliquen las nuevas tarifas del gas. Un alivio frente a la temporada de invierno para la industria del turismo y para los rionegrinos que habían recibido -en otoño- aumentos de hasta el 2000%, y que aseguraban que aún con los topes del 400 y el 500% no podrían hacer frente a esos costos.