Allanamientos en carnicerías de Viedma. Decomisan 1.700 kilos en dos días
(ADN).-Tres allanamientos se produjeron en carnicerías de Viedma entre ayer y hoy. Se decomisaron 1.700 kilos de carne. Los propietarios se unieron para impedir uno de los procedimientos donde intervino la policía. Los carniceros se quejan por el accionar de la fuerza y aseguran que la mercadería se quema completa. «Ni a los pobres, va».
El operativo comenzó ayer por iniciativa del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Sus inspectores tienen poder de policía y realizan tareas de control sanitaria de rutina. Pero frente a la resistencia -según dijeron- de los propietarios en abrir la cámaras de frío y luego de sufrir agresiones, hicieron una denuncia penal. Allí intervino el juez de instrucción Carlos Mussi, quien brindó asistencia policial a los agentes del Ministerio, basado en la figura de resistencia a la autoridad y entorpecimiento de la tarea institucional.
En ese marco se produce el tercer allanamiento en una carnicería de la calle Tucumán. Hasta alli llegaron en solidaridad varios carniceros de Viedma, lo que provocó una fuerte tensión. La policía cortó la calle y en custodia estuvo el grupo especial COER.
En contacto con ADN los carniceros se quejaron porque algunos allanamiento se hicieron sin orden judicial. Incluso denunciaron que la policía ingresó a la vivienda de los comerciantes, cuando las inpecciones debieron haberse realizado en el local.
Según plantearon, entre los tres decomisos, se «perdieron» 1.700 kilos de carne. «Eso se pudre todo. Lo dejan ahí al sol y pierde la cadena de frio. Y ahora lo llevan a que se queme. Ni a los pobres va esa carne. Un despropósito». La cifra fue corroborada por la policía. Los carniceros se quejaron porque los «controles no son para todos igual» y que en los allanamientos se incautó «carne con sello».
Un agente de policía (off the record) aseguró que la meradería era clandestina y mucha estaba en mal estado.
Por lo bajo, los carniceros admiten que parte del stock con el que trabajan es «sin sello». Fundamentalmente los dueños de carnicerías más chicas o de barrios alejados del centro. «Con el precio que tiene la carne no podemos hacer otra cosa», reconocen.
Los propietarios dicen que estas acciones del Ministerio son «caprichosas», acusan a quien conduce los operativos de «burócrata» y que «no sabe nada» de carnes. Parte de la mercadería confiscada es de dos carnicerías céntricas. Incluso una, de las más caras y reconocidas de la ciudad. «Esa carne está en buen estado y tiene sello», comentan los colegas que tienen sus negocios en otros puntos de Viedma.
Otra de las discusiones es el rol que ocupa en frigorífico local. «FRIDEVI no admite faena en pequeña escala», comentan los carniceros y aseguran que eso genera un alza en los costos. «Hasta que no haya un matadero municipal esto es un problema», dicen. El circuito sería así: con un sistema de menor escala, los pequeños y medianos productores de la zona podrían faenar allí a menor costo y distribuir en las carnicerías a un producto más barato. Hoy, solo los grandes productores pueden faenar en FRDEVI, que compra hacienda en grandes cantidades. Luego distribuye los cortes en el mercado local, en otros puntos del país y exporta otro tanto.
«Nosotros tenemos que competir con los precios de los supermercados», dice un carnicero. Una vez más, se abrió la polémica.