Edersa no paga la luz y debe $500 millones, ¿Habrá apagón en toda la provincia?
(Por Herman Avoscan).- Hace dos años que el grupo Neuss compró Edersa, la distribuidora eléctrica de Río Negro. Pero para los usuarios el panorama no cambió: sigue faltando el plan de inversiones que mejore la calidad del servicio. Incluso puede empeorar: diversas fuentes confirmaron que la concesionaria no está pagando la energía que compra en el mercado mayorista. La deuda asciende los 500 millones de pesos. ¿Habrá apagón en toda la provincia?
Uno nunca pierde las esperanzas
Por ejemplo, de que algún día en los manuales de derecho administrativo figure el caso de Edersa como un ejemplo de lo que no hay que hacer en un proceso de concesión de servicios públicos. Que algún bisnieto de Roberto Dromi (el autor intelectual de las leyes privatizadoras), reconozca en el caso rionegrino fallas tan obvias. Por ejemplo, que se haya tratado de una venta de activos y no de una concesión, como era habitual en las privatizaciones de los ‘90. Que cuando pensaran en un “largo plazo” para permitir la amortización de inversiones se pasaran de largo:
¿Para qué le sirvió a Río Negro esta privatización de su sistema eléctrico hasta 2091?
Para pagar dos meses de sueldos… y nada más. El gobernador radical Pablo Verani lograba un poco de aire para mantener una provincia incendiada, es cierto, pero a un precio excesivo.
Ya pasaron 20 años, y los resultados son muy escasos. El servicio sigue prestándose, pero siempre al borde del colapso.
Los especialistas coinciden en que el negocio de la distribución eléctrica es bastante simple y seguro:
Altos índices de cobrabilidad, rentabilidad asegurada y con un flujo de caja constante. Pero en la Argentina de 2001 – 2002 la crisis obligaba a “ser creativos”. Si todos los meses ingresa plata en efectivo, la tentación está al caer: con demorar algunos pagos, esa recaudación puede desviarse al sector financiero. Cuatro meses de ventaja pueden dar una rentabilidad extra. De a poco, el negocio eléctrico empieza a dejar de ser el eje de la actividad de Edersa, cediendo espacio al negocio financiero.
En octubre de 2013 hubo un cambio que nos hizo creer que el servicio podía mejorar: se fueron Camuzzi y Colombo, llegaron los Neuss. Los nietos de Hermann, el alemán que a principios del siglo XIX montó una sodería en Belgrano y que después se hizo famoso con su línea de gaseosas.
Pero poco y nada cambió
El servicio se mantiene en las mismas condiciones. Y aumentó la deuda de Edersa: 500 millones de pesos; el equivalente a un año de provisión de energía. Especulan con que el poder regulador (el Estado), no se va a animar a cortar la luz a toda una provincia. La conmoción política, económica y social sería brutal. Por eso, a pesar de las quejas empresarias por una supuesta falta de rentabilidad y de atraso tarifario, el negocio sigue siendo importante. Los clientes, todos nosotros, pagamos so pena de quedarnos sin servicio. La empresa distribuidora, además de mezquinar las pocas obras que debe hacer para mantener la calidad del servicio (que siempre está al límite), se hizo de un lindo colchón financiero.
Las intimaciones de la Secretaría de Energía provincial por la falta de pago a Cammesa son rechazadas: nada tiene que hacer el Estado rionegrino en esa relación. Aduce que es un vínculo entre privados y la provincia no tiene por qué meterse…
¿Entonces?
Tal vez habría que repensar el modelo eléctrico del país: el rol de las distintas instituciones; la necesidad de asumir otros roles desde el poder concedente y de que la Justicia empiece a poner lo suyo para garantizar la transparencia. Se trata de definir claramente si la provisión de energía es un servicio público esencial o exclusivamente un negocio financiero para un actor privado.