Lavagna señaló que «es una vana ilusión que la inversión sea motor de la economía»
El ex ministro de Economía Roberto Lavagna consideró que usar «solo la inversión como motor» del país «termina en una vana ilusión». Por esto, el integrante del Frente Renovador recomendó dar impulso al consumo interno.
Según el economista, «en materia económico-social, los nueve meses iniciales resultan menos positivos que en materia institucional. En parte, por la dinámica de estancamiento con inflación que traía la situación previa al cambio de gobierno, pero también por decisiones propias».
En una entrevista publicada en el matutino El Cronista, Lavagna consideró que «el estancamiento se convirtió en recesión y la inflación ha subido 15 puntos por encima del 25% previo. El primer problema, creo, ha sido el error de diagnóstico: el solo cambio de gobierno no haría que llovieran las inversiones».
Además, indicó: «el acordar a las apuradas, solo concediendo y sin una verdadera negociación con el mini grupo de acreedores, no hizo que Argentina recuperara acceso a los mercados de crédito a tasas comparadas con otros países de la región. La inflación ha estado lejos del anunciado entre 20% y 25%, más cerca de 20%».
Para el exfuncionario, «hay una vieja receta de decir que las inversiones o como mucho las inversiones más las exportaciones son el motor de la economía. Aunque no se lo haga explícito eso significa que el consumo es visto sólo como un residuo, como la consecuencia».
«El problema es que ese residuo es en grandes números el 75% de la demanda. Como sociedad, nuestra clase dirigente sigue teniendo problemas en encontrar un justo medio. O caemos en el populismo de alentar el consumo sin importar la inversión, lo cual tiene patas cortas o, en el otro extremo, en sacralizar la inversión», enfatizó.
Por ese motivo, dijo: «¿no sería más fácil darle un rol protagónico al 75% de la demanda agregada, pero al mismo tiempo conjugarlo con la absolutamente imprescindible inversión?» «El consumismo puro termina en nulo crecimiento e inflación. Sólo inversión como motor -salvo en sectores protegidos y/o subsidiados- termina en una vana ilusión», añadió.
Por último, señaló que «la tríada salario-empleo-consumo conjugada con la dupla inversión-productividad es, a mi juicio, la respuesta. De la gran crisis de 2001-2002 salimos precisamente con esa óptica».