Desarrollo vs Deuda: desde la UBA alertan por las medidas económicas de Cambiemos
La Cátedra Abierta Plan Fénix de la Facultad de Ciencias Económicas advierte que si persiste con las mismas políticas ejecutadas por el Gobierno “llevará al estancamiento y al re endeudamiento”, trayendo consecuencias negativas para amplios sectores de la sociedad.
Después de once meses desde que se produjo el cambio de Gobierno, la Cátedra Abierta Plan Fénix, de la Facultad de Ciencias Económicas, UBA, emitió un comunicado en el que explican las consecuencias de las políticas implementadas por Cambiemos. En este sentido, si bien reconocen que el ciclo expansivo iniciado en 2002 se había amesetado a partir de 2011, y que se produjo una insuficiente inversión y restricciones en el sector externo, este Gobierno señaló como problema central la inflación y el déficit fiscal cuando terminó tomando medidas distributivas que contradecían el objetivo de mejorar esos inconvenientes.
Medidas ejecutadas y consecuencias
. Se liberó el mercado de cambios y se produjo una devaluación del orden del 60 por ciento, teniendo consecuencias notables en el aumento de precios.
. Se eliminaron algunos impuestos al comercio exterior y se aceleró el proceso inflacionario y el déficit fiscal.
. Ante la falta de reducción del déficit fiscal, se avanzó aceleradamente en un proceso de endeudamiento externo, además de recurrir a un nuevo blanqueo de capitales.
. Se impusieron topes a los aumentos salariales muy por debajo de los índices de inflación. Además hubo miles de despidos, lo que permitió aumentar la amenaza del desempleo, logrando redistribuir el ingreso en favor de los sectores más concentrados.
Por otro lado respecto al sector privado, según explican desde Plan Fénix, se planteó que allanar el camino a la inversión privada doméstica y externa sería el centro de la estrategia de crecimiento, creyendo que con la sola transferencia de recursos hacia sectores más concentrados se obtendría inversión cuando lo que más aumentó fue la fuga de capitales. “Se vuelve a insistir en la confusión conceptual entre inversión productiva e “inversión” financiera, que tienen efectos opuestos sobre la producción y el empleo. Y en definitiva, el tipo de cambio real, a once meses de iniciada la gestión, no muestra un nivel que permita consolidar un grado de competitividad externa significativa”, explicaron.
En esta línea indicaron que “los cambios abruptos de posicionamiento no movilizan inversiones por sí mismos. No generan credibilidad, porque al ser repentinos y exagerados no son considerados sostenibles por parte de los decisores, tanto empresariales como de otros gobiernos”.
Si bien reconocen los problemas macroeconómicos de la gestión anterior, como la falta de inversión, restricción externa e inflación, señalaron que “existían algunas fortalezas que no hacían presagiar crisis o derrumbes económicos”.
“La deuda pública, externa e interna, había alcanzado niveles administrables, y no existían dificultades para su renovación. La conflictividad social era relativamente baja y había margen para la toma de decisiones graduales que permitieran superar problemas coyunturales y estructurales acumulados. La inflación había alcanzado un nivel importante, pero distaba de encontrarse en curso un proceso de espiralización. La mayor dificultad la presentaba el frente externo, por la brusca caída de los términos de intercambio y la fuerte recesión de Brasil, nuestro principal socio comercial”, explica el comunicado.
En este sentido indicaron que crear una economía genuinamente competitiva no puede basarse en la mera pleitesía al sector privado, ni en la esperanza de procesos espontáneos de maduración productiva o tecnológica. “Es una tarea que demanda construcción consciente de capacidades, tanto en el Estado como en el sector privado, mediante un plan articulado que permita delinear escenarios de largo plazo y políticas y proyectos acordes”, concluyeron.