Ricardo Alfonsín competirá por una banca y busca radicalizar la UCR
El diputado nacional Ricardo Alfonsín busca volver a «radicalizar» a la UCR con el armado de un sector interno que ponga «freno» al avance del ala «más neoliberal» de la alianza gobernante Cambiemos; un objetivo que lo encontrará disputando una candidatura.
Alfonsín se convirtió desde hace tiempo en la piedra en el zapato de la conducción de José Corral al frente del Comité Nacional del radicalismo, pero también de su antecesor en el cargo, Ernesto Sanz, quienes lidian por mantener en caja a los radicales díscolos que -como el dirigente de Chascomús- se sienten incómodos en la sociedad con el macrismo.
Télam publicó que el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín tiene decidido competir por una banca el año próximo y lo hará encabezando una lista «radical pura» -por el momento- en la interna de Cambiemos.
Con el objetivo de articular un nuevo espacio interno que sea capaz de «poner freno» al «avance» del «ala más neoliberal» de Cambiemos, el diputado nacional viene desde hace unos meses recorriendo el territorio bonaerense, realiza actos en los comités de cada distrito y mantiene conversaciones con dirigentes, intendentes y concejales de la provincia, pero también con los de otros puntos del país.
Días atrás, Alfonsín tildó de «adolescentes» a los dirigentes de su partido que se enojaron por la foto que mostró a Cristina Kirchner con la boina blanca con pompón rojo en un acto por los 100 años de la asunción de Hipólito Yrigoyen, que organizó el radicalismo kirchnerista de Leopoldo Moreau.
«Lo más grave es que se despartidizan los partidos. Algunos dirigentes políticos se van porque desde el punto de vista electoral ese partido no es un vehículo interesante; otros se quedan en los partidos pero cambian al partido, que es distinto», disparó y opinó: «El radicalismo se desradicaliza. Yo sigo en mi Partido para que vuelva a ser lo que tiene que ser, porque creo en la política y en las ideas».
Según aseguraron a Télam desde su entorno, Alfonsín profundizará su ya marcada diferenciación respecto de algunas de las medidas de la administración de Mauricio Macri, pero en adelante, lo hará «sin reparo alguno» porque -dicen- «no está dispuesto aceptar la derechización» de la alianza gobernante.
Con menos estridencia que Carrió, pero con igual persistencia, Alfonsín cuestionó varias de las iniciativas tomadas en la Casa Rosada desde el 10 de diciembre pasado, entre ellas, el frustrado intento de nombrar por decreto a jueces en la Corte Suprema de Justicia, el incremento en los servicios públicos, el acuerdo con Gran Bretaña y la reducción del presupuesto en Ciencia y Tecnología.
Más recientes fueron sus críticas a la intención del Ejecutivo de limitar las competencias y el mandato de la procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó y la posibilidad de un tratado de libre comercio con Estados Unidos.
El dirigente radical sabe que el escenario actual presenta dificultades para consumar sus planes (Alfonsín acaba de perder el manejo de la UCR bonaerense en manos del vicegobernador Daniel Salvador), pero confía en poder aglutinar fuerzas a partir de dos «factores centrales» que –evalúa- desvela a sus correligionarios.
Por una lado, el persistente descontento por la «poca incidencia» que tiene la UCR en la marcha de los gobiernos de Macri y de María Eugenia Vidal y, por el otro, el temor de algunos radicales de quedar relegados en el armado electoral del año próximo si se concretan los acuerdos que viene sondeando el Pro con sectores del peronismo.
Alfonsín aún no decidió si buscará renovar su banca como diputado nacional o si intentará saltar al Senado, algo que definirá cuando los jugadores dentro y fuera de su espacio estén en la cancha.
La plataforma hacia la Cámara alta resultaría un desafío para el dirigente de Chascomús: en esa categoría podrían competir Elisa Carrió (CC-ARI), Margarita Stolbizer (GEN), el neurocirujano Facundo Manes (quien parece impulsado por Vidal), pero también el líder del Frente Renovador Sergio Massa, el ex gobernador Daniel Scioli, el ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo y hasta la propia ex presidenta Cristina Kirchner.
Con todo, los números que maneja su equipo permiten un cauteloso optimismo: una reciente encuesta realizada por Ricardo Rouvier & Asociados ubica al diputado nacional con un nivel de conocimiento del 98 por ciento entre los bonaerenses, y con una imagen positiva del 59,7 por ciento, por sobre Massa y Stolbizer.
«Si no armamos listas propias para las PASO del año próximo, será el principio de la desaparición del radicalismo. Los peronistas no van a venir gratis a Cambiemos y nosotros quedaremos absorbidos por el PRO», analizan desde el entorno de Alfonsín.