Cuando pase el temblor
(ADN).- El bloque del FpV tembló. Quizás fue un sismo que no alcanzó un grado preocupante en la escala Richter, pero se sintió. Por segunda vez el principal bloque legislativo de la oposición votó dividido en el parlamento rionegrino.
El gobierno puso en debate dos temas que generaron discusión y conductas por fuera de la disciplina y la verticalidad, conceptos que están en la génesis del peronismo. El temblor afectó a todos y su onda expansiva llegó al partido y a los municipios gobernados por el FpV.
El tratamiento del pliego de licitación del agente financiero provincial y el presupuesto rionegrino para el 2017 derivó en votos por fuera de lo acordado en la bancada opositora y en ambos casos la referencia concreta para fundamentar esta disidencia fue que las necesidades de los intendentes no se conjuga con el posicionamiento político dentro de la actividad parlamentaria y la conducción partidaria.
Alejandro Marinao, presidente de la bancada se sacudió, retomó la vertical, recibió distintas llamadas telefónicas, entre ellas la de Martín Soria y el senador Miguel Pichetto. El hombre de línea sur sabe que la estantería quedó resentida.
Es inevitable entonces una referencia al PJ, en tanto no puede articular una política de enfrentamiento a la administración Weretilneck, con la realidad de los municipios y el propio bloque.
Vale mencionar a Juan Domingo Garrone, ex jefe comunal de Godoy, cuando era presidente de la Liga de Intendentes y en plena campaña electoral del 2010/11, el entonces titular del peronismo rionegrino Carlos Soria enfrentaba al gobierno provincial de Saiz. “El “gringo” Garrone, si bien era oposición, siempre cuidó a los intendentes para que no quedaran desprotegidos del necesario apoyo gubernamental.
Aún los legisladores, jefes comunales y el propio Martín Soria no pueden soslayar el impacto de una eventual fractura del bloque y sienten que lo que pasó no es neutro.
Marinao conduce el barco en aguas agitadas. Reconoce que cualquier conducta por fuera de la unidad lo afecta. La mayoría de sus pares le hicieron llegar el apoyo y que si hubiera hoy una votación seguramente saldría airoso. No se observa a nadie en condiciones de asumir la presidencia del bloque. De todos modos su objetivo es llegar a febrero con “la casa en orden” y el año que viene se verá.
Los legisladores saben de la fragilidad económica y financiera del oficialismo. Preocupa el endeudamiento y las experiencias pasadas auguran un horizonte con muchas dudas y aún así reconocen que el gobierno volvió a ganar.
Los jefes comunales tienen que gobernar a diario la crisis en sus pueblos y no descartan apoyo de ningún orden, ya sea del gobierno provincial, como del gobierno nacional y esto explica también las buenas relaciones generadas en torno a Juan Martín, delegado para Río Negro del Ministerio del Interior.
En este contexto el gobernador Weretilneck sabe que es redituable tratar sin discriminación y con deferencia a los intendentes justicialistas.
Cuando pase el temblor, se podrá observar cómo quedará el bloque opositor, hoy es un conjunto de subgrupos, con poca historia pasada en común y con independencia de pensamiento partidaria. Así se llega a fin de año.