Interna en la cúpula policial. Ascensos y traslados
(ADN).- Se viven horas tensas hacia al interior de la Policía de Río Negro. Y el origen, en parte, está en la cada vez más deteriorada relación entre el jefe Mario Altuna, y el subjefe Daniel Jara. Varios integrantes de la fuerza -con mando en la tropa- relatan (por lo bajo) los pormenores de esa convivencia que se complejiza en estos días, porque es época de traslados y ascensos.
Altuna está de vacaciones y Jara estaría avanzando por su cuenta en las nuevas designaciones y traslados. Ayer se iba a conocer la nomina definitiva, pero se postergó. El motivo de esa dilación -relataron fuentes policiales a ADN- es que el Subjefe «no hará jugadas en solitario», sino que le ofreció para su corrección el listado al gobernador Albeto Weretilneck.
El Gobernador le hizo algunas observaciones y eso demoró los cambios. Al interior de la fuerza se ve advierte un avance de Jara si resuelve las designaciones (ni más ni menos que las jefaturas de las unidades regionales), y quedará fomado un generalato que «deberá gratitud» por esos ascensos al Subjefe, lo que aislaría aún más a Altuna de esa franja de decisión y mando.
Pero además, Weretilneck -evalúan en la Policía- le da una «cuota oxígeno extra y vuelo propio» a Jara, a quien considera un oficial de suma lealtad. En parte, ese favoritismo se.exploiaría porque el Gobernador tiene una buena relación con la jueza de Cipolletti, Alejandra Berenguer, esposa del Subjefe, y eso ha facilitado los vasos comunicantes.
El punto es cómo queda Altuna. Por el momento, marginado de alguna decisiones, aseguran. A nadie escapa la verticalidad que rige las relaciones en la Policía, y el Jefe podría convertirse en un general sin tropa, tal como lo dejaron entrever oficiales del Alto Valle. Y no se trata sólo de dejar en evidencia quien manda, sino que «Jara quiere quedarse con el sillón de Altuna», y la movida subterránea se da con el Jefe alejado de los centros de decisiones.
Hay un mar de rumores y especulaciones, porque Jara no solo puede gratificar con ascensos y buenos destinos a quienes gozan de su confianza y simpatía, sino porque tiene en sus manos la facultad.de «castigar» a.quienes no se identifiquen con su estilo o que hayan jugado con mayor lealtad con el jefe Altuna.
Estas aguas borrascosas bañan con mayor o menor intensidad la vida de la institucion al momento de ascensos y traslados. Pero ahora tiene la particularidad de que muchos lo ven al Jefe desplazado de la mesa de las decisiones.