Obras y política. ADN
El proyecto para financiar el Plan Castello llegó a la Legislatura. El Gobierno encontró el tiempo, los consensos y (aparentemente) los votos. Quitó las obras irritantes como las ciudades judiciales y los aeródromos y se ahorró unos 300 millones de dólares. En épocas de estrechez económica, los municipios empujan el empréstito. Se abre el debate en las comisiones y en la arena política.
El año que transcurre es electoral y todos quieren mostrar gestión. Y el bono garantiza fondos para llevarlas adelante. Hay un informe (al que tuvo acceso ADN) que muestra la distribución: 898.371.744 millones de pesos se coparticiparán directamente a los Municipios y 11.648.256 millones a las Comisiones de Fomento. El resto de los 580 millones de dólares, se destinarán a obras acordadas o por acordar.
Esos números ilusionan a los jefes comunales. Y ponen en aprieto a los legisladores que anunciaron su oposición. ¿Cómo vuelven a sus pueblos? ¿Cómo le explican a sus vecinos que los privaron de obras? ¿Cómo evitan la ruptura con sus intendentes? Sobre esas preguntas se montó el oficialismo. La contradicción y la pelota están ahora en las bancadas de la UCR, el Frente Progresista y el Frente para la Victoria.
Para peor, en el bloque del FPV (que se muestra más hostil al endeudamiento) hay ex intendentes que conocen la pelea por la coparticipación y las obras históricas: Alejandro Marinao, Ariel Rivero, María Maldonado y Luis Albrieu deben computar el ingreso de dinero fresco a las arcas de las ciudades que comandaron y el esquema de ejecuciones que están planteadas para sus regiones.
De todos modos, algunos legisladores evalúan que, aún con los beneficios que otorga el Plan, la Provincia genera una deuda a varios años y compromete las gestiones que vendrán después de 2019. Incluso, se quejan porque han pedido presiciones a Economía y ese Ministerio las escamoteó.
Ahora, el proyecto está en el Parlamento y todos tienen acceso. El vicegobernador planteó que el financimiento para el Plan debe ser aprobado por todos los legisladores. Para eso, dijo, están abiertas las comisiones y garantizó debate pleno para lograr cosensos.
Pero la política juega su rol.
Alberto Weretilneck se encargó de cosechar el respaldo de los bloques de la UCR y el FP. Esos tres votos, más los 26 de Juntos Somos Río Negro, totalizan 29. El empréstito requiere, de acuerdo a lo que marca la Constitución, los dos tercios de la Cámara para ser aprobado. Es decir, 31 votos. Aún le falta sumar al menos 2 votos de los 17 que tiene el FPV. Un tema a resolver. Igual que el voto de Rubén López. El legislador está en uso de licencia porque fue acusado de abuso sexual. Sin ese jugador, necesita 3 voluntades. ¿Renunciará López y permitirá el ascenso de María Gemignani? La ex legisladora y suplente de líder del gremio de la fruta, está distanciada del gobierno después que el Superior Tribunal de Justicia declarara inconstitucional la municipalización de Las Grutas, un tema que fue su leitmotiv.
El presidente del PJ, Martín Soria, encabeza el rechazo al endeudamiento. Para frenar el empréstito necesita mantener abroquelada la bancada opositora, sin que nadie salte el cerco. Si lo logra, le asestará un duro golpe al oficialismo. Pero… ¿tensará demasiado la cuerda?. Está en evaluación, ya que puede poner en riesgo la unidad.
Quizás, apueste a un entendimiento con los intendentes y avancen en Comisiones en «garantías» para que las obras se ejecuten y el dinero llegue efectivamente a las arcas municipales. Así, mantiene la unidad, escencial para llegar con chances a las elecciones de octubre, un premio mayor, que pone al FPV en carrera para la gobernación en 2019.
Soria escuchó a los jefes comunales de Conesa (Alejandra Más) y de Pilcaniyeu (Néstor Ayuelef) respaldar el Plan Castello. Y sabe que hay otros están en esa línea. ¿Por qué negarles financiamiento?. Después de todo, si sus gestiones son exitosas, pueden legitimarse en las urnas y aportar al objetivo principal.
Entre tanto, muestra que su propia gestión en Roca es buena y for export. Cerró un balance con superávit, lo que ninguna otra ciudad grande de la provincia pudo. Incluso, en este marco de crisis financiera nacional.
Soria quiere acordar respaldos para la postulación de su hermana María Emilia, a la diputación nacional. Ya tiene el visto bueno de un sector del PJ, del Frente Renovador y del Frente Grande. Ahora, tiene que cerrar con el kirchnerismo y evitar las PASO.
El viernes, Axel Kiccilof congregó una multitud en Bariloche. Vino en el marco de las «Plazas del Pueblo» que se desarrollan en todo el país. Desembarcó de la mano de Martín Doñate, el diputado nacional busca consolidarse como una opción a Soria en el PJ pensando en 2019. Y la llegada del ex ministro de economía de Cristina Fernández de Kirchner, lo coloca como líder del kirchnerismo en Río Negro, un espacio nada despreciable por la cantidad de votos que viene cosechando en las últimas elecciones nacionales. Hay otras dos conformaciones: Kausa Peronista y el Frente Ciudadano. Todos comulgan con el liderazgo de la ex Presidenta. Y confluirán (seguramente) en un proyecto común.
Kicillof pidió conformar un espacio amplio donde converjan todos los sectores que pretenden una Argentina más justa e igualitaria, lo opuesto al proceso neoliberal que encarna el macrismo.
¿Qué hará Juntos Somos Río Negro? Por lo pronto mantiene su eslogan de defensa de los intereses de los rionegrinos. Ese objetivo sigue siendo aglutinante y mantiene a flote al oficialismo y lejos de las rencillas nacionales. Le da oxígeno a Weretilneck para manejarse en el andarivel del medio. Por eso, el vicegobernador abrió el espacio a la senadora Magdalena Odarda y así seguir ampliando el proyecto provincial.
Pedro Pesatti valoró la tarea de Odarda en el Congreso. Y dijo que comparten idéntica formación política. Los halagos del vice fueron música para los oídos de la líder de la CC-ARI, enemistada con el macrismo: asegura que en Río Negro, Cambiemos es (Joe) Lewis, el magnate inglés dueño de Lago Escondido, y acusa al diputado Sergio Wisky de ser vocero de esos intereses que son, entre otros, la extranjerización de la tierra, la apropiación de recursos naturales y negocios con el Estado nacional.
Pero hay otro dato. Las encuestas le dan un alto porcentaje de aprobación a Odarda. Integra, junto a Weretilneck, Martín Soria y Pesatti, el cuarteto de dirigentes con mejor imagen.
La última medición que confirma eso es la de Cambiemos. El gobernador está al tope de las preferencias. La encuesta indica que en JSRN fuera de Weretilneck y Pesatti no hay dirigentes con conocimiento y buena imagen. Los mismo ocurre en el PJ y esa potestad es del intendente de Roca.
El campamento macrista arrojó datos esta semana. Se confirmó la intervención al PRO y el radicalismo confirmó que habrá confluencia. Los boina blanca reunirán su Convención y aprobarán la constitución de la alianza Cambiemos en la provincia. Esperan liderar el proceso.
Aún está pendiente el debate por las candidaturas. La encuesta que realizó el partido del Presidente busca una referencia por fuera de la política. Se piensa en un dirigente rural.
El interventor, Enrique Braun, aseguró que el jefe de campaña será Sergio Wisky. Lo mismo ocurrirá en otros distritos. Esa responsabilidad (donde no sea gobierno) recaerá en los diputados nacionales. También respaldó a Juan Martín, como coordinador político del PRO.
Todos los sectores van buscando coincidencias, consensos y sumatoria de voluntades. Sin embargo, la política tiene otros ribetes y no siempre es numérica.