Se redujo 3% la participación de los trabajdores en el PBI
Las políticas económicas del gobierno de Cambiemos generaron una transferencia de recursos desde los trabajadores hacia sectores económicos que alcanzó los 256.000 millones de pesos en 2016, según un estudio. Esa transferencia, equivalente a unos 16.000 millones de dólares, implicó una caída en la participación de los asalariados en el ingreso del 37,4% al 34,3% del Producto Interno Bruto entre en 2016, respecto del año anterior.
Estos datos se desprenden del informe de coyuntura del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), dependiente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que dirigen Mariano Barrera, Mariana González y Pablo Manzanelli.
Esa transferencia de ingresos, según el análisis de CIFRA, se produjo por la suma de la devaluación, la quita o baja de retenciones a las exportaciones, el aumento de las tarifas de los servicios públicos, la apertura comercial, la liberalización del movimiento de capitales y la suba de la tasa de interés.
El estudio señala que estas pujas por la distribución del ingreso se dieron en un marco de aceleración inflacionaria durante todo el 2016.
Mientras unos sectores aumentaron sus precios relativos por encima del promedio de 41,6%, como el agro (83,9%), la intermediación financiera (60,9%), electricidad, gas y agua (57,4%) y minas y canteras (49,9%), quedaron por debajo de la media la industria manufacturera (39,7%), el comercio (39,6 por ciento), transporte y comunicaciones (34,7%) y la construcción (30,5%).
Las causas fueron la caída del consumo (que no se ha detenido), el incremento de los costos de los servicios públicos y la apertura comercial, que sólo en escasa medida fue compensada por la suba del tipo de cambio real.
Esta modificación de precios relativos se desplegó en un marco internacional complejo, caracterizado por la intensificación de la lucha competitiva que se reflejó en una importante caída de los precios de las exportaciones argentinas, que además se reprimarizaron, dice el informe.
De este modo, el eje ordenador de la economía argentina se desplazó de la economía real y el consumo hacia la especulación financiera.
El único componente de la demanda agregada que creció en 2016 fueron las exportaciones, pero esto traccionado por las ventas de productos primarios, apuntó el CIFRA.
En cambio la caída del salario real y el aumento del desempleo redundaron en una merma del consumo privado y no es exagerado decir que la inversión productiva se derrumbó.