Garantizan educación a una estudiante en la escuela de Río Chico Abajo

El Ministerio de Educación y Derechos Humanos tomó la decisión de ofrecer a la familia de la única alumna de la escuela primaria 331 de Río Chico Abajo, su traslado con pase a la escuela N° 163 de Río Chico pueblo.

Esta decisión tiene como objetivo ampliar el servicio educativo para la alumna, ya que la escuela primaria N° 163, que se ubica a 30 kilómetros de la anterior, cuenta con todos los niveles educativos: jardín de infantes, cuatro secciones de Educación Primaria, con todas las horas especiales, talleres de teatro y segundas lenguas; y el CEM virtual para Educación Secundaria. Una educación plena, con socialización entre pares y otros docentes, como en cualquier otra ciudad rionegrina. De esta manera, el Estado garantiza y amplía el derecho social a la educación, y ofrece un aprendizaje integral y comunitario.

En el establecimiento también funciona el CEPJA, que es la modalidad virtual para jóvenes y adultos; y la escuela 35 de Educación Básica de Adultos, con talleres prácticos para la incorporación de oficios para el mundo del trabajo.

Desde 2015, la primaria 331 registra una baja en su matrícula. El año pasado, ya eran solo dos estudiantes, hermanas entre sí. Una de ellas, hoy está en edad de cumplir con la obligatoriedad de la Educación Secundaria.

El establecimiento cuenta con un solo personal docente, que es la directora a cargo; y un agente de servicios generales que, con el cierre transitorio, ya fue reubicado en la primaria 163, en el paraje.

“Siempre buscamos garantizar el pleno ejercicio del derecho social a la educación de todos nuestros estudiantes. Por otra parte, el proceso de escolarización de la niña en cuestión no era continuo ni habitual. Las clases de este año comenzaron en febrero y recién recibió los primeros contenidos de 2017 luego de la segunda quincena de marzo”, explicó la ministra de Educación y Derechos Humanos, Mónica Silva.

Consciente del panorama, la cartera realizó diversas intervenciones desde el año pasado, a través de la supervisora zonal, el ETAP, la Dirección de Educación Primaria y el propio Consejo Escolar local.

La cartera instrumentó todas las intervenciones necesarias para el traslado y para posibilitar que las dos hermanas vivan juntas: una nueva vivienda en el pueblo y el servicio de transporte escolar cada quince días.