El Plan Castello y el efecto Temer. ADN
La fuerte crisis política e institucional que afecta a Brasil, complica la emisión de bonos en dólares de Argentina. El presidente Michel Temer fue denunciado por corrupción y desató un vendaval financiero en la región. Tanto, que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, suspendió una operación por 500 millones. Y la ciudad, gobernada por Horacio Rodríguez Larreta, anunció un programa de desendeudamiento.
La crisis llega en medio del debate en Río Negro sobre el empréstito para financiar el Plan Castello. La Provincia pretende colocar en el mercado financiero internacional un bono de 580 millones de dólares.
El efecto caipiriña sacudió el mercado del Conosur y puso en alerta a los centros financieros mundiales. Aún no se tiene la dimensión real del impacto en el país, pero las reacciones de los dirigentes más importantes del macrismo son un indicador.
Martín Mura, ministro de Hacienda de CABA, aseguró que, después de colocar en marzo un bono por 500 millones de dólares, comenzará un programa de desendeudamiento por temor a las complicaciones que podría afrontar. La llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU cambió el paradigma credicticio mundial, y la moneda norteamericana comienza a perder solidez.
Hasta hace poco, la receta de la Casa Rosada para las provincias era la emisión de deuda. Ahora, el Ministerio de Hacienda, que conduce Nicolás Dujovne, evalúa frenar esa opción, hasta nuevo aviso. La Nación quiere esperar y medir el impacto concreto que el escándolo Temer tendrá en nuestro país, ya que Brasil es el principal socio comercial de Argentina.
Otras provincias que tenían en sus planes el mismo mecanismo que Río Negro, esperarán también.
Sin embargo, hay un dato a tener en cuenta. La mayoría de los distritos que tomaron crédito internacional no superaron los 500 millones de dólares. Incluso, algunas provincias, como Entre Ríos, La Rioja Tierra, del Fuego y Santa Cruz, habían pedido montos que Hacienda no autorizó y bajó esas expectativas. En el caso del distrito mesopotámico, el objetivo inicial era un bono de 500 y terminó en 350 millones.
El gobierno de Río Negro primero deberá obtener la aprobación del Parlamento local para luego pasar el filtro de Nación, antes de llegar al mercado internacional. Todo parace indicar que el primer escollo será sorteado.
A pesar de las críticas al «megaendeudamiento» de partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales, el oficialismo comienza a lograr la mayoría especial que requiere: dos tercios de la Cámara, es decir, 31 votos. Para ello, primero corrió al legislador Rubén López de su banca, y con el escenso de la grutense María Gemigniani, se aseguró los 26 votos de su bancada. Sumó tres votos de la UCR y el Frente Progresista. Le faltan 2.
Esos apoyos deberán salir del bloque del Frente para la Victoria. Allí no hay aún una postura unificada. Sí hay rechazos: los legisladores Marcelo Mango, Carina Pita y Mario Sabbatella, adelantaron su negativa. El presidente, Alejandro Marinao, insiste en que deben haber «garantías» para las obras se ejecuten, que parte del dinero vaya directamente a los municipios y que los fondos lleguen a un fideicomiso inviolable, para que no encuentren otro destino. Esos requisitos también fueron planteados por Jorge Ocampos: «no queremos que vayan a gastos corrientes».
La desconfianza del FPV es que puedan ser desviados y que se pierdan en los repliegues de Economía. Ponen como ejemplo los fondos de la renegociación por los contratos petroleros, parte de los cuáles -aseguran- no tienen rendición ni obras que respalden su destino. Hay un tema que resurge cada vez que se debate sobre el ingreso de fondos a las arcas provinciales: la obra pública. La UOCRA y la Cámara de la Construcción se quejan porque los envíos de Nación no llegan a la construcción de viviendas. El otro caso reciente son los aportes a la fruticultura, que estuvieron más de seis meses sin llegar al bolsillo de los productores.
En Gobierno aseguran que habrá garantías. Y sumaron a Intendentes, Comisionados de Fomento, empresas y sectores de la producción a traccionar a favor del Castello.
Provincia y Municipios evalúan que el Plan es la única forma de financiamiento que habrá este año y quizás el próximo. La endeble situación financiera nacional, puso en alerta a quienes conducen los destinos de las administraciones locales.
Varios jefes comunales, incluso los aliados al macrismo, pugnan por obras en Nación que aún no tienen respuesta. Esta semana, Mabel Yahuar, dijo que en su ciudad (Los Menucos), las únicas obras son las que financia la administración Weretilneck. El mismo caso se traslada a Sierra Grande.
En el peronismo hay debate sobre si apoyar o no. Muchos legisladores están «atrapados» por la realidad de los municipios que representan. San Antonio, Campo Grande, Pomona, Sierra Colorada, Pilcaniyeu y otros avalan el Plan Castello. Eso implica que Javier Iud, María Maldonado, Alejandro Mariano y algunos más, sientan la necesidad de acompañar a sus jefes comunales.
Martín Soria, presidente del PJ, adelantó que no pondrá en juego la unidad del bloque. Traducido, no obligará a que haya una postura homogénea. Por el contrario, insiste en que para acompañar, debe haber certezas para que el gobierno no utilice el dinero con fines electorales. De todas formas, visualiza que aún con la aprobación rionegrina, será difícil una autorización nacional, al menos de los 580 millones.
Otras de las «condiciones» que está pidiendo la oposoción para el respaldo del Castello, es un detalle del programa de obras, y que Economía explique la tasa anual del bono y el plazo de devolución, ya que la deuda trasciende la gestión actual.
El Ministerio de Obras Públicas asegura que la información está disponible y que el diseño actual se puede modificiar a pedido de los intendentes. Pero en Viedma, por caso, ven con preocupación que hay superposición de proyectos entre el Castello y Nación. Un ejemplo, es el plan de agua corriente y cloacas que también figura en la planificación del Ministerio del Interior. Pasa con otras obras: el Centro de Convenciones de Bariloche y la Ciudad Judicial de Cipolletti, que incluso están trazados en programas con financiamiento provincial.
Los legisladores de Juntos Somos Río Negro recibieron la orden de Alberto Weretilneck para tratar el proyecto el 24 de mayo próximo. Esto adelantó los tiempos. En principio el Plan llegó al Parlamento para un amplio debate en Comisiones. El apuro tensó el debate.
Weretilneck volverá esta semana de su gira presidencial por Dubai, China y Japón. Junto a Mauricio Macri y otros gobernadores fueron a buscar financiamiento para obras y energía, y abrir un mercado para la exportación de alimentos. La Canciller Susana Macorra pidió «no generar falsas expectativas» con la recorrida por el Oriente, pero la calificó de «satisfactoria».
La diplomática valoró la «apertura al mundo» de la Argentina. Y el Presidente aseguró que los convenios firmados avanzarán. Pero en China -al menos- cuestionaron que el país no haya puesto en funcionamiento acuerdos anteriores. Puntualmente se refirieron a los contratos firmados por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en materia de energía nuclear.
Macri y Weretilneck suscribieron los mismos acuerdos. La diferencia es que una de las plantas se emplazará en Río Negro. ¿Podrán ponerlos en marcha?. El gobierno chino habló de políticas de estado y considera que su relación es con Argentina, más allá de los cambios de color político en la Casa Rosada, y se entusismó con concretar (ahora sí) la segunda fase de desarrollo nuclear.
La inversión en la Provincia será de 8 mil millones de dólares, es decir, 7.420 millones más que el Plan Castello. Empleará a 4 mil personas su construcción que demandará 5 años, y 800 operarios una vez que esté en funcionamiento. Aún no se conoce el sitio donde se emplazará, pero la zona donde esté tendrá una reactivación económica importante, dicen desde Gobierno.
El presidente del INVAP salió a respaldar el proyecto y dijo que Argentina está en condiciones de tener otras dos plantas nucleares. Ya tiene tres. Y puntualizó que Río Negro cuenta con el mayor caudal de recurso humano en materia de energía nuclear. Recordó que desde el 1950 el país tiene ese desarrollo.
Pero infinidades de partidos políticos, sindicatos y organizaciones ambientalistas de Río Negro y toda la Patagonia criticaron el emprendimiento. El debate está abierto.
La Planta y el Plan Castello son dos matrices de producción y desarrollo en las que se basa el gobierno provincial para poner en funcionamiento a Río Negro. El vicegobernador dijo que los fondos coparticiples son escasos y que se deben generar proyectos para cortar la dependencia financiera con Nación. Pedro Pesatti basó su diagnóstico en la retracción de fondos que envía el gobierno central desde que Mauricio Macri es presidente. También en las crisis de las economías regionales, como la fruticltura.
Hay otras razones. Es un misterio el plan económico nacional y la demora de la reactivación y los brotes verdes. En el oficialismo rionegrino ven con preocupación el futuro del país. El reflejo no solo son los comercios que cierran y las fuentes de trabajo que se pierden, sino el peregrinaje por los despachos cercanos al Obeliso. «No hay guita». Un intendente graficó: «Hay que ir a Buenos Aires para ver cómo será el futuro». En la Capital y el Gran Buenos Aires es cada vez más evidente la retracción económica.
La inflación no cesa. El poder adquisitivo pierde terreno. Las pymes están en jaque y las economías regionales (salvo el campo en la pámpa húmeda) no tienen signos de recuperación. Para colmo, esa zona -que genera pocos puestos de trabajo- está jaqueada por las inundaciones. Y los exportadores presionan al gobierno de Macri para que el dólar llegue a los 20 pesos.
El Banco Central insiste en que la inflación a fin de año rondará el 17% pero subió las tasas de las Lebacs a 25%. El endeudamiento crece y el gasto fiscal también. Un combo coplicado, fundamentalmente para los trabajadores.
Todo esto se va a poner en juego en las elecciones de octubre. Cambiemos apuesta a tener un nuevo respaldo electoral. Pero las encuestas en la provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas, indican que su candidato, el ministro de Educación, Estaban Bullrich, marcha tercero. Allí la intención de voto de CFK sigue alta, a pesar de las denuncias de corrupción en su contra.
¿Cómo repercutirá en Río Negro?. La semana pasada volvieron los rumores sobre la posibilidad de que JSRN no presente candidatos. La teoría indica que la estrategia electoral es similar a la de 2015 que fue un éxito rotundo para el oficialismo. En estas elecciones municipales se repitió: solo presentó candidatos en dos ciudades. En la Casa de Gobierno lo niegan rotundamente, y los dirigentes trabajan para dirimir si el candidato es Pesatti o Alejandro Palmieri, jefe del bloque de legisladores.
La irrupción de Magdalena Odarda reconfigura el escenario. La senadora de la CC-ARI tiene una alta imagen positiva y será una férrea opositora a la instalación de la planta nuclear. El FPV considera que está para «dar pelea» y Cambiemos -que deberá dirimir sus candidaturas- está atado a la suerte del gobierno de Macri.