La caza al Octubre voto. ADN
Se van conformando las alianzas electorales y cada una busca un nicho que le permita ganar. El oficislimo apuesta a la provincialización y genera un discurso de rionegrinidad al palo. Quiere salir de la grieta y ofrece una alterntiva a quienes pretenden el desarrollo provincial, alejado de los caprichos políticos centralistas. En cambio, la oposición confía en que la nacionalización de la campaña deje sin chances al partido de Alberto Weretilneck.
Pero no todo es tan lineal.
La regionalización que tratará de imponer Juntos Somos Río Negro tiene probado éxito en algunas provincias argentinas (Nequén, San Luis y Chubut, por caso), en España (País Vasco y Cataluña) y tuvo su punto máximo en el brexit inglés. Sin ser un planteo separatista, proponen la generación de una identidad propia que genere un sentido de pertenencia y a partir de ahí la defensa de los intereses locales, a pesar de la dirección político-económica que tengan los gobiernos nacionales.
En el oficialismo están convencidos que alcanzar la sobernaía política es clave para lograr el tan esperado desarrollo, y planifican estrategias económicas para independizarse del sistema de coparticipación nacional, que siempre responde a la lógica amigo-enemigo.
Frente a ellos estarán el Frente para la Victoria, Cambiemos, el Frente Progresista y el Partido Obrero.
En el FPV están convencidos que la elección se nacionalizará. Es inevitable, aseguran. Y se entusiasman con capitalizar el descontento que existe con el gobierno de Mauricio Macri. En esa lógica, repiten que Macri es Weretilneck. Cimientan esa afirmación en la cercanía de ambos, las pocas -y livianas- críticas que enarbola el gobernador y la instrumentación en Río Negro de políticas económicas nacionales, que afectan el empleo y el consumo.
Por el lado de Cambiemos creen que habrá «arrastre» de las figuras de Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. Confían en que la grieta se instalará acá también.
El Frente Progresista repartirá críticas. Al gobierno nacional por las políticas públicas que afectan a Río Negro, como los tarifazos, la quita de los reembolsos a los puertos patagónicos, la no devolución de la coparticipación. Y al gobierno provincial, por el desarrollo de energía nuclear, la contaminación de ríos y lagos, el franking en las chacras del Alto Valle, la criminalización de protesta y persecución gremial.
Pero…¿Cómo impactan esos discursos en el electorado?. Hay varios escenarios e hipótesis.
Uno sería nacionalizado: El FPV tiene un núcleo duro del 33%, Cambiemos rondará el 25% que sacó la últimas elecciones, el FP un 20 y un 10 el PO. Queda poco margen para la recolección oficialista.
Otro, provincializado: una disputa entre JSRN y el FPV que concentrarían más del 65% de los votos, y un reparto del electorado restante entre el FP y el PO.
La coincidencia es la alta competitividad del FPV. Eso está atribuído al piso histórico del PJ en Río Negro. En el oficialismo y el macrismo coinciden que ese espacio rondará entre el 30 y el 35% de los votos. Y que el resto, habrá que disputarlo. Así lo transmitió el propio gobernador en un diálogo informal con un grupo de periodistas. Por eso entiende que más que una competencia de candidatos, lo será de proyectos.
El análisis de Cambiemos lo reveló el coordinador del Ministerio del Interior, Juan Martín: «tenemos que disputar los votos con Odarda y JSRN».
Pero en el gobierno creen que la cosecha del macrismo será magra, que el FP (que le quita votos al FPV) podría rondar el 12% y que el PO logría alrededor de un 8. Esto le da una proyección de hasta un 40% a favor y le garantizaría un triunfo.
Todavía no están definidos los candidatos en la mayoría de los espacios, excepto en el PO. El oficialismo no tendrá internas, el FP (si finalmente se conforma entre ARI, GEN y Socialismo) llevaría a la senadora Magdalena Odarda, y el FPV va a las PASO.
El Frente se conformó en las últimas horas y sumó una multiplicidad de partidos y agrupaciones: Partido Justicialista, Frente Grande, Kolina, Nuevo Encuentro, La Cámpora, el Partido Comunista, el MAD y el radicalismo alfonsinista nucleado en FORJA.
Martín Soria, presidente del PJ, está exultante. Y anticipó que habrá otros espacios políticos, sindicales y sociales que se irán sumando. No reniega de la interna y considera saludable la presentación de varios candidatos a la PASO. Por ahora, competirán el legislador Mario Sabbatella y la ex defensora del Pueblo de Bariloche, Andrea Galaverna. Lo harán contra la diputada María Emilia Soria -quien todavía no tiene compañero de fórmula- y el ex jefe de la CNC, Ceferino Namuncurá.
El FPV logró sortear -hasta el momento- la crisis interna en el bloque después de la votación dividida en el Plan Castello. Y pretende que no haya lesiones en el proceso interno de agosto.
La campaña tendrá la particularidad del anuncio de la instalación de la central nueclear en Río Negro. Será un tema importante en la agenda política, por eso el gobierno mandó a encuestar el impacto electoral de la medida. Para curarse en salud, armará varios espacios de debate e información sobre la generación de energía nuclear. La centralidad será demostrar que es energía limpia, sin consecuencias ambientales y dotará a la provincia de una fuente de desarrollo, motor económico y de empleo.
Pero deberá morigerar el conflicto desatado con ATE. El gobernador se puso al frente de la crítica por la actuación del gremio que terminó con 9 efectivos policiales hospitalizados. Quiere que ese accionar tenga consecuencias judiciales para imponer autoridad y límites a la protesta. «Se puede estar en desacuerdo, marchar, hacer paros y reclamos pero no atentar contra personas y bienes del Estado». Y sabe que cuenta con el respaldo de un sector social que está harta de los cortes y piquetes.
Ya tuvo una señal a favor. La cúpula del gremio fue encarcelada. Rodolfo Aguiar y Aldo Capretti recuperaron ayer la libertad, pero podrían ser procesados por intentar impedir el libre funcionamiento de la Legislatua y por la consecuencia de los violentos incidentes. Pero, también quiere aplacar los ánimos en la fuerza de seguridad y por eso -aseguran en Laprida y Belgrano- Weretilneck salió en defensa de los uniformados. Absorvió el impacto. Analizan que las consecuencias futuras podrían ser peores.
En el gremio hubo una rápida reacción. Logró nacionalizar el conflicto y el caso será presentado esta semana en la cumbre de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra. Hasta Viedma llegó el jefe sindical Hugo Godoy, quien anunció medidas de fuerza. También transmitió la solidaridad de organizaciones laborales latinoamericanas y europeas, y de organismos de derechos humanos.
Por primera vez, en Río Negro, una elección a diputados nacionales (donde sólo están en juego dos bancas) se convertirá en una disputa fuerte. Generalmente, las votaciones de este estilo solían pasar casi inadvertidas. Los candidatos deambulaban prácticamente solos por la provincia, esperando que algún local partidario reúna afiliados para escuchar sus propuestas.
En esta oportunidad, parece estar en juego el 2019.