El avance de capitales chinos en la pesca argentina
El diario español Faro de Vigo publicó este fin de semana una serie de notas, bajo el título «China se expande en los principales caladeros de la flota gallega con más puertos por 760 millones», donde analiza el avance del país asiático en el negocio mundial de la pesca, incluído el mar del sur argentino. China Concede subvenciones al sector equivalentes a 16 millones de euros al día
El medio español también se informa que «la tercera mayor pesquera de Argentina pasa a manos chinas» y cita declaraciones del capitán Jorge Frías, de la Asociación de Capitanes Pilotos y Patrones de Pesca de nuestro país, que indica que «en Argentina hay agitación en las firmas españolas por ofrecerse a ellos», mientras que sobre la venta de la empresa Arbumasa a los chinos, declaró que «me hubiese gustado que comprasen pesqueras marplatenses, que son las que hay que mejorar, con la esperanza de que el capital chino venga a hacer las cosas bien…».
El diario Faro de Vigo, España, publicó en su edición del domingo pasado que el hambre de China no puede saciarse con sus sobreexplotados Mar Amarillo o Mar Oriental, y ni siquiera con el imponente Pacífico. «Su industria pesquera se convirtió en víctima de su propio éxito, con un crecimiento extraordinario» que resecó sus caladeros más próximos, como resume el experto Zhang Hongzhou, del Rajaratnam School of International Studies (RSIS) de Singapur. Así que Pekín decidió empezar a subsidiar lo que llaman la long distance fleet (flota de larga distancia) para encontrar los recursos «en todos los mares del mundo».
El objetivo es imitar la estrategia que ejecutaron los empresarios gallegos a partir de los años sesenta con los arrastreros congeladores y buques factoría, primero, y las sociedades mixtas y filiales, después. Pero a lo grande, a lo chino. Solo en el último año y medio Pekín se ha comprometido a invertir 865 millones de dólares (760 millones de euros) en la construcción de megabases logísticas para que sus buques reduzcan costes de desplazamiento y puedan aprovechar la red portuaria mundial que, según una investigación de Mercy A. Kuo y Jim Coke, ha devorado más de 40.000 millones de recursos públicos del coloso asiático.
Bagamoyo (Tanzania), Habamtota y Kyaukpyu (Myanmar), Dar es Salaam (Tanzania) o Libreville (Gabón) son solo algunos de los puertos en los que China ha ejecutado o comprometido la construcción de dársenas con espacio para la carga y descarga de pescado. Pero es en los caladeros más importantes de la flota gallega donde ha recalado ahora su chequera. «La expansión china viene siendo un riesgo desde que comenzaron con la política expansionista en la que están, que se ha acelerado en la última década y está catalizada por billones de dólares en forma de subsidios». Habla Francisco Blaha, consultor pesquero independiente y uno de los mayores expertos en pesca ilegal del mundo. El coste es el siguiente: 6.000 millones al año en subvenciones, equivalente a un reparto de 16 millones de euros al día. Solo para el sector pesquero. «China sigue siendo la nación con el mayor número de barcos y la peor performance como Estado responsable de abanderamiento», agrega Blaha. Tiene barcos en 93 países, y más de la mitad de las naves que superan los 25 metros de eslora son chinas.
N’Diago (Mauritania), Prabis (Guinea Bissau), Montevideo y Rocha (Uruguay) son los últimos proyectos portuarios confirmados e impulsados en apariencia por empresas de capital privado. Como Hailisheng Group, de la provincia de Zhoushan, que acudió de mano del alcalde a la ciudad costera de Rocha para amarrar un proyecto que incluye puerto y astillero de reparaciones que «va a prestar servicios de reparación a todos los barcos que estén en el Atlántico Sur». Hay al menos 260 barcos que faenan pota ( illex argentinus) de manera irregular frente a las aguas de jurisdicción argentina. Los tres que Hailisheng llevará a Uruguay de inicio ( Abigail 1, 2 y 3) se harán en China. Todos tendrán servicio de descarga, abastecimiento y reparación en La Paloma (puerto de Rocha, a 228 kilómetros de Montevideo) y en la propia capital (con dos bases, la de Puerto Capurro y Punta Sayago). «Una base logística es lo que podríamos haber impulsado las pesqueras gallegas si estuviésemos unidas, pero no es el caso», lamenta un empresario vigués, que prefiere no aparecer citado. Y se refiere al proyecto de Shandong Baoma para Punta Sayago, que será una zona franca con exenciones fiscales.
En el atlántico sur
El plan expansivo de Pekín ha dado resultado. Su flota, que en el año 2010 estaba por debajo de la española (gallega, en su mayoría) en volumen de capturas, dio el vuelco en 2014 y 2015. Según los datos de la FAO este escenario se reprodujo en la Antártida, el Atlántico y el Pacífico sudoccitenal. En el primer caso los barcos de bandera española declararon capturas de 666.000 toneladas en 2010, y ninguna en 2015; China pasó de faenar 1.946 toneladas a más de 35.000 en el mismo periodo.
En el Atlántico sudoeste, que descubrió (licencias aparte) Pescanova en los años 60, la flota española pasó de 120.600 toneladas en capturas (sobre todo merluza, rape, rosada y cefalópodos) a 132.453 en el mismo año; la china dio un salto abismal, de 37.100 a casi medio millón de toneladas. Todos los buques pesqueros con bandera de España tendrían que dedicar medio año de trabajo para alcanzar el volumen de capturas que logran los chinos solo en este reducto del Atlántico.
La colonización
En paralelo a la flota de larga distancia (bandera china) está la compra de empresas consolidadas y con cuota alrededor del mundo. Sus holdings, casi siempre públicos, cuentan al menos con 25 participadas en Argentina, Perú, Namibia, Senegal, Mozambique, Portugal… En España la industria china entró con fuerza con la compra de la conservera Hijos de Carlos Albo. Esta estrategia, al contrario que la expansión de la flota, es bien recibida en casi todos los casos. Por ejemplo en Argentina, donde posee firmas de relevancia como Altamare (exfilial de Pereira), Chiarpesca y, sobre todo, Arbumasa. Jorge Frías, secretario general de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, admite «cierto recelo» a la entrada del capital chino en el sector pesquero del país «por la trayectoria e historias que se le imputan alrededor del mundo, con ese carácter de acaparar todo un sistema».
De todos modos para Frías «es positivo el hecho de que los chinos, siendo compradores, han sabido aprovechar distintas especies que los argentinos desperdiciábamos» y agregó que «con las empresas que ya están aquí no hemos tenido mayores problemas, esperamos que sea así en el caso de que haya un desembarco masivo de China como extractora de pesca en Argentina».
A los más de 1.500 millones de habitantes que tendrá China dentro de cinco años (ahora suma 1.370 millones) le harán falta 70 millones de toneladas de pescado al año; la población crece y el Gobierno de Pekín está decidido a duplicar su clase media. De acuerdo a la China Society of Fisheries la «adquisición» de productos pesqueros por persona aumentó en casi nueve kilos en solo cinco años. Los números anticipan que todavía quedan muchos tentáculos que desplegar al mayor país del mundo.
Comprta de empresas
El holding chino Dalian Huafeng Aquatic Products cerró esta semana la toma de control de Arbumasa, tercera mayor pesquera de Argentina hasta ahora propiedad de la española Grupo Amasúa. La empresa es propietaria de diez barcos: siete tangoneros (arrastreros dedicados a la captura de langostino), dos poteros (para la pota o illex argentinus) y un buque factoría. “Ambos grupos han fijado objetivos de crecimiento significativos dentro de esta empresa conjunta, tanto a nivel extractivo (fresco o congelado) como comercial, aprovechando su complementariedad en varios caladeros, productos y mercados”, divulgó la firma española en un comunicado.
Este acuerdo dará a Dalian Huafeng Aquatic Products la exclusividad para vender los productos de Arbumasa en el mercado chino, donde el langostino argentino se ha erigido como segunda especie más popular para la población. Para el resto de países (sobre todo España, Italia, el resto de la Unión Europea y Japón) existirá “cooperación” en materia de ventas. La operación conlleva el cambio de titularidad de una planta de procesado con capacidad frigorífica en Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz, desde donde operan las filiales de Pescanova (Argenova) y Grupo Profand (Pesquera Deseado). La compañía de Chapela dispone de 18 buques en el país, solo superada por los 22 de Conarpesa (vendió dos este año). Iberconsa, en plena expansión, opera ya con una quincena.
No es la primera vez que Grupo Amasúa se alía con un holding chino ya que en 2012 dio entrada a la potente China National Fisheries Corporation (CNFC) en su filial de Mozambique, Krustamoz, competencia directa de la subsidiaria de Pescanova en el mismo país (Pescamar). En este caso la firma dispone de diez marisqueros (Pescanova tiene una flota de 34), una planta de procesamiento y cámara frigorifica. El broker en esta operación fue Albino Morán & Partners, el mismo que medió entre Shanghai Kaichuang e Hijos de Carlos Albo para la venta de la conservera al grupo asiático.
Las firmas chinas cuentan ya con una copiosa lista de subsidiarias en Argentina, con firmas como Chiarpesca, Arhepez, Ardapez, Fénix Internacional y Altamare (exfilial de Grupo Pereira). China importa al año productos pesqueros por valor de 200 millones de dólares, seis veces más que hace apenas cinco años. (Fuente Faro de Vigo)