Sin certezas sobre la ubicación de la usina nuclear
(ADN).- Los intendentes José Luis Foulkes, de Viedma y Nelson Iribarren, de Sierra Grande, no recibieron certeza sobre la posible ubicación de la central nuclear y ambos jefes comunales siguen deshojando margaritas hasta que el gobierno nacional defina el punto de instalación de la usina, a pesar que la comunidad sierragrandense espera con expectativa que la zona sea beneficiada con el emprendimiento. Esta posibilidad aparece como la «políticamente correcta» y tiene como entusiasta impulsor al jefe comunal Nelson Iribarren, con el acompañamiento del gobernador Alberto Weretilneck.
Playas Doradas, el balneario de Sierra Grande, convocó ayer al secretario de Energía Nuclear Julián Gadano, quien se reunió con intendentes de Cambiemos, incluído el secretario de Gobierno de Cipolletti, Diego Vázquez. Una reunión técnica con mucho contenido político del oficialismo nacional que ya decidió que en la costa rionegrina será instalada la quinta central nuclear de Argentina. El funcionario nacional estuvo acompañado por el diputado nacional Sergio Wisky y el delegado del ministerio del Interior en Río Negro, Juan Martín.
Se esperaba que del encuentro surgiera «un guiño» para Sierra Grande, como la zona con mayor posibilidades de radicación. No lo hubo. Se puede deducir de las conversaciones de Gadano con los intendentes que hay dos lugares «preseleccionados», uno en cercanías de Bahía Creek y otro en Sierra Grande, que algunos ubican a unos 50 kilómetros al norte de Playas Doradas en dirección a Las Grutas.
Según los requerimientos técnicos la planta será ubicada en un lugar aledaño a la costa marítima, porque en su funcionamiento necesita agua fría para refrigerar. También se conoció que de ninguna manera se piensa en los túneles de la mina de hierro de Sierra Grande, como respositorio del desecho nuclear de la planta.
No estuvo ausente en la reunión, la necesidad de contar con una estrategia que evite el rechazo ciudadano a este proyecto y de esta manera plantear la defensa de la instalación de la usina, fundamentalmente porque existe la necesidad de producir energía para el país.
En este aspecto Sierra Grande tiene ventajas, en tanto en la localidad no hay expresiones que se opongan a este emprendimiento con argumentos de consecuencias contaminantes, como sucede por ejemplo en Viedma. Junto al apoyo brindado por Iribarren, también tuvieron igual postura otros intendentes, como Yamil Direne de Valcheta.
También se explicitó en estas conversaciones el apoyo que brinda el gobernador Alberto Weretilneck al proyecto, quien «esta entusiasmado y trabaja para la radicación de la usina», se hizo trascender.