Cada vez más gente aprende a cultivar marihuana en la región
(ADN).- Ya son más de cien los abuelos del Alto Valle que eligieron aceites y cremas de cannabis medicinal para tratar sus enfermedades y aprendieron a cultivar sus propias plantas en sus casas. El dato -que difundió el diario La Mañana de Neuquén- forma parte de un relevamiento que realizó la agrupación Cannabicultores del Alto Valle (CAV).
La agrupación se convirtió en una especie de «consultoría» para decenas de personas de la tercera edad que se acercan a su sede con patologías como la enfermedad de Alzheimer, artrosis, diabetes, fibromialgia o Mal de Parkinson, mientras reclaman la reglamentación de las leyes provinciales y nacionales ya aprobadas,
En ese contexto los dolores musculares representan en su conjunto más del 55% de los más de 120 casos registrados por CAV. Lo particular es que para el tratamiento de estas patologías se requiere de aceites con mayor concentración de tetrahidrocannabinol (THC), un componente prohibido por la ley por ser psicoactivo, pero a su vez buscado por los abuelos por su acción desinflamatoria.
La agrupación no vende los aceites directamente por la gran demanda que reciben y en lugar de ello impulsan que cada interesado aprenda a tener sus propias flores, necesarias para la producción de aceites y cremas de cannabis. Por eso son más frecuentes las consultas en su local de calle Fava por parte de personas que que en muchos casos recibieron la recomendación de sus médicos de cabecera para tratar sus enfermedades con cannabis.
Estadísticas
Los Cannabicultores del Valle se sumaron al nuevo Frente de Organizaciones Cannabicas Argentinas (FOCA), que a finales de junio se reunió en La Plata con la intención de avanzar con el reclamo por la implementación de la Ley Nacional.
En ese marco definieron hacer un relevamiento en cada distrito para dar a conocer cuáles son las patologías que generan más consultas a nivel local. Así fue como los Cannabicultores del Alto Valle confirmaron que los abuelos son los más interesados en aprender cómo tener sus aceites y cremas.
El 21% de los casos consultados son por artritis; un 19% por dolores musculares diversos; un 15% por fibromialgia y un 12% por cáncer. Además hay consultas por casos de autismo (9%); epilepsia (7%); depresión, pánico y vértigo (6%); diabetes (4%), Alzheimer (4%), Parkinson (2%); y otras enfermedades (1%).
Las consultas se multiplican
Los domingos por la tarde la sede de Cannabicultores en el Bajo de Neuquén son «copado» por decenas de personas que llegan a los cursos de autocultivo desde distintas ciudades de la región como Plottier, Centenario, Cipolletti o General Roca.
Entre las veinte personas presentes en una de las charlas estuvo Alejandra, una mujer de 55 años que llegó con su mamá Alicia, de unos 80 años, para aprender más de las clases del primer nivel de capacitaciones de los dos que se realizan en CAV.
Allí Alejandra explicó que quiere cultivar sus propias plantas de marihuana y así tener las flores necesarias para el aceite. «No queremos tener más las bolsas llenas de remedios que nos dan los médicos. Los abuelos estamos tomando los antinflamatorios que te caen mal al estómago, entonces los doctores te recetan un protector gástrico que por el efecto de otra droga para la diabetes no te deja dormir, y entonces te dan otra pastilla para tomar a la noche», dijo convencida sobre el efecto positivo de consumir cannabis medicinal.
Alejandra y Alicia no tienen miedo de la prohibición del cannabis, pero «por las dudas» preguntan delante de los presentes cómo pueden mitigar el olor que podrían generar las plantas que tienen ocultas en el garage hacia las viviendas de los vecinos, qué tipo de focos se requieren para la etapa de floración y cómo guardar las flores una vez cosechadas.
A su lado otro abuelo descubrió las particularidades de las macetas para cannabis y preguntó cuánto cuesta el invernadero especial, que por su tamaño podría ocultarse tranquilamente en un ropero grande. «Tengo Parkinson, vine con mi hijo, nos informamos y decidimos cultivar para tener el aceite. Sé que esto no me cura definitivamente, pero me ayuda mucho a enfrentar lo que viene «, aseguró.
Después de la capacitación inicial, que dura unos 45 minutos, otros abuelos consultaron si el aceite que compraron en Chile es el mismo que se produce en la región. «No es el mismo señora. El que hacemos nosotros es de flores, no de semillas. Siempre es mejor el de flores, así que si quiere tener algo de calidad lo mejor es producirlo por su cuenta», les aconsejaron.
La producción de flores propias les sirve a los abuelos para tener su dosis de aceite con THC asegurada. Algunos llegan acompañados por sus hijos o nietos, que también aprenden sobre las propiedades que ofrece el cannabis como medicina.
Con la certeza de que el THC los ayuda a mejorar la calidad de la última etapa de sus vidas, los adultos mayores no tienen prejuicios ni hay prohibición que los preocupe.