Operación blindaje. ADN
Alberto Weretilneck está decidido a blindar el gobierno de los resultados electorales, sin abandonar el objetivo de mejorar los números de las PASO. Salió del enojo y recuperó la iniciativa política. Convencido que de todo laberinto se sale por arriba, se sumó a la liga de los gobernadores del PJ para oponerse al Fondo del Conurbano y evitar perder recursos. Y mueve el Gabinete. Si las líneas de análisis de la derrota de agosto son la nacionalización y la gestión, actúa sobre esos vectores.
Por eso buscó cobijo para no quedar a merced de la Casa Rosada. Ahora, tiene un paraguas. El senador Miguel Pichetto trabajó para su inclusión en la reunión de los mandatarios. A ningún gobernador le conviene el avance electoral del macrismo, porque puede complicar sus planes de 2019. Ése es el verdadero objetivo.
Una muestra cabal son Chubut y Neuquén. Con proyectos provinciales, salieron lesionados de las PASO, y no tienen intenciones de abandonar la disputa por el poder al final de los mandatos de Mario Das Neves y Omar Gutiérrez. Ambos, como Weretilneck, comenzaron con buenas relaciones con Nación, pero algunas de las políticas públicas (tarifas, reembolsos de puertos patagónicos, economías regionales, entre otras) los obligaron a correrse y oponerse.
El gobernador fue a la capital de la Nación y profundizó sus diferencias con la administración Macri. No solo mostró los dientes por la coparticipación, también busca que haya un resarcimiento si avanza la reforma tributaria que eliminaría el impuesto de Ingresos Brutos, principal punto de recaudación provincial. Además, concurrió a la reunión con los ministros del Interior y Seguridad, Rogelio Frigerio y Patricia Bullrich, por el caso Maldonado. «No sé qué querían», dijo. Más separación.
Weretilneck computó que esa foto lo tiraba para atrás. Bullrich suma desprestigio y la desaparición de Santiago Maldonado le generó al macrismo una crisis política. Un desgaste ajeno que no piensa pagar.
Volvió a la provincia y se metió de lleno en temas acuciantes. Admitió que el asesinato del agente de policía Lucas Muñoz fue bravo para el Gobierno, y cuestionó el poco avance judicial en la causa. Hizo un mea culpa sobre su actuación inicial: “me equivoqué”, “no evalué correctamente ese día cuando estaba en Bariloche el hecho de irme». Metió mano en el Gabinete: echó a la ministra de Turismo, cuestionada por la denuncia que le hiciera una mujer de 92 años por «estafa» en una operación inmobiliaria. Sacó a todo el equipo de Niñez, Adolescencia y Familia y le quitó ese área a Desarrollo Social, jerarquizándola. No hay registros donde una provincia le haya otorgado el rango de Ministerio a una dependencia tan sensible a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Dos actos lo mostraron activo: en una recorrida por Valle Medio volvió a tomar contacto con la gente, una marca registrada. Fotos y actos con la comunidad. Volvió contento por la buena recepción que tuvo. Otro caso fue el de una pareja en Cipolletti que se fue a vivir a un canal porque perdió su casa en un incendio. Movió a todo el gobierno para dar una respuesta urgente.
Weretilneck está convencido que las elecciones intermedias son diferentes a cuando se juegan los porotos. Recordó el caso de Viedma que en 2015 votó -en menos de cinco meses- en formas disímiles: a gobernador optó por Juntos, a intendente por la UCR y a presidente por el FPV. Por eso está dispuesto a relanzar su gestión. Aún tiene recorrido hasta 2019, donde se librará la batalla principal. Sin embrago no descuida octubre, pero busca morigerar el impacto en caso de otra derrota. Eso lo obliga a pensar en los cambios en su equipo y en qué momentos hacerlos.
Hoy, el oficialismo piensa en disputarle a Cambiemos el segundo lugar. Cree que al clausurar el proyecto de la central nuclear, recuperará votos. Esa cosecha estará en el ARI. En la Casa de Gobierno evalúan que sin usina Madgalena Odarda se queda sin argumentos. También en el macrismo, porque solo ese espacio quedó como defensor de la generación de energía nuclear. Por caso, el intendente de Sierra Grande, Nelson Iribarren, insiste en que la instalación sea allí y avanzará en la consulta popular, que será testimonial ya que el Parlamento aprobó la ley que prohíbe el emplazamiento de centrales de alta generación en Río Negro.
Así y todo el gobernador sigue con escollos. No resolvió el reemplazo de Silvina Arrieta y una consulta sobre otras áreas le han dado negativo. Algunos de los que ha recibido ofrecimientos prefieren esperar a octubre, otros, dijeron que no. Weretilneck volvió a la ruta. Le imprimió celeridad al andar y anota quiénes están a la altura de las circunstancias. La revisión es constante, no sólo de cargos, sino de liderazgos regionales y locales, también de dirigentes.
El panorama es muy distinto en Cambiemos y el Frente para la Victoria, que no tienen la responsabilidad de gobierno y tuvieron mejores resultados en las PASO.
Por el lado del FPV todo es armonía. Y el objetivo es superar los votos de agosto para quedarse con las dos bancas en juego. La sociedad del PJ con sus aliados está sólida, y la persistente interna justicialista quedó relegada. La estrategia de Martín Soria recupera la impronta de Carlos: fuerte oposición provincial y exportación del modelo Roca. El intendente sigue mostrando prolijidad en la gestión, obra pública, cuentas equilibradas y orgullo e identidad ciudadana.
En Cambiemos sobra optimismo. Ahora van en busca de más votos para sumar otro escaño en el Congreso. La Casa Rosada puso en foco a Río Negro y cuando se abra formalmente la campaña vendrán a la provincia los dirigentes nacionales más destacados para respaldar a sus candidatos: Marcos Peña, Elisa Carrió, Rogelio Friegerio y Mario Negri, serán algunos de los dirigentes que desembarquen. La cúpula de Cambiemos apuesta a más nacionalización. Evalúan que en octubre se intensificará la grieta entre macrismo y kirchnerismo. Y eso, dicen, se trasladará inevitablemente a este distrito.
En los cálculos del FPV y Cambiemos, Juntos vuelve a quedar relegado. Por eso, dicen, hay una diáspora del oficialismo hacia ambos sectores. Por ahora, solo el intendente de Villa Regina, Daniel Fioretti, pegó el salto. Se sacó la foto con Frigerio y Sergio Wisky en la Casa Rosada. Otros pases anunciados en los mentideros políticos no ocurrieron, al menos por ahora. Los jefes comunales de Bariloche y Comallo, Gustavo Gennuso y Raúl Hermosilla, permanecen. Y el de Cinco Saltos, Germás Epul, desmintió su salida y redobló la apuesta: «trabajaremos para ganar».
Desde el domingo 13 de agosto Fabián Gatti está afuera de la agenda mediática. ¿Cuál será su rol en la campaña?. Es posble que Weretilneck, como pasa con María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, tome fuerte protagonismo. El ensayo previo a octubre será la elección el próximo fin de semana en Maquinchao, donde Juntos quiere retener el municipio que gobernaba Marcos Pérez, hasta su trágica muerte en un accidente de tránsito. Los afiches que prepara el oficialismo muestran a su candidata de un lado y del otro, a Pérez abrazado de Weretilneck.
El gobernador confía en un triunfo que le de oxígeno político y motivación para encarar la contienda de octubre. Seguirá con el recambio en el Gabinete y prepara anuncios de gestión. Mandó a cerrar la interna con su vice con quien se mostrará en público esta semana. Y afianzará su protagonismo nacional.
Todos los espacios políticos piensan en octubre y sus consecuencias en 2019. Las estrategias son diferentes, pero el objetivo es el mismo.