Piden rechazar la Cobertura Universal de Salud
(ADN).- El legislador Marcelo Mango solicitó a los representantes de Río Negro en el Congreso de la Nación, el rechazo al decreto que crea la Cobertura Universal de Salud porque «dejará sin cobertura a quienes más sufren las desigualdades económicas y sociales, históricas, en la Argentina».
Cabe recordar, que a través del Decreto 908/16, publicado en el Boletín Oficial, se crea una unidad ejecutora para la Cobertura Universal de Salud (CUS) dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.
«En la Unidad Ejecutora para la CUS será donde se decida qué proyectos se financiarán dentro de la CUS. El Decreto 908/16 también determina el uso del Fondo Solidario de Redistribución (FSRD) originado en la Administración de Programas Especiales (APE) y reclamado por la CGT desde el año 2002. Dicho fondo (FSD) se calcula en alrededor de 30.000 millones de pesos. Poco han comentado sobre el proyecto de ley enviado al Congreso de la Nación que prevé la creación de una agencia para el análisis de costo-efectividad. Esta agencia definiría, según «criterios científicos», qué prestaciones entrarían en los paquetes básicos de cobertura de la CUS. Es decir: si la agencia no lo aprueba, no hay cobertura de la prestación; pero los profesionales de salud podrán seguir indicando estas prestaciones, generando un aumento del gasto de bolsillo. Aquellos pacientes que no puedan solventar este gasto no podrán acceder a ellas», explicó el legislador del FG-FpV.
«En síntesis, lo que deja claro el DNU es que destina un capital inicial por única vez para la Unidad Ejecutora (UE) de la CUS, el cual es de 8000 millones de pesos. No aclara los destinos de esos fondos, como así las formas de financiación de la CUS a futuro. A su vez esos 8.000 millones de pesos son desviados del Fondo Solidario de Redistribución de las Obras Sociales (fondo creado para redistribuir los recursos de las obras sociales con el objetivo de solventar los tratamientos muy costosos sin que esto perjudique los recursos de las obras sociales, principalmente a las que poseen menos recursos). El mismo DNU plantea que «ese «aporte» de 8.000 millones de pesos será realizado por única vez, lo que genera muchas dudas acerca de la sustentabilidad del proyecto», agregó Mango.
Para el legislador «pocas cosas se saben sobre la implementación de la CUS en Argentina, pero en función de experiencias de este modelo en otros países y de la retirada sistemática del Estado de sus funciones como rector del sistema de salud argentino, las expectativas no son alentadoras. Teniendo en cuenta la nueva matriz económica neoliberal del gobierno de Mauricio Macri y la alianza Cambiemos, sus brutales transferencias de recursos hacia sectores de la economía sojera, cárnica, la industria extranjera extractiva, el capital financiero; sus políticas de desindustrialización con la brutal apertura a las importaciones y primarización de la economía agropecuaria; podemos inferir hacia donde se produciría el flujo de dinero del estado y quienes se beneficiarían con las reformas promovidas en el sistema de salud».
Asimismo, explicó que «dicho flujo de dinero será dirigido como producto de la facturación de las practicas cubiertas por la CUS, a lo que hay que sumar el gasto de bolsillo (copagos y prácticas no nomencladas) de las personas que van a portar su carnet de la CUS, sujetos a limitados derechos a los servicios de una canasta básica de prácticas y descuentos en medicamentos. Ese flujo de dinero iría en primer lugar hacia el sector más concentrado de la industria farmacéutica y de servicios privados de la salud asociados a la banca financiera y a las corporaciones de profesionales, en segundo lugar a algunas Obras sociales que disponen de la mayor cantidad de «beneficiarios» y de prestadores, y en tercer lugar el resto del sistema estatal municipal, provinciales y Obras sociales pequeñas con menor capacidad económica y financiera».
Para culminar, Mango observó y remarcó «la disminución del presupuesto en salud en los últimos años (2,3% del total del presupuesto 2016, 2% en el 2017 y 1,94% en el 2018). Esto tiene como correlato el vaciamiento de muchos programas sanitarios nacionales como son: Remediar, Inmunizaciones y Vectores, entre otros. También los indicadores de salud empeoran año a año, como el aumento de las inequidades en salud y de la mortalidad infantil en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires, cómo muestran varios informes de la Fundación Soberanía Sanitaria».
En contexto
Por lo tanto son varios los aspectos a tener en cuenta y que alarman sobre la Cobertura Universal de Salud (CUS) que detalla el informe que realizó la Fundación Soberanía Sanitaria:
-La CUS tiene como población objetivo a 15 millones de personas con cobertura pública exclusiva (sin obra social ni prepaga). Es decir, pretende dar cobertura a personas que ya tienen cobertura a través del sistema público.
-La CUS se financiará con 8.000 millones de pesos que pertenecían al Fondo Solidario de Redistribución. A esto se sumarán 8.500 millones de pesos que OSDE abonará de una deuda pendiente con el Estado. Este pago se hará en 120 cuotas.
-Esos 16.500 millones de pesos serán administrados por una Unidad Ejecutora compuesta por 2 representantes del Ministerio de Salud, 2 representantes de la Superintendencia de Servicios de Salud y 2 representantes de la CGT.
-8.000 millones de pesos para 15 millones de personas equivale a 533 pesos por persona al año y a 44 pesos por persona por mes. A eso hay que sumarle 4 pesos más por persona, por mes, proveniente de las cuotas que abone OSDE.
-Con ese dinero (48 pesos por persona por mes) el Estado comprará servicios para atención de la salud. Desaparece así la promoción y la prevención como políticas de Estado en salud.
-Esos servicios muy probablemente serán comprados a empresas de salud, generando la transferencia de recursos públicos al sector privado.
-Para dar «cobertura» a las millones de personas se les otorgará un carnet. Ese carnet solo sirve para poder acceder al sistema de salud al que ya hay derecho a acceder sin necesidad de credencial.
-La CUS busca nominalizar a la población (tenerla registrada y georreferenciada al sistema de salud). Esa tarea ya está hecha por el Ministerio de Salud hace años a través de programas como SUMAR y REDES para Enfermedades Crónicas No Transmisibles.
-La CUS va a cubrir solo aquello que esté incluido en la canasta básica de prestaciones que se creará a instancias de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Esta agencia, por su conformación y competencias, solo puede servir para reducir costos a expensas de excluir prestaciones.
-Lo que no esté dentro de la canasta podrá ser comercializado y la población deberá pagar de su bolsillo para poder obtenerlo.