Megacausa ESMA: perpetua por crímenes de lesa humanidad
El Tribunal Oral Federal (TOF) 5 condenó este martes a prisión perpetua a los represores Alfredo Astiz, Jorge «Tigre» Acosta y Ricardo Cavallo, entre otros, en la causa denominada ESMA III, en la cual se investigan los delitos de lesa humanidad cometidos en ese centro clandestino de detención durante la última dictadura militar.
Durante la audiencia de lectura de las condenas, el TOF 5 también condenó a prisión perpetua a Mario Arru, un ex piloto acusado de participar de los «vuelos de la muerte» desde los que muchos desaparecidos fueron arrojados al Río de la Plata.
También fue condenado a prisión perpetua el ex prefecto Jorge Antonio Azic, apropiador de Victoria Donda, la nieta recuperada que en la actualidad de desempeña como diputada nacional.
Por otra parte, el tribunal absolvió al ex secretario de Hacienda de la dictadura Juan Alemann, uno de los acusados civiles que fue juzgado en la causa más abarcativa (por cantidad de imputados, victimas y hechos juzgados) de la historia de la justicia argentina.
La audiencia de lectura de veredicto se desarrolló en la sala AMIA de los tribunales federales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, hasta donde se movilizaron referentes y militantes de distintos movimientos de derechos humanos.
En este juicio se conoce también como «ESMA unificada»; se inició en noviembre de 2012, se acusó a 68 personas -de las cuales 14 murieron a lo largo del proceso- y se analizaron delitos contra la humanidad cometidos en contra de 789 personas.
Detrás de un blindex se ubicaban figuras emblemáticas del movimiento que denunciaron los crímenes de la dictadura en los años del terrorismo de Estado, como Estela de Carlotto, titular de Madres de Plaza de Mayo, o Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
Los familiares comenzaron a repudiar con cánticos a los represores, justo cuando desde el piso superior se entonaban las estrofas del himno argentino y se proferían algunas recriminaciones a los trabajadores de prensa que cubrían la culminación de este proceso oral y público, que se extendió por más de cinco años.
Mientras los fotógrafos y camarógrafos tomaban planos de los acusados, los integrantes del TOF 5, los jueces Leopoldo Bruglia, Adriana Palliotti y Daniel Obligado, pidieron que no se tomaran planos cortos, lo que provocó algunas reacciones entre los querellantes.
Ante la reacción del público, el juez Obligado, presidente del Tribunal, exigió silencio bajo advertencia de desalojar la sala, y el sector que simpatizaba con las víctimas comenzó a entonar la histórica consigna de las agrupaciones que impulsaron los juicios de lesa humanidad: «Cómo a los nazis, les va a pasar, a dónde vayan los iremos a buscar».
Tras un bullicio de unos minutos, los integrantes de los organismos, los sobrevivientes y familiares aceptaron bajar sus pancartas con las fotos de sus seres queridos que hallaron en las mazmorras de la ESMA sus destinos finales.
Aunque esperadas, las condenas de Acosta, Astiz y Cavallo fueron celebradas por buena parte de la concurrencia, pero más de Mario Danile Arru, por su condición de piloto que participó en los vuelos de la muerte.
Es que entre los querellantes se albergaba el temor de que estos aeronavegantes podían ser beneficiados por el beneficio de la duda por parte del Tribunal, algo que el caso de Arru no sucedió.
El piloto Arru participó en los vuelos en los que se arrojó a los secuestrados de la iglesia de la Santa Cruz, entre los cuales Azucena Villaflor, la primera líder de las Madres de Plaza de Mayo y las monjas francesas Alice Dumont y Leonis Duquet.
Sin embargo, Julio Poch, otra de los acusados de haber participado en esta metodología, resultó absuelto, lo que generó indignación entre los organismos. Poch, quien residía en Holanda y trabajaba en una aerolínea privada, fue extraditado a Argentina luego de jactarse de haber participado en los vuelos de la muerte.
Las condenas
Los 54 los ex represores juzgados en la Megacausa son Jorge Eduardo Acosta (prisión perpetua), Randolfo Agusti Scacchi (prisión perpetua), Juan Alemann (absuelto), Juan Arturo Alomar (13 años), Paulino Oscar Altamira (8 años), Mario Daniel Arru (perpetua), Alfredo Astiz (perpetua), Juan Antonio Azic (perpetua), Daniel Humberto Baucero (10 años), Julio César Binotti (8 años), Carlos Octavio Capdevilla (15 años), Ricardo Miguel Cavallo (perpetua), Miguel Enrique Clements (8 años), Daniel Néstor Cuomo (perpetua) y Rodolfo Cionchi (perpetua).
Juan de Dios Daer, Alejandro Domingo D’Agostino (perpetua), Hugo Enrique Damario (perpetua), Carlos Eduardo Daviou (12 años), Jorge Manuel Díaz Smith (12 años), Francisco Di Paola (perpetua), Adolfo Miguel Donda (perpetua), Juan Carlos Fotea (25 años), Rubén Oscar Franco (20 años), Miguel Ángel García Velasco (perpetua) y Pablo García Velasco (perpetua).
Y también Alberto E. González (perpetua), Orlando González (perpetua), Ricardo Jorge Lynch Jones (absuelto), Jorge Luis Magnacco (unifica en 24 años), Roque Ángel Martello (absuelto), Rogelio José Martínez Pizarro (perpetua), Luis Ambrosio Navarro (perpetua), Víctor Roberto Olivera (14 años), Rubén Ricardo Ormello (absuelto), Eduardo Aroldo Otero (17 años), Mario Pablo Palet (8 años), Guillermo Pazos (16 años), Antonio Rosario Pereyra (10 años), Antonio Pernías (perpetua), Claudio Orlando Pittana (perpetua), Julio Alberto Poch (absuelto), Héctor Francisco Polchi, Jorge Carlos Rádice (perpetua), Francisco Lucio Rioja (perpetua), Miguel Ángel Alberto Rodríguez (8 años), Juan Carlos Rolón (perpetua), Néstor Omar Savio (perpetua), Hugo Sifredi (perpetua), Emir Sisul Hess (absuelto), Carlos Guillermo Suárez Mason (perpetua), Gonzalo Torres de Tolosa (perpetua), Eugenio Vilardo (perpetua) y Ernesto F. Weber (perpetua).