Presupuesto y reforma tributaria en el Senado
El Gobierno se prepara para degustar, en las próximas 48 horas, una importante victoria en el final del caótico «hot summer» parlamentario de sesiones extraordinarias. El Senado tratará hoy, en comisión, el Presupuesto 2018 que votó Diputados la semana pasada y lo llevará mañana al recinto, junto a la ya dictaminada reforma tributaria, proyectos que cuentan con el aval del bloque PJ que comanda Miguel Pichetto, clave para cualquier ley que quiera sancionar Casa Rosada en esa cámara hasta 2019.
La cata del triunfo que paladea Mauricio Macri desde el sur se dará tras un frenético mes de sesiones extraordinarias en las que el oficialismo empujó, de manera semi-exprés, una agenda de iniciativas delicadas que fueron modificadas durante su trayecto parlamentario, es decir, quedaron retocadas con respecto a las intenciones iniciales que craneó Cambiemos.
Por caso, la reforma tributaria fue aprobada en Diputados durante la madrugada del miércoles pasado y girada rápido al Senado, que en menos de 12 horas la dictaminó en el estreno de Esteban Bullrich como titular de la comisión de Presupuesto. Esa ley llegó fileteada de la Cámara baja tras concesiones varias que realizó el Ejecutivo, que al no tener mayoría en el Congreso está obligado a negociar cada proyecto con la oposición o, al menos, con parte de ella.
El trago más amargo del «hot summer» parlamentario será, para Cambiemos, el jugueteo de parte de los 23 gobernadores que firmaron a inicios de noviembre pasado el acuerdo fiscal-económico-tributario-previsional con Casa Rosada y luego se resguardaron ante las desconexiones de legisladores «fieles» a esos mandatarios provinciales. El tándem de aparición en Ganancias y de esconderse ante probables pérdidas de imagen -o de otros confites económicos, como ocurrió más tarde-, más vigente que nunca.
Ante las dudas por los votos el Ejecutivo, que comunicó de manera errónea algunos de esos proyectos, aplicó una tóxica estrategia de «preceptor in situ» en Diputados -con un ramillete de funcionarios provinciales y nacionales en el despacho del peronista con témpera PRO, Emilio Monzó- para lograr la aprobación del nuevo cálculo jubilatorio, la reforma tributaria y el Presupuesto 2018.
La modificación de las actualizaciones de los haberes previsionales -uno de los últimos lugares para hurguetear, ya que la desidia del gasto público y del déficit de Nación, provincias y municipios continúa vigente- fue quizá el desafío político más trascendental que logró Macri en los dos años que lleva a cargo del poder central, tras un claro intento del kirchnerismo de evitar esa votación.
En el Senado, el último tramo del «hot summer» parece despejado para el oficialismo, con Cristina de Kirchner inmiscuida en peripecias judiciales e incluso con faltazo a la comisión de Presupuesto, donde el Gobierno liquidó en una hora el despacho de mayoría para la reforma tributaria, que incluyó una exposición raquítica del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Pese a tener un camino sin trabas, Cambiemos casi mancha el último trayecto de las sesiones extraordinarias. Durante la tarde del jueves pasado, el PJ se enteró que Bullrich faltaría a la reunión de hoy debido a un viaje programado con anterioridad, lo que obligaba a la justicialista Beatriz Mirkin -prima de su compañero de bancada y exgobernador de Tucumán, José Alperovich- a comandar al convite de la comisión en calidad de vicepresidente.
Desde el PJ pusieron el grito en el cielo ante esta situación y exigieron respuestas al oficialismo, debido a que no iban a empujar un proyecto que no le corresponde a la oposición, que había acordado el miércoles pasado acompañar la designación de Bullrich como titular de la comisión de Presupuesto. El senador del PRO estará hoy para el debate.
Para la sesión de mañana, primero se tomará la jura de Gladys González, quien no estuvo presente el 29 de noviembre pasado para consumar dicho trámite en el recinto debido a un viaje a China. De hecho, el Gobierno había pedido a legisladores que acompañaran a la delegación oficial al país asiático, sin tener en cuenta que ese día se trataba en sesión el combo fiscal -responsabilidad y consenso- y el nuevo cálculo jubilatorio. Al final, sólo la bonaerense se subió al avión. La última patinada fue la convocatoria a una sesión para el martes 19 de diciembre para dar entrada a pliegos enviados por el Ejecutivo. Es decir, a horas de la aprobación en Diputados de la iniciativa previsional, un escenario ideal para que Cristina de Kirchner utilizara el recinto para continuar con la postura que intentó inocular el FpV en la cámara baja, aunque ese encuentro luego se desactivó. Mientras tanto, la expresidente termina de dilucidar cómo ejercer la rebanada de poder que le quedó tras el nocaut del 22-O: su bloque representa sólo el 11,11% de los votos en el Senado.