San Juan. Las 8 llamadas antes de la tragedia
Un informe de la empresa de telefonía satelital Tesacom reveló que hubo más contactos que los informados hasta ahora por la Armada. La fuerza explicó que el comandante había pedido que se redujera la tarea de patrullaje para acelerar la llegada al apostadero de Mar del Plata.
El capitán de fragata Pedro Martín Fernández, comandante del ARA San Juan, se comunicó ocho veces, siete con el Centro de Control y una con un teléfono fijo de Mar del Plata, entre la 1 y las 7.36 de la mañana del miércoles 15 de noviembre. La más extensa duró 800 segundos, mientras que la más breve fue de 60 segundos. Así lo consignan los registros de Tesacom, una empresa que brinda el servicio de telefonía satelital a la Armada.
Se trata de las últimas comunicaciones desde la embarcación, porque los días 16, 17 y 18 sólo hay registros de llamadas entrantes, que corresponden a la línea del Servicio de Análisis y Operaciones de la Armada, que ya estaba en la etapa de búsqueda de comunicación con la nave. A las 7.30 del miércoles 15, el submarino se encontraba a unos 430 kilómetros de la costa, al sudoeste de la Península de Valdés. Hasta ahora, ni la Armada ni el Ministerio de Defensa habían informado sobre esta sucesión de llamados. El vocero de la Armada sólo hacía referencia dos llamadas de voz.
Pero en la conferencia de prensa de ayer, cuando le preguntaron por esas llamadas, Balbi admitió que existieron y explicó que si bien eran varias las comunicaciones, muchas eran redundantes, porque el comandante del submarino transmitía como datos, por escrito, todo lo que comunicaba oralmente, para que no hubiera tergiversaciones y quedara asentado.
También confirmó que la Armada recibió de parte de la empresa de telefonía satelital “una planilla, corroborando las llamadas, tanto de telefonía como de datos (hechas desde el San Juan el último día que tuvo conexión con la base) a lo largo de esas horas que duró estar a plano de periscopio”.
Estas comunicaciones del pasado 15 de noviembre fueron “dos o tres de telefonía y dos de datos”, en las que el comandante informó de las fallas por el ingreso de agua, que provocaron un principio de incendio en el sector de baterías de proa. Según la información oficial, en la última llamada se comunicó que el problema había sido resuelto, “sin novedad del personal”.
Con respecto a la falta de coincidencia entre las llamadas que él reconocía y las que consignaba la planilla de la empresa de telefonía, el vocero explicó: “Muchas veces se produce ligazón entre las antenas, la llamada no se llega a concretar, ni como dato ni como voz”, pero de todas maneras queda registrada.
Por otra parte, admitió que ya se había registrado en el submarino una falla “similar” a la informada en el último contacto, el pasado 15 de noviembre.
En este sentido, señaló que se trató de “una avería informada en septiembre por el comandante superior, similar, sobre el ingreso de agua por el snorkel”, pero en esa ocasión sin entrada de agua al sector de baterías, como ocurrió esta vez.
En esas comunicaciones, tanto las de voz como las de transmisión de datos para corroboración, el comandante del submarino fue haciendo una relación de los inconvenientes que se estaban suscitando. Y, según explicó Balbi por primera vez ayer, solicitó que se redujeran las jornadas de patrullaje de la zona de explotación económica exclusiva (sobre la plataforma continental, se extiende hasta las doscientas millas marinas) ya que veía necesario acelerar la llegada al apostadero de Mar del Plata. Y también pidió los registros de la avería sufrida en septiembre.
Balbi reiteró, enfáticamente, que la última de esas comunicaciones, “exactamente, fue de 7.19 a 7.26” del 15 de noviembre. Pero no aclaró si la incongruencia con la planilla de la empresa, que registra como última llamada saliente desde el San Juan una que se produjo a las 7.38 y duró 540 segundos, se debe a que esta última es una “ligazón” o fue una mera transmisión de datos que ya habían sido enviados por voz y esta última llamada no es más que una comunicación redundante para asegurar la correcta recepción de la información.
(Fuente: Página/12)