La puericultura y su rol en la maternidad
(Por la Lic. Andrea De León*).- La definición de puericultura no le hace justicia a nuestra tarea.
Cuando trato de transmitir de qué se trata mi profesión, no alcanza con hablar de lactancia, ni del cuidado de los bebés, ni del puerperio. Es todo eso junto y mucho más.
En primer lugar, me gustaría contar que está muy relacionada con la prevención. La lactancia materna aporta beneficios tanto para la mamá como para el bebé, pero también para la familia, la sociedad, y tiene hasta ventajas ecológicas.
Pero dar la teta es otra cosa. Para eso, la mujer tiene que estar disponible, con su cuerpo, con su historia, e idealmente con una red que la sostenga.
Y ahí no hay mucha diferencia entre una entre una mamá primeriza y una mamá con experiencia. Cada bebé es único, tiene sus características, y las condiciones alrededor de su nacimiento también harán que sea de una manera o de otra. Así como el momento personal de la mamá y quienes las rodean (o no), será distinto también. Y eso configura una realidad muy diferente, e influye en lo que vaya a suceder.
La glándula mamaria es la misma en todas las mujeres, y en teoría, casi todas podemos amamantar. Pero no somos cualquier mamífero, y estar atravesados por la cultura abre un abanico que a veces ayuda, y otras complica.
Me gustaría decir que no podemos dejar de pensar la lactancia como una continuación del embarazo y del parto. Por lo que las condiciones en que se atraviesan van a favorecer o no el encuentro de la mamá con su bebé. Por eso, es importante también, generar las condiciones para un parto respetado.
Como puericultoras, trabajamos desde el embarazo, informando, para fomentar las mejores condiciones posibles; y dando herramientas a las mujeres, para que puedan tomar decisiones y ser protagonistas de las primeras horas de sus hijos, ya que sabemos lo importantes que son.
En esto, es muy fundamental el trabajo en equipo, donde cada uno tiene una tarea distinta. Nosotras, nos ocupamos del binomio mamá-bebé, la lactancia y el vínculo entre ambos.
Nuestra función principal, es de sostén y acompañamiento, ayudando a la mujer a tener confianza en sí mismas. Por eso, nuestro rol es fundamental cuando surgen dificultades, e incluso cuando la lactancia no es posible, o no es la elección de alimentación.
Para esto, es importante formarse, contar con conocimientos teóricos y prácticos, y mantenerse actualizados.
Nos van a encontrar trabajando en maternidades, y en la neonatología, pero también en los cursos pre parto, con pediatras, en jardines maternales, grupos de apoyo a la lactancia o consultorios post alta, armando lactarios en empresas, y todo lo que nuestra imaginación nos permita.
En la Asociación Civil Argentina de Puericultura, hace varios años, venimos trabajando para formar puericultoras capaces de desarrollar nuestra profesión en una realidad compleja. Pudiendo interactuar con otros profesionales de la salud, y al mismo tiempo contener a las mamás, sin dejar de tener en cuenta al bebé y sus necesidades, tanto físicas como emocionales.
Nuestro último proyecto, es la formación virtual, que nace con el objetivo de llegar a todos los puntos de nuestro país, y a los de habla hispana, y de este modo: promover, facilitar, favorecer apoyar y proteger el nacimiento, la lactancia y la crianza.
*Psicopedagoga y Puericultora especialista en lactancia y crianza, miembro de Asociación C. Argentina de Puericultura