Por decreto, Weretilneck aprobó el «Libro Blanco»
(ADN).- El gobernador Alberto Weretilneck aprobó por decreto el «Libro Blanco» de la fruticultura. Es el plan que el ministro Alberto Diomedi le había propuesto inmediatamente después de su asunción en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. La iniciativa no logró la adhesión esperada y estuvo en el freezer, pero logró impulso en el Ministerio de Agroindustria de la Nación.
La medida se publicó en el Boletín Oficial ayer. El decreto es el 2032 y está fechado el 27 de diciembre de 2017.
Entre los considerandos, el gobierno admite que «la crisis frutícola que atraviesa el sector es estructural» y lleva «más de cinco años consecutivos de falta de rentabilidad, reflejándose en distintos indicadores de deterioro como la pérdida de volúmenes productivos (de 1.891.000 toneladas de manzanas y peras a 1.341.000 de toneladas
Fuente Informe 06-2.017 Secretaría de Fruticultura) lo que impacta negativamente en el funcionamiento de la economía regional como también en toda la cadena de valor, incluido servicios y comercio en general».
También expresa que ese deterioro «afecta no sólo a los productores desalojados del sistema sino a toda la región en función de su status sanitario con aumento de las poblaciones de plagas cuarentenarias para los mercados y con el consiguiente riesgo de pérdida de los mismos, además de mayor costo a los que continúan en actividad».
Y, entre otros argumentos, subraya que «la crisis estructural atraviesa a los productores en la actividad primaria
y a empresas integradas con presencia histórica en los mercados, muchas de las cuales, han tenido que cerrar plantas de empaque y erradicado plantaciones», y «ello se traduce en una fuerte caída en el empleo de la actividad en los últimos años traduciéndose en una pérdida de 8.100 puestos de trabajo entre 2010 y 2015».
Ahora resta conocer los detalles de su implementación. Fundamentalmente en el aspecto de reconversión productiva.
En su artículo primero, el decreto estable:
-Incorporar tecnología adaptada a la realidad regional, donde la capacitación es clave para optimizar la inversión.
-Alcanzar una mayor nivel de asociatividad horizontal y vertical en base a una nueva cultura innovadora, siendo relevante el nivel de compromiso y obligaciones de las partes intervinientes.
-Alentar a líderes transformadores que contagien su visión de oportunidades a otras personas del sector a través de proyectos.
-Tratar las situaciones críticas de la coyuntura dentro de planes que contengan mejoras que posibiliten su solución con modificaciones estructurales perdurables.
-Lograr transparencia comercial como parte del cambio en la organización del sector, facilitando las decisiones a los que producen, impulsando un cambio generacional en la fruticultura y recuperando el
espíritu emprendedor.
-Desarrollar mercados a nivel nacional e internacional promoviendo el aumento del consumo de nuestra producción.
-Priorizar los proyectos de cooperación donde el que produce es socio más que proveedor o cliente, tendiendo a lograr la meta de que el 50% del valor de venta a nivel precio de exportación (FOB) o similar para mercado interno, sea el valor de la fruta para el sector primario o en origen.
Del sector frutícola los más reticentes a aceptar el «Libro Blanco» son los productores. El resto de la industria estaría en condiciones de considerarlo. Así quedó expresado en la reunión de la Mesa de la Pera y la Manzana que llevó a cabo en Buenos Aires y presidió el ministro Luis Etchevehere.
También de allí surgió un dato político que pasó desapercibido en el momento pero que fue tomando cuerpo con el correr de los días, especialmente entre empresarios y chacareros: el respaldo de Nación al secretario de Fruticultura rionegrino, Carlos Banacloy, quien podría ser quien coordine la Mesa que además del gobierno central y Río Negro integran Neuquén y Mendoza.
No son pocos quienes creen que ese pudo ser el empujón final de Diomedi. Ya son pocos los funcionarios del Gabinete de Weretilneck que disimulan los enojos del gobernador con su ministro y la distancia que le impuso en el último tiempo.