Dispuesto a contraatacar el «fuego amigo» radical
(ADN-NA*).- La imagen del presidente Mauricio Macri se estancó en territorio negativo después de haberse desplomado entre fines del año pasado y comienzos de 2018.
Tres encuestas conocidas recientemente, de las consultoras Analogías, Synopsis y Taquion-Trespuntozero, evidenciaron que el diferencial «en rojo» en mediciones sobre valoración personal ronda los 9 puntos porcentuales, pero alcanza la friolera de 26,8 p.p. entre los vecinos bonaerenses que le bajan el pulgar a la gestión del Gobierno nacional.
Allí en la Provincia, sin embargo, la gobernadora María Eugenia Vidal mantiene un alentador caudal de respaldo, dado que seis de cada 10 consultados aprueban su labor.
En todos los casos, la inflación se ubicó como la principal preocupación de los argentinos, en momentos en los que se viene registrando en el país una oleada de aumentos de tarifas desde la llegada del frente Cambiemos al Poder, a fines de 2015, junto a una suba de precios en general.
Las encuestas también mostraron que la seguidilla de escándalos en los que se vieron involucrados en los últimos meses distintos integrantes del Gabinete «off-shore» que lidera Macri impactaron en forma negativa en la credibilidad de la gente, incluso, entre los votantes de la coalición de Gobierno.
En este sentido, más de seis de cada 10 consultados se mostró en favor de cambiar de administración (nacional) en los comicios presidenciales de 2019, aunque menos del 20 por ciento, sin embargo, expresó su deseo de que gane el kirchnerismo.
¿Qué significa el resultado de esta medición? Que al peronismo no-K se le presenta claramente una oportunidad para forjar a un candidato, tal vez con un perfil de centro-derecha, y que en el caso de que persista en los próximos meses este contexto, este «humor social», consiga poner en riesgo las aspiraciones de Macri de renovar su mandato el año que viene.
Claro que primero el Partido Justicialista (PJ) debe resolver sus turbulencias internas -«Nosotros no tuvimos nada que ver con la intervención», se empeñan en «aclarar» voceros del Gobierno-, luego solucionar, o no, las divergencias en cuanto a liderazgo y finalmente concebir a un contendiente.
Mientras tanto, el frente Cambiemos sabe que puede fortalecerse con el revuelo ajeno..
Cornejo, con el cuchillo entre los dientes.
El fastidio que viene generando en la sociedad el constante aumento del costo de vida, avalado en parte por la Casa Rosada con el incremento de tarifas de servicios públicos, ha comenzado a encender luces de alarma en sectores del radicalismo aliados al Gobierno macrista, como quedó demostrado días atrás.
Las desafortunadas declaraciones de Juan José Aranguren sobre sus niveles de confianza en la Argentina se constituyeron en el detonante de una embestida dirigida directamente a la línea de flotación del ministro de Energía y Minería de parte del gobernador de Mendoza y actual presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Alfredo Cornejo.
Mientras los radicales anti-Cambiemos, con Ricardo Alfonsín a la cabeza, fantasean con la posibilidad de presentar un candidato presidencial propio en 2019, dirigentes de la UCR que sí respaldan a la gestión oficial, liderados por Cornejo, comenzaron a alzar su voz en reclamo de mayor protagonismo e incluso poder de decisión dentro del Gobierno.
Integrantes de la «mesa chica» del macrismo recibieron hace unos días en Balcarce 50 a la cúpula del radicalismo, incluyendo a los gobernadores de la UCR Gerardo Morales (Jujuy), el propio Cornejo y Gustavo Valdés (Corrientes), conjuntamente con referentes de la Coalición Cívica (CC).
Según pudo averiguar NA, se trató de una reunión intensa, pero «franca» y «positiva», que incluyó un almuerzo del que participaron Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Francisco Quintana, Emilio Monzó, al igual que Humberto Schiavoni, Mario Negri, José Cano y el ex mandatario correntino Ricardo Colombi. Por la CC concurrieron Maricel Etchecoin y Maximiliano Ferraro.
El radicalismo pretende «más espacio en las discusiones» internas del Gobierno y en la «toma de decisiones», al tiempo que cuestiona cada vez con mayor énfasis la suba de tarifas, al considerar que afectan especialmente a la clase media, es decir, a históricos votantes de la UCR.
Incluso, en esa reunión la cúpula radical destacó la importancia de «empezar a trabajar el territorio» pensando en la campaña electoral que se avecina.
Ahora, eso sí, recién después del próximo Mundial de fútbol que se disputará del 14 de junio al 15 de julio de este año en Rusia.
El Gobierno, resiste el «fuego amigo».
Mientras Cornejo y compañía esperan que la pelota comience a rodar en territorio ruso, el gobernador mendocino trabaja por estos días en la presentación de un «plan alternativo» de ajuste de tarifas, que contemple una dosis más generosa de gradualismo que la que viene aplicando el macrismo, con Aranguren asumiendo el costo de ese «trabajo desagradable».
De todas maneras, cualquier propuesta que los radicales vayan a entregarle al Gobierno debe estar en línea con las pretensiones de Macri de avanzar con una quita progresiva de subsidios a empresas prestadoras de servicios públicos y con el objetivo de máxima de achicar el gasto y reducir el déficit fiscal.
Se trata de premisas clave para la Casa Rosada, ya que las considera indispensables para comenzar a apuntalar con mayor firmeza el crecimiento de la economía.
Si el plan que Cornejo le acercaría al Gobierno en los próximos días -según averiguó NA- se desmarca de esa hoja de ruta, muy probablemente terminará «cajoneada», sin probabilidades de ser tomado en cuenta.
En esa misma reunión de días atrás, la mesa chica macrista procuró dejar en claro que en la administración nacional, si bien son varios los dirigentes de origen radical que ocupan cargos significativos, como Nicolás Dujovne en el Ministerio de Hacienda; Oscar Aguad en Defensa, Gustavo Santos en Turismo, Luis Etchevehere en Agroindustria, Javier González Fraga en el Banco Nación y Carlos Vignolo en el Plan Belgrano, las decisiones estratégicas las toma únicamente el Presidente de la Nación.
El macrismo también retrucó, al escuchar la demanda en cuanto a «mayor espacio», que en los gobiernos de Cornejo, Morales y Valdés apenas un solo ministro -en total- está vinculado al PRO, el titular de Industria, Trabajo y Comercio de Corrientes, Raúl Schiavi.
Nadie más.
«Acá se debate, pero las decisiones no se toman en forma colegiada. El Presidente establece hacia dónde vamos, él marca el rumbo y nosotros lo seguimos», dijo a Noticias Argentinas una fuente cercana al Gobierno. ¿Qué respondieron los radicales? «No se trata de cargos, se trata de opinar, aportar ideas, propuestas y que nos den bola», según supo esta agencia.
En este contexto, da toda la sensación de que se vienen meses intentos, de «rosca» fuerte dentro del Gobierno, entre macristas y radicales, con vistas a la designación de candidatos, y que los lugartenientes del PRO están pertrechados para resistir el «fuego amigo» proveniente de la UCR y la CC.
En especial en aquellas provincias en donde las PASO no sean obligatorias, los estrategas de campaña deberán sentarse, negociar y tratar de llegar a un acuerdo, buscando establecer un «matrimonio por conveniencia».
Córdoba, Santa Fe y Mendoza se presentan, a priori, como tres distritos en donde la puja política podría tornarse sumamente interesante… y encarnizada por cierto.
Fuente: Noticias Argentinas