Frigorífico roquense podrá vender cerdo en todo el país
El frigorífico de J.J. Gómez logró superar el último escollo para que su producción porcina pueda salir de las fronteras de Río Negro. El Registro Nacional de Precursores Químicos (Renpre) autorizó la utilización del laboratorio de triquina con ácido clorhídrico, un trámite que demandó varios meses atento que se trata de una sustancia que se usa en el procesamiento de drogas ilegales.
Superada esta engorrosa exigencia, queda su notificación al SENASA para que la planta sea dada de alta en el sistema.
“En lo inmediato, va a significar más trabajo porque ya prestamos servicio a tres matarifes que tienen distribución en Bariloche”, anticipó el presidente de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez, Felipe Gerbán.
El ácido clorhídrico se usa como precursor en las cocinas de cocaína, por lo tanto pesan estrictos controles sobre su empleo en la faena. Se acondiciona en un depósito específico, y se monitorea el consumo junto con la cantidad de cerdos faenados para que no existan desfasajes. Esa sustancia se emplea en los análisis cotidianos que se hacen para descartar la presencia de triquina en los cerdos.
“Se hace un control permanente del stock”, indicó Gerbán, quien la semana próxima debe acudir a la sede del organismo en Buenos Aires para recibir la autorización.
Además de poder faenar ganado (tanto vacuno, como porcino y ovino), con destino a Bariloche, “hay algunos matarifes que adelantaron que harán algo de su producción habitual en nuestra planta”, explicó el dirigente.
“También se abren nuevas oportunidades para los ganaderos de la región sur”, adelantó Gerbán en relación al interés que ya demostró una cadena de supermercados con ramificaciones en provincia de Buenos Aires, de faenar en JJ Gómez los corderos a comercializar en todas sus sucursales.
“No tenemos problemas de infraestructura, y no hay que hacer por el momento inversiones extras”, aseguró Gerbán.
En la actualidad se desempeñan en la planta unas 80 personas y el año pasado la renovación y mantenimiento de las instalaciones demandó la inversión de 1 millón de pesos al mes.