Devaluación. ADN
El oficialismo rionegro está devaluado. Viene sufriendo un proceso de pérdida de poder político desde las PASO y se profundiza. El gobernador lo sabe y ya piensa en cómo frenar la caída y volver a hacer de Juntos un espacio competitivo en 2019. Por eso, entre otras cosas, archivó -al menos por ahora- la idea de ir a una alianza con Cambiemos.
La devaluación generó que haya un tironeo entre el Frente para la Victoria y el macrismo para quedarse con alguna de sus partes. «Juntos es bienvenido a Cambiemos» dice Sergio Wisky, convocando como banca. Olfatea que la única entrada de JSRN es de punto. «Son bienvenidos todos los que estén enfrente de las políticas de Macri y Weretilneck» vocifera Martín Soria y le abre los brazos al PJ que se fue al oficialismo.
Ante ese escenario, el gobernador quiere cerrar la grieta interna. Volvió a convocar al vice a las reuniones de gabinete y comenzó a desautorizar críticas al viedmense. Pero eso solo no alcanza. Tampoco el Plan Castello, en el que había puesto mucha expectativa. Ya nadie (intendentes, legisladores, dirigentes) se dejan seducir por ese programa de obras que, además, quedó a mitad de camino y la mayoría se inaugurará después de 2019.
Alberto Weretilneck tiene el diagnóstico. Tendrá la solución? En principio sabe que debe volver a unir a Juntos y descartar el acercamiento a Cambiemos. Por eso retomó los contactos asiduos con el senador Miguel Pichetto quien puede abrirle un paraguas nacional con el peronismo federal, un espacio que le daría un candidato a presidente para colgar las listas de senadores (que encabezaría él) y diputados de JSRN.
Pero requiere de otros aspectos para intentar retener el poder. En principio tener un candidato, algo que ordenaría la tropa y pondría un objetivo común. Weretilneck retrasó el lanzamiento de la fórmula. Iba a ser a fines de junio, pero ahora pasará a agosto o septiembre. Nunca fue su idea acompañar la postulación de Pedro Pesatti porque eso colisionaba con su alianza con la Casa Rosada y veía a Alejandro Palmieri como la cabeza de la fórmula. Pero la posición dubitativa del presidente del bloque, la fuerte caída de la imagen del presidente Mauricio Macri y la difícil situación económica del país, lo llevaron a replantear esa idea.
En esa línea ensayó con los ministros de Salud y Obras Públicas: Fabián Zgaib y Carlos Valeri. Uno proviene del PJ, otro del Frente Grande. Ambos con ideas diametralmente opuestas al macrismo. Así, además, arma un binomio territorial (Alto Valle-Bariloche) que considera vital para disputarle votos a Soria, que sacaría una ventaja abrumadora en Roca y en casi toda esa región.
Pero las encuestas demuestran que los únicos dos dirigentes de Juntos instalados y con buena imagen son Weretilneck y Pesatti. Uno no puede competir por impedimento constitucional, el otro no es del agrado del círculo rojo. El gobernador mantiene una importante adhesión entre los rionegrinos, pero sabe que los votos son intransferibles ¿Se inclinará por el vicegobernador? El tiempo lo dirá.
Una encuesta nacional realizada recientemente indica que Macri tiene el 41,1% de imagen positiva y un 55,4% negativa; María Eugenia Vidal fue arrastrada por la crisis económica y también cayó, pero sigue siendo potente: 48,8% positiva y 46,4% negativa. Y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, conserva un nucleo duro de aprobación: 39,7% positiva y 55,9% negativa.
Pero el dato que alarma a la Casa Rosada es que el 46,1% de los argentinos desaprueba totalmente la gestión nacional, la aprueba totalmente el 15,5%, la aprueba algo el 22,1% y la desaprueba algo el 14,3%. Del total de los encuestados, el 45,3% cree que la situación del país será peor dentro de un año, igual de mal el 16,9%, igual de bien el 9,5% y mejor el 19,5%.
Y al tope de las preocupaciones, aparece la inflación con el 27,40% muy lejos de la corrupción (cuarto puesto) 15,70%.
Es evidente que la devaluación política también llegó a Cambiemos.
Así y todo el espacio macrista en Río Negro sigue su camino hacia la unidad y se entusisma con dar la pelea en 2019. Su cúpula se reunió con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en la Casa Rosada. Y verá si el camino es solos (PRO-UCR-ARI) o se pueden sumar otros sectores.
En principio se diluye la idea de ensanchar esa alianza con Juntos y el peronismo federal. Fundamentalmente después del enojo de Macri con Pichetto por la ley que frenó el tarifazo. El presidente -después de vetar la ley- rescató al gobernador Juan Manuel Urtubey como el último de los dialoguistas y fustigó al PJ y a los mandatarios que prometieron trabajar para que sus senadores dejen en off side al presidente del bloque, pero no lo lograron.
La votación del miércoles generó que el peronismo empiece a cerrar heridas. Hay dos datos: uno nacional y otro provincial.
Uno es que el diputado Martín Doñate presentó un proyecto de ley para que el acuerdo con el FMI pase por el Congreso y lleva las firmas del Frente Renovador (Felipe Solá y Daniel Arroyo), el peronismo (José Luis Gioja) y el kirchnerismo. Así, se comienza a plasmar -con otros antecedentes- el principio de un gran frente opositor que incluye también sectores como el de Victoria Donda y Pino Solanas.
El otro es una reunión que mantendrán la semana que viene en Buenos Aires, Martín Soria y Miguel Pichetto. El senador ratifica que no participará del proceso rionegrino pero quiere que los suyos sí y acompañen al intendente de Roca. Sabe que su destino está en Nación y la construcción de la oposición. Suena cada vez más fuerte como vicepresidente de una fórmula ¿Hablarán de Viedma? ¿Será Juan Manuel Pichetto el candidato de la unidad? ¿Habrá internas?
Soria está sentado en una cantidad de votos que le proporciona su ciudad y su circuito, lo que torna la diferencia difícil de descontar. Se ve cerca de la Casa de Gobierno y comenzó a caminar la provincia. Quiere que el contacto con los intendentes, concejales y dirigentes sea en sus territorios, por eso definió no atender en su escritorio. Ese lugar está reservado sólo a los acuerdos macro, como la sumatoria de partidos al frente. Lo hizo con la senadora Magdalena Odarda (RIO) y el viernes con Paolo Etchepareborda, cuando se dieron los pasos para la integración del socialismo.
Pero apareció una competidora: Silvina García Larraburu. La senadora está dispuesta a ir en una interna, asegura. Soria responde que sino hay PASO, habrá internas. Evalúa que un proceso así lo legitimaría aún más en su carrera por la gobernación.
Sin embargo le preocupa la resistencia kirchnerista a Pichetto. Ve que la posibilidad del armado de Unidad Ciudadana es una respuesta a eso. Doñate, por caso, ya avisó que el pichetismo es bienvenido pero no el senador. Respira cuando el hombre de Banfield le asegura que no tendrá participación.
Mientras la política juega su juego, el gobernador deberá lidear con temas de gestión. La economía nacional no da buenas noticias y las políticas de la Casa Rosada afectan a la provincia: se detiene la obra pública, las economías regionales no arrancan, el tarifazo golpea fuerte, hay cierres de comercios y pymes. Cada vez más gente que no llega a fin de mes y se incrementa el número de personas desocupadas y en situación vulnerable a la que atender. Para colmo, Desarrollo Social y la SENAF no logran articular políticas de contención.
Muestra de esto fue la muerte de una persona en situación de calle en Viedma esta semana. Dormía en inmediaciones del Centro Cultural. Una de las causas fue el frío. El hombre y otras personas, tenían refugio en el albergue del Obispado que fue cerrado cuando Desarrollo le quitó los subsidios.
Weretilneck mira el contexto y ve que los seis senadores de Río Negro y Chubut votaron para frenar el aumento de tarifas. El dólar sigue escalando, se devalúa el peso y el poder adquisitivo de los trabajadores (que piden aumento de sueldos) y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional viene con pedido de ajuste.
Pasará el mundial de fútbol y después amanecerá un segundo semestre complicado.