Rafael Nahuel: Demoran la publicación de una pericia
(Por Santiago Rey*).- El trabajo técnico ya está terminado, pero aún no se presentó en el expediente. Esa pericia identifica al Cabo Primero Francisco Javier Pintos como el Albatro que realizó el disparo mortal. El Gobierno nacional a través de sus medios colaborativos, aprovecha el tiempo para reinstalar la teoría del enfrentamiento.
Pasa el tiempo y la demora en la oficialización de la presentación de la pericia que pone nombre y apellido al asesino de Rafael Nahuel, es aprovechado por el ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich para insistir con la teoría del enfrentamiento.
La comparación de la bala extraída del cuerpo de Rafael Nahuel y los proyectiles testigos obtenidos de las 26 armas secuestradas, no deja lugar a dudas: Una de las balas 9 milímetros del MP5 identificado con el número de serie B 05-C335508, fue la causante de la muerte del joven mapuche. Esa arma estaba en poder de Pintos.
El proyectil ingresó por el glúteo izquierdo de Rafael y le provocó un “shock hipovolémico por lesiones de los órganos y tejidos que provocaron una hemorragia de aproximadamente 4 litros de sangre, alojada en cavidad torácica y peritoneal”, según el informe de la autopsia firmada por dos médicos forenses.
Luego del operativo del 25 de noviembre de 2017 de Prefectura Naval en la comunidad Lafken Winkul Mapu, a Pintos “se le secuestró 1 arma letal Pietro Beretta (número de serie 05-P25873z) con 2 cargadores conteniendo nueve (09) y catorce (14) municiones respectivamente y otra arma letal MP5 (número de serie 335508) con 4 cargadores, uno de ellos sin municiones, otro cargador con once (11) municiones, el tercer cargador conteniendo veintinueve (29) municiones y el cuarto conteniendo treinta (30) municiones. Así como otra arma no letal FN (marcador de pintura) con 1 cargador conteniendo 15 pelets”, según el acta firmada pocas horas después de la intervención de los uniformados.
El trabajo pericial de comparación de los proyectiles ya está terminado, pero la ausencia del Juez Gustavo Villanueva en el Juzgado que subroga en Bariloche, así como aspectos técnicos que fuentes con acceso al expediente no supieron explicar, demoran la oficialización de ese estudio.
El tiempo juega a favor del Gobierno que insiste en sostener la teoría del enfrentamiento, que sin embargo no encuentra basamento en ninguna de las pericias ni testimonios logrados hasta el momento, ni en la inspección ocular realizada el pasado 7 de diciembre.
Para lograr ese objetivo, el ministerio de Seguridad de la Nación que conduce Patricia Bullrich volvió a la carga a través de dos medios colaborativos. Mientras el diario Clarín aseguró en los últimos días que la prueba de presencia de pólvora en las manos compromete la situación de los jóvenes mapuches Fausto Jones Huala y Lautaro González; el portal Infobae publicó los testimonios que brindaron en un expediente administrativo de Prefectura, los seis Albatros que ingresaron al territorio en Villa Mascardi.
Tanto Clarín como Infobae, en línea con el comunicado emitido por Bullrich un día después del asesinato de Rafael Nahuel, insisten en deslizar que los uniformados fueron recibidos a balazos por parte de los integrantes de la comunidad, quienes, además, desplegaron tácticas militares de defensa y portaban armas de grueso calibre.
Nada, salvo el testimonio de los propios seis Albatros permite sostener esa teoría. Y esos testimonios –según Infobae- fueron tomados el 6 de marzo pasado, es decir más de dos meses después que el ministerio de Seguridad emitiera su “Informe sobre los hechos ocurridos en Villa Mascardi” en el que asegura que los mapuches “decían ‘los vamos a matar, son pocos, son cuatro’, y, acto seguido, los efectivos escucharon fuertes estampidos”.
Aquel “Informe” de Bullrich –presentado también en una conferencia de prensa junto al Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano- daba cuenta de la presencia en manos de la comunidad de “armas de fuego que, por el sonido y el efecto de las efracciones, daban cuenta de ser de grueso calibre. Además, se dieron cuenta del calibre de las balas porque arrancaron ramas gruesas de cuajo”.
Con minuciosidad llamativa, los seis Albatros que dieron su testimonio a la Prefectura, en el marco de un expediente administrativo, reiteraron los dichos del ministerio de Seguridad. Palabra por palabra. Según Infobae, los miembros de Prefectura “aseguraron que fueron emboscados en lo alto de la montaña y que tras impartirles la voz de ‘¡Alto, Prefectura Naval!’, el grupo de mapuches gritó: ‘Son pocos, son cuatro, ¡vamos a matarlos!’. Fue en ese momento, siempre según sus declaraciones, cuando empezaron a ‘hacer movimientos tácticos, envolventes’ y al menos ‘dos de ellos, mezclados entre el grupo, les disparaban con armas de fuego’. Todos lucían encapuchados y algunos usaban máscaras de gas”.
Prácticamente de manera textual, los manuscritos aportados a principios de marzo por los Albatros repiten los términos del comunicado del ministerio de Seguridad del 26 de noviembre.
En tanto, el diario Clarín cargó las tintas sobre la presencia de una partícula compatible con pólvora en las manos de Fausto Jones Huala y Lautaro González, y minimizó que en el caso de cinco integrantes del grupo Albatros esa presencia es mucho mayor.
En su artículo publicado el viernes pasado, el medio anticipa que en los próximos días se darán a conocer los resultados de la pericia realizada sobre las cintas de carbono obtenidas pocas horas después de los hechos. Esas muestras tomadas de las manos de once personas –el propio Rafael, Jones Huala, González, y ocho prefectos- permitieron determinar la presencia de bario, plomo y antimonio, los tres elementos constitutivos de la pólvora.
El trabajo fue realizado por el Departamento de Caracterización de Materiales (DCM) del Centro Atómico Bariloche (CAB), que analizó 52 muestras, y actualmente se encuentra en el Laboratorio Regional NOA del Cuerpo de Investigaciones de Fiscales del Ministerio Público Fiscal de Salta, desde donde se emitirá el informe final.
Para alentar la idea del “enfrentamiento”, Clarín hace hincapié en la presencia de una partícula compatible con la pólvora en las manos de Fausto Jones Huala -sobre 4001 partículas extraídas- y Lautaro González -una en su mano izquierda, aunque es diestro, en 3.534-, los dos jóvenes que bajaron el cuerpo herido de Rafael Nahuel, y fueron esposados por los mismos Albatros que dispararon.
En cambio, obvia que entre los uniformados se detectaron restos en cinco muestras: una partícula positiva en 2.464 analizadas en un caso; dos positivas sobre 2.498 partículas analizadas en otro; un positivo en sólo 662 partículas en un tercero; dos positivas en 2.464 en la cuarta muestra; y cuatro positivas sobre 3.035 partículas analizadas en el último caso.
La diferencia entre los datos obtenidos en el caso de Fausto Jones Huala y González y los Albatros, no es menor. De hecho, el propio Departamento de Caracterización de Material del Centro Atómico advirtió que “la identificación de GSR (gunshot residue) no proporciona información sobre el mecanismo de depósito de las partículas debido a que existe la posibilidad de una transferencia secundaria”. Y recomendó “interpretar con precaución debido a que se pueden observar recuentos similares de GSR en una variedad de situaciones”.
(*Periodista. Editor del portal www.enestosdias.com.ar)