Sin palabras. ADN
El gobierno está desorientado y le cuesta retomar la agenda política. Frente a los embates se va ensimismando y quedando sin palabras. Le cuesta potenciar logros y minimizar el impacto de críticas ajenas e impericias propias. Además está acorralado y Cambiemos -evaluando que el oficialismo no tiene cintura para salir de esta coyuntura- lo quiere absorber.
La foto del viernes marca este presente. El gobernador convocó a los periodistas de Viedma al Salón Gris de la Casa de Gobierno para el clásico agasajo de su día. Pero Alberto Weretilneck no fue. Tampoco los legisladores que siempre se anotan para la foto. Y casi ningún Ministro. Sólo Mónica Silva (Educación) pasó a saludar, charló amablemente con los invitados y compartió el austerísimo ágape.
Hubo un intento de justificación: «El gobernador está en Viedma pero le surgieron reuniones importantes de último momento», dijo el subsecretario de Medios, a cargo del área desde que su titular, Guillermo Campetti, se esfumara de toda responsabilidad y contacto con la prensa.
Sin palabras. No hubo. Weretilneck no tuvo cinco minutos o no se quiso hacer el tiempo. La relación desde hace un tiempo con la prensa en general es mala, tirante. Hace pocos días el gobernador enfrentó una conferencia incómoda al hablar de femicidios. Ya nada es como era. La pérdida de poder se nota. Y los yerros del mandatario (a través de sus redes sociales) son cada vez más frecuentes.
La gestión -que mantiene niveles de aprobación del 45%- no disimula el momento político. Tampoco podrá dar respuestas a la fuerte crisis económica que se avecina, fundamentalmente a partir del acuerdo del gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional.
«El ajuste fiscal pactado con el organismo por 500 mil millones de pesos en tres años, al tipo de cambio actual, obligará a nuevos aumentos de tarifas, recortes en la obra pública, despidos de trabajadores estatales, disminución en las transferencias de la Nación a las provincias, achicamiento en los presupuestos universitarios y para ciencia y tecnología, entre otras medidas. A la vez, la devaluación llevará la inflación arriba del 30 por ciento este año, causando nuevas pérdidas en el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. Todo ello hundirá más el consumo y desatará, como se está viendo, el cierre de empresas y el aumento del desempleo» pronosticó el analista David Cufré.
Río Negro no es una isla y asomarán protestas en las calles y en el gobierno cruzan los dedos para que la ministra Patricia Bullrich, no «baje» a las provincias el protocolo anti protestas, ni cumpla con la premisa de que las Fuerzas Armadas «colaboren» con la seguridad interna.
El gobierno deberá pensar cómo pagar un aumento de sueldos en el segundo semestre. Ahora, hará el esfuerzo que los gremios le piden para adelantar a julio el incremento del 15%, pero sabe que no es posible que esa paritaria dure hasta fin de año.
Por suerte, llega el mundial de fútbol y le da oxígeno. Pero después viene el debate paritario y los tiempos políticos se acelerarán. Juntos debe nominar a sus candidatos y salir a la cancha. Tiene tiempo y el manejo de los fondos públicos. No es poco. Pero en la elección estará parte de su suerte en 2019.
Weretilneck orejea la realidad como en el truco busca en los naipes la concordancia de rayas para cantar flor. Antes creía que Macri tenía chances de recuperación, pero ahora no ve ese camino. Podría revertir el Presidente la situación política el año próximo, pero eso -a esta altura- es un terreno en la Luna.
Aunque todavía esperará, están casi cerradas las chances de ir a una alianza con el macrismo. Pero en ese espacio aseguran que «a Weretilneck no le queda otra». Muchos dirigentes están convencidos de eso y lo convocan permanente a sumarse. En el Frente para la Victoria creen lo mismo y eso sustenta su slogan: «Weretilneck es Macri».
Al gobierno aún le quedan algunas jugadas. Separar las elecciones provinciales de las nacionales y que su candidato sea del palo peronista. Y la bala de plata: las PASO. En los pasillos de la Casa de Gobierno aseguran que el balotaje -hoy- no es opción y que en la letra de la promulgación de la ley de las Primarias (que nunca se puso en práctica) estará la resolución de ese «acuerdo».
Sin embargo hay mucho camino por recorrer. El oficialismo no sabe quiénes serán sus candidatos. «El gobernador dijo que no tiene preferencias, por eso abrió el juego» recuerdan desde el pesatismo. Cerca del vicegobernador aducen que «Pedro es el único candidato potable» porque garantiza continuidad del proyecto provincial, es -después del gobernador- el que mejor mide en las encuestas y es definitivamente un dirigente alejado del macrismo. Tiene respaldo de intendentes y legisladores y el 80% de los afiliados de JSRN provienen del PJ.
Si el oficialismo va para ese lado, no habrá alianza con Cambiemos. Por eso, muchos dirigentes están trabajando para que la Casa Rosada «juegue» y pida al gobernador que no separe las elecciones. Dicen que Weretilneck no tiene margen para decir que no, porque si se cierra el grifo de Nación, la provincia es inviable desde lo financiero.
¿Responderá afirmativamente el gobernador sin sacar nada a cambio? Sale del cajón del escritorio el proyecto de la senaduría.
Pero Cambiemos no cedería -dicen- ese lugar que está reservado. El Presidente espera de las próximas elecciones más diputados y senadores para evitar ser minoría y lograr que el Congreso sea una «escribanía», como la tuvo Cristina. Los únicos votos que le interesan son los de la zona centro (CABA, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fé y Mendoza) que privilegia con sus políticas. Con eso se garantiza la reelección. Y se imagina un peronismo dividido.
Probablemente en Río Negro eso no se de. La experiencia de unidad ha demostrado ser un éxito electoral y el presidente del PJ, Martín Soria, sigue acumulando socios. Además, llevó a todos los congresales (pichetistas incluidos) al encuentro en el estadio de Ferro, desde donde desafiaron la intervención judicial al partido.
El Congreso nacional tuvo como anfitrión al intervenido presidente José Luis Gioja, intendentes del conurbano, dirigentes del frente renovador, del kirchnerismo, del Movimiento Evita y otros espacios. No fueron gobernadores ni referentes como Miguel Pichetto, Sergio Massa ni Cristina Fernández. Pero hay entusiasmo en un acuerdo en 2019.
¿Qué pasa si no hay unidad? ¿La grieta del PJ se instala en Río Negro? El tiempo lo dirá. Por ahora el FPV provincial es mirado como un modelo a seguir. Por eso, lo instalaron a Martín Soria en primera fila del acto nacional y designaron a María Emilia como integrante de la mesa de acción política.
El jueves inicia el evento que atrapará la atención de todos. El sábado debuta Argentina. Habrá días de descanso político. Después, comenzará una etapa de definiciones.