Blindando la unidad. ADN
El presidente del PJ ratificó el camino de la unidad del partido y el ensanchamiento del Frente para la Victoria. Convencido que con el peronismo solo no se puede pero sin el peronismo es imposible, blindó el proceso ganador que comenzó en las PASO del año pasado y se fue afianzando en el tiempo. Sabe que para llegar a la gobernación se necesita de todos, pero advirtió que «no hay espacio para egoísmos, ni lugar para especuladores».
El mensaje fue al corazón del pichetismo que le pide a Martín Soria definiciones sobre la política nacional. El roquense enfoca los esfuerzos en Río Negro, porque ve el camino allanado a la Casa de Gobierno. «El límite es Macri y Weretilneck» repite como un mantra. Otra señal.
Lo real, más allá de querer evitar fugas, es que el roquense sabe que puede ganar sin el pichetismo, por le pone límites.
La semana que termina tuvo picos de tensión en el peronismo por el acercamiento del pichetismo al gobernador Alberto Weretilneck, en el afán de tener cartas que mostrar en el armado del Peronismo Federal. Ese espacio tiene líderes con poder territorial como Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa. Por eso, otro de sus arquitectos, Miguel Pichetto, necesita demostrar pericia política en su provincia.
Pichetto fue dos veces candidato a gobernador y después del último revés, se alejó de la política local. Pero en el escenario nacional debe mostrar algo más que su probada experiencia en el ámbito legislativo.
Soria dejó claro que no permitirá que se cuele el debate nacional. Sabe que la unidad en ese terreno es prácticamente imposible. El Peronismo Federal marchará a las elecciones sin Unidad Ciudadana. Su lema es «la unidad con todos, menos con Cristina». Pero por ahora no le alcanza para llegar a un eventual balotaje con el presidente Mauricio Macri, que buscaría su reelección.
Estos tiempos de crisis agigantaron la grieta y quienes están disconformes con el gobierno nacional aún no encuentran una salida por la ancha avenida del medio que proponen Urtubey, Massa y Pichetto. Pero aún falta mucho para octubre de 2019, un lapso de tiempo que para la argentina es ciencia ficción.
Por eso, la única certeza que recorre el espinel del PJ rionegrino es mantenerse unido y sumando adhesiones al Frente. Por eso se abrió a una política de alianzas con RIO y el Partido Socialista. Ese armado (que incluye a todas las organizaciones y partidos kirchneristas) le da sustento a un posible triunfo.
Macri y Cambiemos no hacen pie en la provincia. La imagen presidencial se despedaza mientras crece la de Cristina Fernández de Kirchner. Río Negro es una provincia que viene siendo fiel al kirchnerismo, no perdió ninguna elección desde 2003. Incluso Pichetto ganó la última senaduría bajo ese paragüa político.
El Peronismo Federal está visto por una parte de la sociedad como una continuidad del macrismo, superador. Un peronismo moderno, pero que por ahora no logra desbancar a CFK. Sus votos en consonancia con la Casa Rosada, en nombre de la gobernabilidad, no colaboran en ese sector de electores argentinos que está cada vez peor. No es atribuible a ellos la crisis económica ni el acuerdo con FMI, pero sí los cambios en la reforma previsional y otras iniciativas polémicas.
Sin embargo, no está claro si al final del camino el pichetismo (o lo que queda de él) pueda llegar a un acuerdo con Soria. La visita de Juan Manuel Pichetto a la Residencia del gobernador, provocó un sin fin de especulaciones, incluso, la ser el candidato a intendente de Viedma con el respaldo de Juntos.
Un dato más. Hace unas horas, el senador habló con el diario Perfil, y ante la pregunta sobre qué hará en 2019, respondió: «Tengo opciones, fui todo menos gobernador». La frase encendió las alarmas en el PJ local.
El acercamiento entre su sector y el weretilneckismo tampoco cayó bien en el sector del oficialismo que lidera el vicegobernador Pedro Pesatti. Tampoco en muchos intendentes. Temen que el acuerdo los deje afuera de las decisiones y las estrategia que se armen en el segundo piso del Senado. Pero esencialmente temen que si el gobernador avanza en un acuerdo con el Peronismo Federal, en Río Negro haya una boleta encabezada por Urtubey a presidente, Weretilneck senador, Pichetto gobernador.
Por eso Pesatti y Gustavo Gennuso salieron esta semana a dinamitar cualquier acercamiento de Juntos a los partidos nacionales: ni a Cambiemos, ni al Peronismo Federal.
El cambio de ritmo político en el oficialismo es notorio. Las críticas al gobierno de Macri ya no se disimulan, incluso se exageran. Alejandro Palmieri encabezó a un grupo de legisladores que fueron a solidarizarse con los trabajadores despedidos de la agencia Télam en Viedma, un gesto que no ocurrió con otros organismos nacionales que vienen sufriendo achiques de personal y de fondos, desde el inicio mismo de la gestión macrista.